¡Buenos días!
Estuvieron muy cerca de ganar los siguientes poemas:
Malayerba
Lámparas contra los ojos del chacal
un aullar de lombrices y hojas secas
sobre la mano callada de la noche.
Imágenes poderosas, que nos sacan de la lectura y os hacen regresar a ella con más fuerza, con más intensidad. Creativas, originales, que nos evocan esta extrañeza de hoy, antes de un verso final que define y perfile, en ese silencio que nos ocupa. Muy bueno.
Carmen Toledo
Cuando los pájaros mueran en tu rostro
estaré mamando de tus huesos
se deshebra la memoria en las plumas de la hora
Excelente poema, que como los demás podía haber sido un magnífico ganador. Cada verso un hallazgo, impactante y súbito, con una singularidad en el imaginario que maneja que resulta violento y subyugante a la vez, nos imanta y descoloca. Buenísimo.
Juanjo Maíllo
Después de los zarpazos de la fiera invisible
llueve silencio en la laguna azul
nos empapa la calma el esqueleto
Muy buen poema, armónico entre las imágenes equilibradas que nos propone y las sensaciones que nos sugiere, desde esos inaugurales “zarpazos de la fiera invisible” hasta el sereno “silencio” posterior, con su inquietante fina. Depuración y sutileza.
Pero el ganador es:
Lucy en el tren
En este páramo de sangre
mis piernas atardecen
junto al murciélago dormido.
La concisión de la sugerencia alcanza aquí un nivel singularmente alto, como lo era también en algún otro poema de la misma autoría. Desde la concreción, desde la exactitud de la síntesis, la sensualidad íntima se duerme –“mis piernas atardecen”- en un marasmo al que hay que sobrevivir, con su acecho y su amenaza final. Evocación total.
Tema de la semana: “Resistiré”. Erguido frente a todo, soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie. Como en la estupenda canción del Dúo Dinámico, que es la letra de hoy: un lema erguido. Escribamos sobre la resistencia personal, sobre nuestra manera de elevarnos por encima del miedo y del silencio. Porque también para eso escribimos: para elevar la voz, para esgrimirla, más allá de cualquier desesperanza. Escribamos, a partir de esta canción, de lo que nos evoque -en 3 versos y no más de 140 caracteres-, aunque los vientos de la vida soplen fuerte, aunque mi enemigo sea yo. Escribamos, especialmente ahora, para volver de hierro nuestra piel.