Hola, amigos.
Podéis empezar a escribir sobre la normalidad.
El ganador de la semana pasada, dedicada a las insurrecciones, ha sido...:
Napo
Una vez la revolución hubo triunfado, el libertador preguntó por el sastre y el peluquero del tirano.
“Por sus hechos los conoceréis” sigue siendo la mejor receta para desnudar el alma de un individuo. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Si hay mucha distancia entre ambas, o se contradicen, el personaje es un farsante (un político, seguramente, pues ya Macchiavello nos enseñó que farsa y política van de la mano). Quiere decirse que la honestidad de la persona se mide en la coherencia entre lo que manifiesta públicamente y su comportamiento, en sin predica o no con el ejemplo. En este relato, el libertador sólo piensa en usar los servicios de quienes vestían el cuerpo y arreglaban el cabello del sátrapa, como si finalmente su ilusión fuera la de detentar el mismo poder, con idéntico oropel e idéntico abuso, que el derrocado. No ha comandado la revolución para revolucionar nada, salvo su propia vida. Deseaba deponer al tirano, sí, pero solo para emularlo. Gracias a la sencilla, irónica y extraordinaria efectividad del relato se adivina un futuro duro para el pueblo liberado, presuntamente liberado, pues finalmente el triunfo de la insurgencia sólo ha servido para cambiar a un tirano por otro.
¡Enhorabuena, Antonio Toribios, por el cuento, sobresaliente, y por el premio!
Otros micros pudieron haber ganado:
Stajánov
La cabeza del Rey miraba con desprecio la febril excitación de las masas mientras pendía de la mano del verdugo.
Edizagoy
Conmovido por la cautivante belleza de sus columnas dóricas, el líder de los insurgentes apagó la antorcha en las puertas del palacio real.
Kiano
Antes de preguntar por el motivo de su arresto, se ofreció entre lágrimas a delatar a todos los integrantes de la célula subversiva.
Saludos cordiales.