Y los veinte poemas finalistas son:

Mari Carmen Pavón

Radiografía de heridas

que el tiempo convierte

en una suave marea.

Ramiro Pérez

Las gaviotas de plomo nos cerraron

nuestros párpados de arena:

Solo hierve el corazón del tsunami.

Frida Roffe

Los cazadores de olas preparan la hoguera

las flamas se atizan con acordes rítmicos

corrientes turquesas subliman los sueños.

Mayo

Gotea la esponja en el desván

El maquillaje se oxida sin aliento

El maniquí esconde las manecillas.

Lys

Las olas ilusorias se yerguen un instante

y arrastran en su vientre la luz de otro tiempo,

el tacto de tu espalda y cometas errantes.

Marta

Se estremecen las pesadillas

en el crucero por las hojas del calendario

rumbo a los arenales de la memoria

Iah

Las aguas tempestuosas salpican tus lunares

como callosos dedos azules

que marcan tu piel muerta.

dicenquetecalles

Bajo ese sol que no conoce ojos

alimento de vacas marinas se orilla en la arena

un paso forjado de aire sediento.

Medea

Los peces también mueren de pie

sosteniendo el filo del mar

con la memoria de sus aletas.

Khadi

El bronce del poniente se derrama en tus pupilas.

El fantasma de una hoguera abandonada

resquebraja mi coraza con su aroma a foto antigua.

Pilar Alejos

Un faro ciego late en morse

mar adentro. Enmudece hasta el eco

ante la calma de mis profundidades.

María José Viz Blanco

En la playa de peces muertos

la presa exhala el silencio

del anzuelo que aniquila.

Barandal

Mis padres reaparecen como las olas

y pasan sus manos de caracoles azules

sobre la orilla huérfana de mi frente.

Ana Marìa

Unos pies enfangados por la arena. / Un extraño y permanente frío mientras sueño. / Un abrazo huérfano.

Macarena Ruiz

Siento el mecánico mirar de los gorriones

sobre el canto de las jarras de cerveza.

Voy desnuda por el bulevar del río.

Eliseo

Las sombras recargan sus cuerpos

En las astillas de las olas

Mientras arrullan al sol dormido en la arena.

Peibol

Escucha el salitre de la playa

sudar en el ocaso de las algas

bajo el plumaje de la luz del faro.

Matriosko

Trazan mis dedos en horas hambrientas

garabatos esclavos bajo tu piel

buscando avivar tu cráter salvaje.

Pablo Cavero

Recorres las olas de mi clavícula

con tus calmos meñiques violinistas

y mi alma navega entre las medusas.

Gambela

Olas de un mar sin voz

cuentan la historia ausente de mis noches,

enjambre en bulevares sumergidos.

Tema de la semana que viene: “La última habitación”.