Y los veinte poemas finalistas son:

Espiga

Subsumido en prozac genérico

Visiones de dentelladas y rojas burbujas

argentadas manos arponean tu coraza de barco.

Prevel

Durmiente de lechos arenosos, reyezuelo entre las medusas,

Ciego amante de las sirenas, superviviente,

Forajido visitante de las bahías.

Pájaro azul

Lenguas de mariposa desayunan naufragios. — En mi interior, un jardín de humo salpica la orilla. –Lejanos, los yates dibujan horizontes.

Mari Carmen Pavón

Apartada de la vorágine competitiva,

agradecen mis pies el beneficio de las algas,

aunque el mar baña mi cuerpo en un día equivocado.

Marta

En la deriva del descanso de las barcas

los lienzos acarician los atardeceres.

Un pincel afila la aleta de sus colores

María José Viz Blanco

Dicen que el mar duerme.

Yo no lo creo.

He oído bramar a sus seres extraordinarios.

Rosario Campos

El martillo de carne azota golpes secos

contra el palpitar del océano

mientras mastica mis huesos.

Wonderland

Entre corales y azules,

suspira el tiburón

burbujas afiladas.

Laoconte

El mar susurraba historias de marineros

que habían muerto tan valientes

sobre la madera de vino de las tabernas

Pablo Cavero

Ecos de sirenas afónicas

Aúllan sobre caracolas playeras

el hambre del escualo.

Plass

En danza circular

en lienzo de sangre y espuma

esculpes sirenas varadas.

Tris

Siglos de hambre

en las pupilas del escualo.

El pan es un reflejo de mis muslos.

José Becerra Motriz

Se aproximan las olas de sangre

como una estampida de caballos marinos

huyendo del carnicero de plata.

Wong

A la espina de tu sombra

le crece carne de ataúdes.

Los verdugos nadan en el pozo.

Gabriel Pérez

La sombra del fantasma se acurruca

en el interior de mi estómago.

Con la luz de mis huesos muere del sol.

Ana Marìa

En los acantilados del tiempo, // cuchillos con piernas, esqueletos de escamas,// fuga de violines.

Cecilia

Saludos de fieltro negro

cuando recuerda la mañana

madrigueras de verde olivar.

Carlos Rutilo

Y de pronto la calma huele a sangre

como una aleta descubierta

sobre las brasas encendidas del océano.

Juanjo Maíllo



Triángulos de hielo

se hunden en el rubí

caliente de la carne

Huracanblue

Tiburones camuflados vigilan las esquinas

Oblicuo el sol circula en dirección prohibida

Mientras los niños juegan con serpientes amarillas

Tema de la semana que viene: “El final del verano”.