Dispuestas a ir a por todas para cumplir sus sueños, Nieves García Bautista, Elena Fuentes Moreno, Kristel Ralston, Lorraine Cocó y Pilar Muñoz Álamo, explican a El Cultural cómo se convirtieron en reinas de las redes y de las listas de los libros más vendidos, y nos descubren la importancia en sus trayectorias del Premio Literario Amazon Storyteller, fórmula nada secreta para conquistar nuevos públicos.
Una de las estrellas en Amazon, Elena Fuentes Moreno (Albacete, 1978), comenzó a escribir “casi por casualidad”. Tenía treinta y cinco años, había terminado un primer relato y su familia la animó a escribir una historia “que había rondado mi cabeza desde niña, la de mi bisabuela Aurelia. Así nació Los círculos del alma, “mi obra más especial”. Cuando la terminó, convencida de que estaba ante “una novela fabulosa”, la envió a decenas de editoriales sin ningún éxito, hasta que un día leyó un blog sobre cómo publicar tu libro de forma totalmente gratuita y que estuviese disponible en Amazon, con la oportunidad de llegar a miles de lectores de todo el mundo.
“Me puse manos a la obra y lo autopubliqué. Lógicamente, pensaba que nadie lo leería. La sorpresa llegó cuando personas que habían leído el libro, incluso en otros países europeos o en México, Argentina o Puerto Rico, comenzaron a ponerse en contacto conmigo, para compartir cómo mi historia los había ayudado a superar la muerte de familiares o amigos y que, gracias a él, veían la vida de otra manera. Lógicamente, no me lo podía creer. No puedo describir con palabras lo que supuso para mí, pero hizo que me tomara mi faceta de escritora mucho más en serio, pues fui consciente de que también tenía una responsabilidad con los lectores”.
Ni pensar en el mercado editorial
Más consciente de la realidad del mercado literario español, Lorraine Cocó (Cartagena, 1976), ni siquiera se planteó la opción tradicional de publicación. Aunque empezó a escribir siendo una niña y ser escritora era su sueño, “lo veía poco realista porque las editoriales en España, durante décadas, habían preferido centrarse en la publicación de traducciones de autoras extranjeras de novela romántica, que es mi género”.
"Ser escritora de novela romántica era mi sueño, pero las editoriales en España, durante décadas, han preferido centrarse en traducir a autoras extranjeras". Lorraine Cocó
Por eso, cuando conoció las ventajas de la autopublicación en Amazon (KDP) lo tuvo claro: “Para una persona como yo, a la que le gusta controlar cada detalle de lo que hace, eran todo ventajas y una aventura que estaba deseando vivir. No teniendo que someterme a fechas de publicación he podido publicar con éxito cuarenta novelas en ocho años. No dudo de que tomé la decisión correcta”. Eso sí, tras convertirse en best seller en Amazon, las ofertas de agentes y editoriales no tardaron en llegar, así que hoy es una autora híbrida, compaginando la autoedición con la publicación en la editorial Harper Collins (Harlequin).
Tampoco Kristel Ralston (Ecuador, 1984), actual jurado del Premio Literario Amazon Storyteller y finalista del mismo en 2015, se planteó jamás otra opción, aunque en su caso fue por su vértigo creador: “Sí, KDP es una opción novedosa, ágil y eficiente. Mi narrativa es bastante constante, y no creía que alguna editorial quisiera publicar a una misma autora (en especial novata, allá por el 2014) cuatro o cinco veces al año. La autoedición fue una herramienta idónea. Al final, gracias a recurrir a KDP, no solo autopubliqué varios libros, sino que logré fichar con los sellos Zafiro y Esencia del Grupo Planeta, y Harper Collins Ibérica (Harlequín).”
En cambio, Nieves García Bautista (Madrid, 1977) reconoce que su experiencia fue muy distinta a las de las demás: si hoy es escritora de ficción, dice, es porque se atrevió a autoeditarse. “Ya había corregido algunas novelas de un amigo y de mi marido, y ambos me insistían en que debía escribir mi propio libro. Tan pesados resultaron que, para quitármelos de encima, me puse con El amor huele a café y 10 meses después la subí a Amazon.es. El título fue escalando puestos, empecé a recibir correos de lectores y a partir de ahí me lo tomé más en serio. En definitiva, si no hubiera sido por la autopublicación, creo que muy probablemente no me habría puesto a novelar”.
