Catorce de Julio

Guión: Martin Quenehen y Bastién Vivès

Dibujo: Bastién Vivès

Diábolo Ediciones, 2020

B/N

19 x 27 cm

260 páginas

22,75 €

El día a día, con su proximidad inevitable y nuestra limitada capacidad de reflexión, se desenfoca hasta pasar desapercibido. No busque culpables. Quizá sea un mecanismo evolutivo que tenga sus ventajas. El presente es lo único que existe y se convierte casi como mirar a través de una gasa: sabes que está delante pero no lo ves. Por eso necesitamos un cómic como Catorce de Julio, del tándem Martin Quenehen y Bastién Vivès para desentumecer nuestra percepción y darnos cuenta de la poliédrica realidad cotidiana. 

Brilla como siempre la propuesta gráfica de Vivès, un autor dotado como pocos para obrar el milagro del movimiento en la cautiva prisión de la viñeta y retratar con elegancia la sensualidad femenina. Aquí el blanco y negro resalta el ritmo narrativo, vertiginoso por momentos, cinematográfico, que acelera la lectura para despacharla de una sentada. Noches desamparadas contrastan con campiñas plenas de sol, mientras la ciudad sigue bulliciosa recorrida de caminos que invitan al paseo. 

El protagonista, un policía de provincias con un exagerado sentido del compromiso, se convierte en el hilo conductor de un relato cuyo interés último es desencadenar una reflexión sobre lo que está ocurriendo a nuestro alrededor: violencia, conflictos, choques culturales. La lista sería larga y el cómic se centra con más foco en algunos asuntos: terrorismo importado y sentido del honor. Ante la incapacidad para dejar aflorar la pasión, la proliferación de acontecimientos nos provoca una sensación de inaferrable soledad. Una ocasión para leer mirando y luego explorar a su alrededor.