Hola, amigos. 

Hace unos meses, un joven se acercó a mí y me dijo: “He leído su última novela y me ha gustado”. “¿La ha releído usted?”. “No”. “En este caso, o bien es usted un mal lector o yo he escrito un mal libro”. No transcribo una experiencia personal, válgame Dios, sino una de Juan Goytisolo, autor que en paz descanse y que a mí, debo decirlo, siempre me pareció un pelín fatuo (nótese su nada sutil contraposición: no mal lector versus mal escritor sino mal lector versus mal libro, porque él era Cervantes redivivo, ja, ja). 

A lo que vamos: decía Juan Goytisolo que un escritor de verdad (y él se tenía por el único escritor de verdad de España y de Marruecos) tenía que ambicionar la relectura de su obra. Si ya es difícil encontrar lectores, él no se conformaba, quería relectores. No está mal como ambición, la verdad. 

Sobre esto, la relectura, escribiremos la semana que viene. La relectura como tal palabra no existe en el diccionario de la Real Academia, pero sí el verbo releer, que significa: “leer de nuevo o volver a leer algo”. La relectura, así, sería la “acción de releer”. Tema para la semana que viene. 

Complicada tarea, ¿verdad? No para vosotros, amigos. 

Y recordad: para escribir bien, incluso microrrelatos, quizás no haya que releer, pero sí leer. 

Y estos son los veinte finalistas de la semana dedicada al acné: 

Laoconte 

En cuanto le confirmaron que las uñas del muerto contenían restos de secreción sebácea, el inspector contactó con la fiscalía de menores.

El Guabo 

Borja Mari Vázquez de Figueroa llamó a su criado para que le explotara el grano.

Cur

Tras decir la novia que sí, el sacerdote miró al novio y preguntó: “¿Estás segura?”.

Wong

Hasta que no cambió de barro, no logró un Adán sin acné.

La Marca Amarilla

A ella no le importaron los granos, se enamoró. Y él supo que sería el amor de su vida.

Wong

Al intentar quitarse aquella espinilla, después de años en reposo, el Vesubio entró en erupción.

Huelgo

Entró dispuesto a firmar la paz. Al ver el enorme grano que tenía el líder enemigo, recordó cómo acribillaron a sus soldados en la montaña.

Monster Rosso

Al despertar y correr hacia el espejo suspiró aliviado: las canas seguían allí, todo había sido un sueño.

Santuario

Aquella crema no eliminaba el acné, sin embargo, iba bien para que germinaran margaritas y anémonas.

Juanelias

El acné estaba afectando su confianza y autoestima. El pedagogo le preguntó: ¿Tiene antecedentes familiares? El hijo se encogió de hombros.

Ana Marìa 

Apagó el cigarro ceremoniosamente. Ella lo miraba expectante. Tras unos segundos le espetó: -Elige, tus granos o yo.

Ana Marìa 

Preguntó a su madre por qué la miraba así. -Es que recuerdo que estoy sin granos.

El Guabo 

Tras probar toda clase de cremas y pastillas, el día de su septuagésimo cumpleaños, se miró en el espejo y descubrió que ya no tenía acné.

Adolescencia 

Estaba deseando pasar la maldita etapa de la adolescencia; cuando por fin desaparecieron los granos tomaron el relevo las arrugas.

Wonderland 

Con los años, comprendió que su problema de autoestima nada tenía que ver con el acné.

Betty 

Cambió de religión para ocultar su terrible acné. Ahora le dicen que tiene unos ojos preciosos.

Marguerite 

Por fin se atrevió a explotar aquel enorme grano. Toda la ciudad quedó sumida en una nube tóxica.

Entrebambalinas 

Cuando la crítica alabó la caracterización de su personaje, abandonó hundido la única obra donde había podido lucir su granulado rostro.

Abarchuk 

En el robo de toneladas de crema antiacné, el sospechoso de la cara con granos solo era un hombre de paja.

Tez

Fue incapaz de fotografiar aquellos cráteres hawaianos; el objetivo le mostraba sin piedad la cara menos grata de su lejana adolescencia.

Para aparecer con nombre y apellidos en caso de ser ganadores, escribid a cuenta140@elcultural.es

Gracias. 

Saludos cordiales