"Autopublicar te permite ser fiel a tu voz narrativa, al tipo de historia que quieres contar, obviando las demandas del mercado, y mantener el control de todo". Pilar Muñoz
Sea como sea, todas coinciden en el éxito de la autoedición, quizá porque, como Pilar Muñoz Álamo (Pozoblanco, Córdoba, 1967) explica, no se trata de un recurso secundario a la publicación convencional, “sino alternativo —y a veces, hasta preferible—, porque te permite ser fiel a tu voz narrativa, al tipo de historia que quieres contar (obviando las modas y las demandas del mercado), y mantener el control de todo, incluida la comercialización. Cuando autopubliqué mi primera novela, la acogida de los lectores fue excepcional y, siete años después, se sigue leyendo”.
Y el Premio Amazon Storyteller es para…
Quien lo probó, lo sabe: una de las maneras más eficaces y seguras de ganar nuevas audiencias es concurrir al Premio Literario Amazon Storyteller. Jamás defrauda, explica Lorraine Cocó, finalista de la edición de 2019 con La coleccionista de noches vacías. “Me presenté por la gran visibilidad que ofrece el certamen. Los lectores ya lo conocen y durante los meses en los que se puede participar, de mayo a agosto, muchos buscan las novelas participantes para hacer sus apuestas. Que Amazon te lea y valore es una gran oportunidad. Conseguir un puesto de ganador o finalista también te garantiza la difusión en publicidad, reconocimiento, la posibilidad de traducción o incluso la posibilidad de producir tu novela en formato audiolibro. Otro sueño que la mayoría de los autores estamos deseando cumplir”.
El primero es ganarlo, claro, y eso consiguió Pilar Muñoz Álamo en su segundo intento, ya que se presentó por primera vez en 2017 con la novela Un café a las seis. Ganó el premio un año después con Aquello que fuimos. “En ambos casos, había decidido autopublicar y las fechas encajaban con el plazo establecido en las bases del premio. No perdía nada participando en él; al contrario, podía ganar una visibilidad muy conveniente, incrementar el contacto con los lectores, conocer a otros compañeros escritores y compartir con ellos aspectos relacionados con la literatura, la publicación o medios novedosos de promoción. Incluso podía quedar finalista o ganar, aunque en un principio tal opción sonase más utópica que real. Ser finalista sin esperarlo fue impresionante para mí, dada la competencia, pero ser la ganadora fue una experiencia muy, muy emocionante y, por supuesto, inolvidable.”
"Participar en el Premio Amazon hizo que mi círculo de lectores se multiplicara, me leían y entrevistaban en diferentes países de habla hispana, fue una oportunidad increíble". Elena Fuentes
Algo parecido se propuso Elena Fuentes cuando en 2017 concursó con El legado de Ava, su cuarta novela. ¿La razón? “No perdía nada por presentarme, ya que tus libros se promocionan y se incrementan las ventas mientras participas en el concurso. Todo eran ventajas, ya que el premio te concede gran visibilidad y proyección. No tuve que pensármelo mucho, tan solo posponer unos días la salida, para que su publicación comprendiera el plazo estipulado”.
Y valió la pena, porque supuso un “empuje tremendo” para su carrera. De repente, subraya, “mi círculo de lectores se multiplicó y me leían y entrevistaban en diferentes países de habla hispana, fue una oportunidad increíble para darme a conocer. Lo mejor de todo fue conocer a compañeros que me enseñaron infinidad de cosas sobre la autopublicación y la gestión de redes sociales, a muchos los considero amigos después de tanto tiempo y forman parte de mi vida”.
