¿Qué libro tiene entre manos?
La fortaleza del polvo, de Ahmad Abdulatif, una historia exquisita sobre los moriscos en España.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Que me aburra, que esté mal escrito o sea previsible.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Con Pepa Flores. Que consiguiera sobrevivir a una infancia de abuso y maltrato sin suicidarse ni acabar enganchada (como la mayoría de las exniñas prodigio) y que haya sabido ser una madre ejemplar (al contrario que la mayoría de las exniñas prodigio) es una lección de resiliencia.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
No. Pero recuerdo que siendo muy pequeña mi hermana me regaló Rosafría la patinadora de la luna de María Teresa León, y que el libro me encantaba. Yo tuve la inmensa suerte de tener una habitación llena de libros.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel?
Leo de noche y en tableta. Si realmente me encanta un libro, luego lo compro en papel.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambiara su manera de ver la vida.
Siendo muy pequeña, mi madre me llevó a ver la Quinta de Mahler. Recuerdo llorar sin parar. Ver a Miles Davis con 16 años. Una exposición de Bonnard, de niña también, una de David Hockney. Todas son experiencias de infancia o adolescencia, cuando realmente se te puede crear una impronta.
Si pudiera incluir ahora a alguna mujer más, ¿quien sería?
Zelda Fitzgerald, era una maravillosa escritora, mucho más que la mujer de. Jackie Kennedy, Bette Davis, Hatshepsut, Cleopatra. Tengo una lista muy larga.
¿Y quién suele figurar en las historias de mujeres extraordinarias y usted nunca la incluiría en su libro?
Simone de Beauvoir está incluida, pero explico en el libro que, aunque la admiro como escritora y filósofa, su vida personal no me parece ejemplarizante en absoluto.
A menudo las mujeres que molestaban por su independencia fueron tachadas de locas. ¿La más injusta y por qué?
Juana la Loca, porque lleva más de cinco siglos cargando con ese infame sobrenombre cuando era una mujer culta y extraordinariamente inteligente que nunca estuvo loca.
¿Con qué mujeres tildadas de brujas se identifica más?
Con las brujas de Zugarramurdi, por aquello de mi sangre vasca, y porque, como ellas, tengo pasión por preparar colonias, lociones y remedios a base de plantas. Estas mujeres eran herbolarias, campesinas, comadronas o parteras. Nunca trataron con el Diablo, ni lo intentaron.
¿Algo está cambiando, tantos siglos de invisibilización están llegando a su fin, o solo son estrategias del mercado?
Por supuesto, existe una estrategia de mercado para capitalizar un movimiento social que es real e imparable.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
Lo entiendo y me emociona.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Yves Klein, Yajoi Kusama, Tania Bruguera, Ana Mendieta, Maruja Mallo y Remedios Varo.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
He sobrevivido contra las peores críticas posibles en España y gracias a las mejores en Francia. Soy escéptica en general.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Hay cosas que no me gustan. La corrupción, el nepotismo, la polarización. Me gusta que es un país muy seguro, con un sistema de seguridad social de los mejores, en el que la buena comida es barata, con una luz increíble.
Dénos una idea para mejorar nuestra situación cultural.
La mayoría de los artistas somos autónomos, así que sería acabar con la cuota de autónomos más alta de Europa en uno de los países con los sueldos más bajos. Pondría el IVA al nivel francés. Y haría un pacto de Estado por la Educación. La educación es la base de la cultura. Es impensable que hayamos tenido 7 LOMCES. Así nunca cumpliremos con objetivos de educación a la altura de Europa.l