¿Qué libro tiene entre manos?
Cien años de soledad. Estoy leyéndolo en español pero lo hago con avergonzante lentitud.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Odio hacerlo. Me hace sentir culpable pero si me tengo que esforzar demasiado por mantener el interés y no me motiva retomarlo, lo dejo.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
¡Con Beethoven! Imagínate todo lo que podría aprender, descubrir y explorar junto a una mente como la suya.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
The Very Hungry Caterpillar, de Eric Carle.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
En la cama, en el AVE, en los aviones, en los cafés… Cuando estoy de gira, llevo el Kindle para no cargar una tonelada de libros pero prefiero, con mucha diferencia, el aroma de los libros de verdad.
Cuéntenos la experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Escuchar a Glenn Gould tocando las Variaciones Goldberg cuando era un niño.
¿Hay algún rasgo que emparente a los siete compositores escogidos (Bach, Mozart, Beethoven, Chopin, Schubert, Rajmáninov y Ravel) en su Playlist?
Ninguno aparte de su humanidad. Hay un terrible malentendido que los etiqueta como trágicos casos de creación desde la más profunda desesperación. Por supuesto, todos experimentaron traumas, tragedias y dolor. Pero su música es la prueba de su salud mental, no de enfermedad. Fue su vía de escape.
¿Forman la columna vertebral de la música clásica?
No, para nada. Faltarían Brahms, Schumann, Prokófiev, Stravinski, Chaikovski, Liszt, Debussy, Bruckner, Mahler, Haydn y otros cientos. Qué maravilla es contar, en este mundo feo, con la infinita belleza que ellos alumbraron.
El público de la clásica parece envejecer irremediablemente. ¿Quién o qué es el culpable?
Pues no sé… Hubo un momento en que un determinado ‘tipo’ de persona se apropió de la música clásica, ese que va a la ópera para ser visto, que sabe cuándo toca aplaudir, qué es una cadenza y cuántos movimientos contiene una sonata de Beethoven. Todo eso es una gilipollez. Deberíamos asumir la responsabilidad entre todos de que los conciertos se parezcan menos a una misa y más a una divertida cena con amigos.
¿Qué música está escuchando últimamente?
Cualquier cosa dirigida por Teodor Currentzis. Es el mejor director vivo. Un genio. También Leiva y Estopa. Y el ultimo disco con las 32 sonatas de Beethoven grabado por Igor Levit.
Tras tantos traumas y turbulencias, ¿cuál es su estado psíquico hoy?
Mejor que nunca, gracias. Cuando miro mi gorda y estúpida vida, en una magnífica ciudad como Madrid, haciendo el trabajo que siempre soñé, con una novia adorable y buenos amigos, me siento extremadamente afortunado.
¿Cuál es la última exposición que ha visitado? Ejerza de crítico.
Una de Andy Warhol en Pittsburgh. ¿Te soy sincero? Quince minutos en El Prado son cien veces más interesantes.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
¿Tú pagas? (ja, ja, ja) El Guernica quedaría de lujo en mi cuarto de baño. La verdad es que siempre me he empalmado con Rothko. Pero hay mucho donde elegir…
¿Última obra teatral que le haya impactado?
Las canciones de Pablo Messiez. Inolvidable por muchos motivos. Es una de las obras más viscerales, divertidas y realmente locas que he visto en mi vida.
¿Cuál es la película que ha visto más veces?
Relatos salvajes, de Damián Szifron. Pasmosa.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
¿Que si me gusta España…? Hombre… Necesitaría trescientas páginas para responder adecuadamente.