Y los veinte poemas finalistas son:

Ada Peñalver

Toda esta luz es puro desperdicio,

disipación del fuego en la entropía,

materia sublevada a la ceniza.

Pepepón

Quietud y mar en los zapatos

en los bolsillos hormigueros

bajo la boina, la sombra de un ciprés.

Marta

Escucha las plumas sin viento

clarean las sombras en el horizonte

gotas de miel degustan tu perfil

Frida Roffe

el cielo amenazante disuelto en el piso

deja una bóveda vacía

que bien podría saturar lo azul del agua

Malayerba

Lámparas contra los ojos del chacal

un aullar de lombrices y hojas secas

sobre la mano callada de la noche.

valentín (valen2)

Llego al lecho reparador tras batirme con la vida.

Dejo atrás el decálogo de las prisas.

Para morir de placer, me basta con cerrar los ojos

PeibolFeliz

Sentado en la orilla de basalto

respiro la quietud del glaciar

mi alma flota como el iceberg.

Inmortal II

El ruido del agua se asemeja a ti

cuando te escondes entre las rocas

dame tu luz mientras me calzo.

Carmen Toledo

Cuando los pájaros mueran en tu rostro

estaré mamando de tus huesos

se deshebra la memoria en las plumas de la hora

Mari Carmen Pavón

Desfila el arlequín, con suaves movimientos,

para deleite del inocente niño que cabalga

a hombros de su padre.

Juanvi

Ante la cómoda ondulada

con nostálgico gesto azul

arde en cantos de ballena.

Perro pero honrado

Acalla las ondas de la luz

guárdalas en los bolsillos, o hazlas desaparecer

con tu prestidigitadora voz.

Eliseo

Solo les queda la noche a tus huesos

Recuéstate a la izquierda de la muerte

Y mira temblar a la rosa en el pantano.

José Becerra Motriz

Yo soy un páramo de ecos celestes

que va desmoronándose en tus brazos

donde el grito es una calma vacía.

Juanjo Maíllo

Después de los zarpazos de la fiera invisible

llueve silencio en la laguna azul

nos empapa la calma el esqueleto

María José Viz Blanco

Mi mirada persigue al metrónomo

sin detenerse a respirar.

La batalla queda pospuesta.

CALA

Un sabor a almendra amarga

tizna la búsqueda

de una calma necesaria.

Carlos Rutilo

Amueblo los pasos de mi pecho

porque en el castaño silencio de tus ojos

quedo cautivo como un relámpago dormido.

Briseida Colomé

Un farol envuelto en niebla;

un soplo que se cuela herido;

un ataúd callado como escorpión de vidrio.

Lucy en el tren

En este páramo de sangre

mis piernas atardecen

junto al murciélago dormido.

Tema de la semana que viene: “Resistiré”.