La España negra de Gutiérrez Solís
Tomando ingredientes de casos como el de Alcàsser, Asunta Basterra, Diana Quer o la Manada, el escritor traza en 'El lenguaje de las mareas' un perturbador retrato del mal
3 agosto, 2020 08:52Tras cuatro años de silencio narrativo, Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968) vuelve a la novela recuperando a su protagonista emblemática, la atormentada inspectora Carmen Puerto, apartada del servicio tras una experiencia traumática y voluntariamente confinada entre versos de Dylan Thomas, litografías de Alex Katz, tabaco, marihuana y cafés capuchinos, bien calientes y con dos de sacarina.
Acostumbrada a una rutina enfermiza en la que encuentra algo de paz, la misteriosa desaparición de dos muchachas de 17 y 18 años una noche de finales de agosto, cuando salían de una urbanización de lujo en Ayamonte en la que pasaban sus vacaciones con sus padres, le obliga a intentar resolver el misterio sin abandonar su refugio. Y lo hace, como siempre, recurriendo a su sagacidad, paciencia, a unas fuentes que navegan tenaces en lo más oscuro de la red y a la complicidad de Jaime Cuesta y Julia Núñez, dos excompañeros del cuerpo no siempre felices por colaborar con ella. Mientras indaga en la vida de las dos jóvenes, adoptadas en Rusia por dos parejas de amigos inseparables, la aparición con vida de una de ellas, drogada y sin memoria alguna de lo sucedido, altera definitivamente la investigación.
Con ingredientes de los casos más conocidos de la España negra, desde el crimen de Alcàsser al parricidio de Asunta Basterra, pasando por las violaciones y asesinatos de Diana Quer y Laura Luelmo, los abusos de la Manada, las relaciones entre el líder de un peligroso cártel mexicano con constructores, políticos y empresarios nacionales, o los trapicheos de los narcos andaluces a ambas orillas del Guadiana, Gutiérrez Solís traza un perturbador retrato del mal que podría sonar a demasiado conocido si no fuera porque el libro combina la investigación con la denuncia de la desigualdad de género que siempre ocultan los crímenes contra las mujeres, mientras critica ese periodismo obsesionado con ganar audiencia a golpe de rumores, y reivindica la belleza de la luz de Ayamonte, a sus gentes y paisajes.