Y los veinte poemas finalistas son:
Juli de Mier
A la hora de la muerte
el mirador perfuma
flores recientes
Samaniego
trozos de piel sembrados
regados con tiempo estéril
crecen en blanco y negro
Píndaro conquense
Susurros de arpas catódicas
aturden mi raciocinio
en tu plasma me invento el desierto.
Hinojoseño
Cascabeles invisibles de
cobras hipnóticas
escapan de la pantalla
hoy no caeré en tus danzas.
Pablo Cavero
La locutora áfona elogia mi
carisma
leo sus labios platónicos
que suspiran mi beso en la pantalla.
Wonderland
Insaciable devorador de
sueños
infinitos, pozo sin fondo de palabras.
Espejo de humo que reina en el salón.
Barbosa
La moderna caja de Pandora
rige con voz de oráculo y profeta
mientras la admira el hombre sin fuego.
Don Alejandro de la Cruz
Este silencio es mortaja,
osamenta desahuciada
en la cuerda del funambulista
Carlos Rutilo
En la delgada risa de
colores enfermos
va perdiéndose
el delgado anhelo de tocar la calma.
Linda Fernández
En la jaula de cristal
cabalgan los océanos
sobre párpados grises.
María José Viz Blanco
Acudirán voces disfrazadas
de verdad.
Ojos de asombro árido lamentarán
el tiempo hundido en este extraño mar negro.
Natalio Linaceros
El tiempo era una flecha, la
sombra del azar
disfrazado en las dalias, y ahora es el gusano
que enmohece el metal de los televisores.
Marguerite
En esa pantalla deshabitada
se alimentan de sal y vino
las arterias de mi cuerpo.
Bradomín
Viajo en carroza de cristal
liviano,
rumbo a un océano que sueña
con la madriguera del topo.
Eliseo
Devoro los alfileres de la
eternidad
Con imágenes copiadas al vidrio de las llagas:
Visiones ardientes, sal del mundo.
José Becerra Motriz
Soy un espejo más en la
pantalla,
un pálido alcatraz,
ansioso de encontrarme ante la casa vacía.
lisa voraz
En familia esculpimos la
pantalla
fundida a terciopelo negro.
Llevamos muertos un siglo.
Caja lista
Hacemos el amor bajo su
mirada atenta
Son voyeurs catódicos que apuran impasibles
nuestro orgasmo, en vasos de plomo y luz.
Drago
Abiertas en canal
las criaturas televisivas
se desangran por las alfombras.
Juanjo Maíllo
Del hilo más sutil penden
las vidas
el más oscuro gris se hace dueño del aire
y rompen las pantallas los frágiles gemidos
Tema de la semana que viene: “Entre padres e hijos”.