Hola, amigos. 

Recuerdo que Umbral decía que él escribía sobre cosas y no sobre conceptos (o algo parecido). Las cosas, qué duda cabe, son importantes, porque hasta los conceptos pueden ser tratados como tales si uno se empeña. Y la semana que viene escribiremos sobre unas cosas que a mí siempre me han intrigado: las bisagras de las puertas. Tan importantes y tan desapercibidas. La bisagra está ahí, humilde pero insoslayable y de ella depende la vida en Occidente tanto o más que de las constituciones nacionales. ¿Qué seríamos nosotros sin bisagras? ¿Quién abriría las puertas sin ellas? Sobre esto escribiremos la semana que viene.

Veamos, entre tanto, quiénes son los finalistas de la semana dedicada a los asesores. 

Miguel Á. Molina 

Le aconsejó esconderse en un baúl del desván para ganar el juego. Años después aún buscan al niño.

Sito 

Justo antes de que la cabeza del Rey se oyera rodar por el patíbulo, del silencio salió un grito: ¡Le aconsejé que escuchara al pueblo!

Juanvi 

Antes de proceder a la firma de la disolución de las Cámaras, el monarca solicitó un receso para tomarse un café, y hablar con el camarero.

Androide 

El ex asesor del dictador entendió por fin las limitaciones de su antiguo cargo frente al pelotón de fusilamiento.

Pilar Alejos 

Tras cada jornada laboral, el asesor necesitaba llamar al "Teléfono de la esperanza”.

Elizeus 

La policía resolvió los asesinatos seriales gracias a la asesoría de un notable asesino serial.

RIP 

Los asesores aconsejaron mantener la mascarilla en lugares públicos hasta que el presidente superara su pánico a las multitudes.

Marco Tulio Anzola 

“Deforme, enano…”, masculla el valido entre dientes cuando ve que el rey se inclina para escuchar los consejos del bufón de la corte.

Tabú 

Fue el mejor asesor hasta aquel día en el que el presidente apareció en la rueda de prensa con la bragueta abierta.

gpm 

Después de cinco divorcios, su asesor matrimonial se atrevió a decirle que estaba enamorado de ella desde que se casó por primera vez.

María T. 

El dictador repartía cada mañana entre sus asesores los consejos que ese día quería escuchar.

Ana Bronski 

La mejor tarjeta de presentación de aquel asesor fiscal era que siempre cobraba en negro.

Oror Scope 

Sus errores como asesor eran cada vez mayores. Dando un giro radical, empezó a consultar el horóscopo de su cliente en otro periódico.

Gaitán 

La primera dama de la nación siente celos cuando ve que el asesor también susurra al oído del presidente.

Jorge Alonso Curiel 

Cada vez el dictador salía más satisfecho de sus reuniones con su loro.

Inge 

Aunque cambiara la Corporación, el asesor se mantenía en su puesto. Era quien mejor servía los cafés.

Jorge Alonso Curiel 

Se empezó a dudar de aquel nuevo Papa al verle siempre rodeado de asesores de otras religiones.

Lejos

He llegado tan lejos como mi asesor, suspiró el político en la soledad de su celda.

Belisario

Antes de declarar la guerra al país vecino, el Presidente y sus asesores más próximos se encerraron a ver una película porno.

Ovidia 

Contrató a una asesora en lenguaje corporal. Aun así, el candidato era incapaz de no tocarse la nariz cuando hacía promesas electorales.

Y uno, de regalo: 

Ramón J.

El presidente sabía perfectamente que tenía un séquito inútil para dar consejos, pero no le gustaba almorzar solo.

Para aparecer con nombre y apellidos en caso de ganar, escribid por favor a cuenta140@elcultural.es

Gracias. 

Saludos cordiales