¿Qué libro tiene entre manos?
Un par de cómicos, de Don Carpenter (Sexto Piso). Estoy releyéndolo en español, soy fan de Carpenter desde hace la tira. La gente tiende a mencionar siempre a los mismos grandes (Carver, Cheever, blablá), pero Carpenter podía batirse en justa lid con cualquiera de ellos.
¿Con qué personaje literario le gustaría tomarse un café mañana?
Con Deadpool.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche…?
Leo solo papel excepto cuando tengo un encargo laboral que no puede esperar (un prólogo, un autor a quien deseo programar…). Leo a todas horas, excepto cuando realizo alguna de esas tres actividades más satisfactorias que leer.
Cuéntenos la experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida
Crecí con un soplo, una euforia, un algo que me hacía ver las cosas de un modo distinto a los demás. Veo ahora que era la visión artístico-épica, que es algo innato y no requiere de particulares epifanías. Militar en la subcultura rocanrolera durante mi adolescencia añadió la estamina bélica y el espíritu a-la-contra.
¿Se siente el Nick Hornby español?
Hornby me gusta, y es un gran contador de historias. Su visión populista y anti-académica y no-rancia del mundo (y la literatura) es idéntica a la mía. Dicho esto, mi escritura y yo mismo venimos de un odio y un afán de ecualización que son ajenos a él. Por añadidura, no sé nada de fútbol, ni de deporte en general. Soy un ON (Original Nerd), tísico y antiatlético. El fútbol solo aparece en mis novelas como herramienta de mis personajes (acicate de la fantasía infantil, en el caso de Antes del huracán; motor de violencia y desquite en de Revancha).
¿Qué le ha prestado, si hay algo de usted en él, a su protagonista, ese Amador ultraviolento?
Amador está metido en una venganza irracional contra el mundo y contra los que tuvieron lo que él no tuvo. El germen de su odio, su resentimiento social y de clase, es el mismo que el mío. Naturalmente yo solo permito que se manifieste en el plano artístico, no físico. Y algunos significantes y receptores puntuales de esa rabia tampoco son los míos, no haría falta decirlo.
¿De quién se querría cobrar revancha (literaria)?
Alguien dijo que toda la carrera de los Who se explicaba por la nariz de Pete Townshend. La mía se explica por haber sido un niño enfermizo, débil, medio feo y, peor aún, pobre, en la periferia barcelonesa. Mi revancha es contra la cultura solemne, la intelectualidad pija, la cursilería y el enrollismo, quienes me miraron por encima del hombro porque no tenía estudios y trabajaba en empleos manuales. Todo lo que hago viene de ese odio cultivado a lo largo de 35 años. La única razón por la que me pongo delante del ordenador cada mañana es ese “ahora veréis”.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
El arte en general es una pálida imitación del éxtasis real. Pero de todas las imitaciones de éxtasis, el arte contemporáneo es el menos gratificante y útil (para mí). Además de que soy pro-figurativo y utilitario. Me molestan las abstracciones y los experimentos gratuitos. Me revientan las cosas artísticas que hay que explicar, o que solo puedes comprender tras cursar una carrera.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Desde los ocho o nueve años he querido ser inglés. No es nada personal. Solo pienso que se cometió un error espantoso al hacerme nacer aquí, y aún no sé a quién dirigir mis reclamaciones.
Déjenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
¿Agarrar una máquina del tiempo, retroceder a 1939 y esta vez aplastar a los fascistas? Eso, desde luego, nos habría ayudado a progresar una pizca (aunque es posible que luego la cagáramos por otro lado).