Y los veinte poemas finalistas son:
Frida Roffe
la lluvia es un extraño más al acecho
el exilio es una patria
con las raíces expuestas
Pez lápiz
Descansa tus años en mi hombro
olvida la paz de los asedios
hoy no existe piedra que te venza.
Belisario Domínguez
Vientos de estío
muelen las ramas del roble.
Se dobla el junco.
Laoconte
Mis dedos son esquejes de luz ámbar
que ansían revolver la eternidad
que, tan endeble, cuelga sobre el techo.
valentín (valen2)
Tiemblan las hercúleas columnas,
el templo sigue agrietándose.
Dime, ¿quién es el ciego ahora?
Eliseo
Naufragaste en la fiebre del desierto
Te fundiste en la sal del vacío
Ni el ácido de púas te detendrá.
Elena Cruz
No quiero entrar al club de los caníbales.
Lugar en que devoran las cabezas
quienes cedieron al apocalipsis.
Rosario Campos
Escribo con el ardor de ladrillos calientes en mi cuerpo
y no permito
que este dolor de arena me calle.
Bart
Abejas de hielo y fuego
libarán el néctar dantesco
y sobreviviremos a la plaga apocalíptica.
Ceniciento
Sobrevivo a la sirena del colibrí en la garganta
me resisto a su cintura circense
a su hechizo de zíngara.
Susana Bellido
Florecen de los glaciares
en las espinas del tiempo
escamas del almendro y los madroños.
José Becerra Motriz
Mi lengua no morirá conmigo
porque otros van a cantarla
hasta volverla pájaro de ceniza.
Juanjo Maíllo
Hiere la granizada la techumbre
y fustiga el diluvio las paredes
se aferran a la roca las raíces desnudas
María José Viz Blanco
El mirlo y el cuervo
se enzarzan en un singular combate poético
en el que ninguno resulta vencedor.
Barbosa
Soy los músculos de Héctor resistiendo una década,
oídos de Odiseo aferrándose al mástil
y corazón de Eneas rechazando el amor.
Carlos Rutilo
Aunque el viento azote con furia
me niego a quebrarme
en esta jaula laberíntica de silencios.
Alexa
No hay temblor que derribe el acero
de mis raíces, ni huracán que doblegue
mis gigantes de mar.
EMILIO JOSE MARCO GOMARIZ
Después de mendigar la calle
un lobo duerme en mi puerta
como cachorro sediento
Bradomín
Las manos que hoy son estanque sin peces
respiran la quietud de los nenúfares.
No hay temblor en las olas de mi exilio.
Pablo Cavero
En el lagrimal de un murciélago
una nueva glaciación se acerca
mi capa de ozono resiste la pandemia.
Tema de la semana que viene: “La vida alrededor”.