¡Buenos días!
Han estado a punto de ganar los siguientes poemas:
Nicéforo Ventora
Bailar así no nos traerá la lluvia,
ni colmará los cestos de racimos
la ociosa invocación del hechicero.
El comienzo nos introduce en esa imagen portentosa del aguacero y la danza, como explosión de vida. A partir de ahí, las imágenes creativas se abren a ese verso final que nos ofrece un enigma; no como cierre, sino como punto de fuga a su escritura invisible.
Rosario Campos
Ya no encuentro el peso de la miel
donde solo brota el zumbar
de las abejas de palabras rotas.
El comienzo declarativo alude a lo que no podemos sostener, porque antes no pudimos encontrarlo o el encuentro fue falso. Nos queda ese zumbido, esa rotura interna del lenguaje con que creímos fundar un mundo. Fuerza metafórica y gran originalidad.
Huracanblue
No volveremos la vista atrás
Nuestra historia huele a libro cerrado
Suena a metáfora el motor en marcha
La negación inicial marca el sentido y el tono del poema, le da una dirección a la que ceñirse. El segundo verso es definitivo en la información y en la evocación que nos sugiere, hacia un mundo abolido, y la despedida final es una escapada hacia otra parte.
Pero el ganador es
Pablo Cavero
En el pulmón abierto de la madrugada
el verso pedalea miedo en tu boca
nuestra guerra desangra la mañana.
Solamente el primer verso ya es un poema con pegada y sentido, con hondura corporal y panorámica que nos hacen respirar el poema. La imagen de transición nos sorprende desde una extrañeza que se nos atraganta. La imagen posterior también resulta singular, con un tercer verso que es un perfecto endecasílabo con fuerza plástica y asombro.
Tema de la semana: “Horizontes cercanos”. Miramos a los lejos, oteamos la luz. Pero los horizontes nos avocan hacia la cercanía de lo posible. Ahora ni siquiera soñamos con París, ni con tierras lejanas, sino con poder cruzar todas nuestras fronteras provinciales. Escribamos de esto, en 3 versos y no más de 140 caracteres. Sobre los sueños próximos y las metas cercanas, o también sobre cómo los horizontes que pueden ensancharnos la respiración están, a veces, al otro lado de nuestra bocanada de aire.