El secreto del éxito
Aunque no existe fórmula alguna que garantice el éxito en un concurso como este, Ralston, finalista en 2015 y actual miembro del jurado, señala que siempre recomienda que la obra presentada tenga “una narrativa con giros originales e inesperados, un desarrollo profundo de sus personajes principales, coherencia, buena ortografía, y la capacidad de enganchar al lector a partir de los primeros cinco párrafos”. Y sabe de lo que habla, porque en 2015, su Lazos de cristal fue la primera novela romántica del concurso en quedar finalista, y ella la primera autora latinoamericana. “Lo mejor de la experiencia, además de ese alentador resultado, fue conectar con lectoras de países a los que jamás creí posible llegar con mis historias. Otra gran alegría para mí fue la oportunidad de conocer a otros escritores independientes en Madrid cuando se realizó el evento Amazon Academy”.
"Las claves para participar en el Premio Amazon son una narrativa con giros originales, un desarrollo profundo de los personajes y la capacidad de enganchar al lector". Kristel Ralston
Lo cierto es que todas las autoras que han participado en el premio no ahorran elogios cuando de valorar lo que ha supuesto para sus carreras literarias se trata. Así, Fuentes comenta que las novelas tuvieron muy buena acogida “y excelentes críticas, ya fueran de los lectores, prensa especializada o a través de las redes sociales: blogueros, booktubers… poco a poco, mis lectores han ido creciendo y mi compromiso con ellos también. Intento cuidar la calidad de mis novelas lo máximo posible y no dejo de escribir las historias que, a mí como lectora insaciable, me gustaría leer”. Por su parte, Cocó explica que en su caso ser una de los cinco finalistas, entre dos mil cuatrocientas novelas presentadas de más de treinta países, supuso un escalón más para el reconocimiento de su obra, “y abrir algunas puertas que me han permitido firmar contratos para la traducción de algunas de mis novelas a otros idiomas, y la publicación de todas en formato audiolibro”.
Y la ganadora de 2018, Fuentes, destaca cómo el reconocimiento literario que implicaba la adjudicación del premio fue lo mejor de la experiencia. “Con él me quedaba una constancia clara de que el esfuerzo, el trabajo y el tiempo invertidos en la escritura de la novela habían merecido la pena y que era muy digna de llegar a los lectores; esto suponía un estímulo importante para seguir escribiendo, trabajando y (auto)publicando”. Eso por no mencionar que los medios de comunicación se hicieron eco tanto de la obra premiada como de las finalistas, “lo cual favoreció que pudiera llegar a más lectores a través de las entrevistas y las noticias, y se me abrieron nuevas puertas en otros canales (prensa y radio) a raíz de haber ganado”.
Un tren necesario
Con la certeza, pues, de que resultar finalista del premio amplía mercados y conquista lectores de todo el mundo, ninguna duda en que tarde o temprano volverán a intentarlo. Es el caso de Cocó, que en unas semanas repetirá con su próxima novela, Un amor en construcción, porque, como comenta, “tuve una primera gran experiencia y no es un tren que se deba dejar pasar”. A fin de cuentas, insiste Fuentes, “mi sueño es ganarlo algún día y no voy a dejar de intentarlo, no pierdo nada y tengo mucho que ganar”.
"Muchos lectores están dispuestos a probar a autores autopublicados. No somos escritores menos capacitados que los que forman parte de una editorial". Nieves García
Y si no, siempre queda el recurso de volver a autopublicar. No en vano se trata, según García, de una gran oportunidad, ahora que las editoriales tradicionales se guían cada vez más por las listas de las plataformas digitales. “Pero si una editorial no se fija en nosotros, tampoco pasa nada. Un escritor escribe para que otros le lean y una tienda digital ofrece una gran masa de lectores, muchos de ellos dispuestos a probar a autores autopublicados. No somos escritores menores ni menos capacitados que otros que forman parte de una editorial, y la gente que acude a los medios digitales tampoco anda fijándose qué editorial respalda este título o el otro”, insiste.
“La autopublicación no es una vergüenza ni lleva una letra escarlata en la portada. Mi única recomendación es tomarse la escritura con calma, dejar reposar la historia un tiempo y darle varias vueltas antes de publicarla, buscar a alguien que de verdad tenga los arrestos de decirte lo que está fallando y asumir esos errores y remediarlos”, opina la autora. “Cierto es que una gran ventaja de la autopublicación es la posibilidad de corregir hasta el infinito, pero creo que es mejor lanzar la novela cuando consideremos que está casi perfecta”, concluye.