Hola, amigos.
Vuelve la poesía a Cuenta 140. Esta vez con tema de aparente alcance bélico y en realidad intimista: La Reconquista. De nuestra apuesta radical por la vida, con presente y recuerdo de su faro anterior, nuestras necesidades y los sueños que se han quedado atrás, pero aún existen. Que la poesía nos salve siempre de la mediocridad que es vivir sin ninguna esperanza. Que reconquistemos la palabra poética con su respiración. ¡Adelante!
El ganador de la semana dedicada a los palíndromos ha sido...:
Cattac.
Trabajaba de sol a sol como juez de silla en el club de tenis. En casa escribía palíndromos para desconectar.
Divertido relato sobre un hombre que vive de girar la cabeza de derecha a izquierda y viceversa, en seguimiento de la trayectoria de la pelota, y luego en casa se dedica a escribir palíndromos, en proyección inconsciente de su oficio. El protagonista, pues, no descansa de su trabajo, no “desconecta”, como dice irónicamente el relato, sino que plasma la rutina de su oficio sobre el papel. Se necesita mucho ingenio para construir una elipsis tan fina, que remite con astucia al movimiento propio de la cabeza del árbitro de tenis y lo relaciona con los palíndromos, para consolidar la idea de una cotidianidad invadida por una inercia insoslayable, pues también la expresión de sol a sol colabora en definir la realidad capicúa del protagonista, atrapado en un ir y venir permanente.
Enhorabuena, Cattac, por el relato, sobresaliente, y por el premio.
Otros micros pudieron haber ganado:
MAM
El tiovivo gira y el niño va creciendo hasta que se nota viejo y débil. En ese momento el carrusel empieza a dar vueltas en sentido opuesto.
Augusto
El alienígena le susurró al hombre calvo de gafas: “ílla abatse aívadot oiruasonid le ótrepsed odnauc”. Años después esa frase lo encumbró.
gpm
El niño temía al monstruo que vivía en su armario.
El monstruo temía al niño que dormía en su cama.
Nuncamaix
Su novela palindrómica daba igual leerla de principio a fin que de fin a principio que no leerla.
Poe Sía
Tras dedicarle cientos de poemas, me pidió que le escribiera un palíndromo. Pero sólo fui capaz de dibujar un corazón.
Pablo Cavero
Él no llegaba a fin de mes con sus geniales palíndromos, mientras su gemelo ganaba loterías con sus capicúas.
Edifisi
Usaba ajá y non para sí y no, pero para explicar el hechizo que lo obligaba a hablar siempre con palíndromos, no encontraba las palabras.
¡Hasta la próxima temporada!
Saludos cordiales.