El 12 de diciembre de 1821 nacía en Ruan Gustave Flaubert, fundador de la novela moderna, uno de esos extraños autores que son un universo en sí mismos por su entrega incondicional a la escritura. Genial demiurgo, misógino y provocador, llegó a decir de su criatura más famosa que “Madame Bovary soy yo”, pero, como defiende en los DarDos Sabina Urraca, todas las mujeres se reconocen en ella, por o pese a su fragilidad, su presunta bobería (Marta Sanz) y su pasión. Mauro Armiño, traductor de referencia de su obra, celebra con El Cultural el bicentenario del escritor reivindicando su estilo; Germán Gullón analiza todas sus novelas, y en especial Madame Bovary, a la que desmontan Pilar Adón, Aurora Luque, Ana Merino, Rosa Montero, Elvira Navarro y Soledad Puértolas. Además, Lourdes Ventura reseña su epistolario El hilo del collar. Correspondencia; Ignacio Echevarría dedica su artículo a la modernidad de Salambó y el académico José Manuel Sánchez Ron nos descubre las inquietudes científicas del escritor.
La obsesión por el estilo, por Mauro Armiño. Tres obsesiones marcaron la obra de Flaubert: el estilo, el trabajo denodado y la documentación. Especialmente el primero, pues en pocos escritores la obsesión por el estilo como una parte mollar de la obra ha sido tan grande, hasta el punto de ser casi excesiva.
Madame Bovary: la tensión entre la vida y el arte, por Germán Gullón. Fascinado por la vida y las pasiones pero consagrado a la escritura desde su refugio de Croisset, Flaubert convirtió esa duplicidad en la mejor literatura: Madame Bovary, como analiza el crítico, que habla además del resto de su obra.
Madame Bovary deconstruida. Aunque Flaubert proclamó que Madame Bovary era él, son cientos de miles las lectoras y autoras que han intimado con ella. Hoy, seis escritoras relatan cómo conocieron a la ingenua, la apasionada, la encantadora, la suicida… y reivindican la importancia de un personaje inmortal.
¿Emma Bovary, una mujer sin voluntad? 200 años después del nacimiento de Flaubert, su mayor creación, Emma Bovary, sigue desconcertando al lector. ¿Era una mujer sin voluntad, víctima de sus sueños, o solo una valiente enamorada? Las escritoras Marta Sanz y Sabina Urraca suben al estrado.
Retrato en doce letras, por Nuria Azancot. Aunque parece imposible asomarse siquiera a ese inabarcable universo llamado Gustave Flaubert, El Cultural ofrece algunas claves íntimas y literarias para adentrarse en las profundidades y comprender mejor al autor que revolucionó la novela contemporánea.
Rendidos al melodrama, por Javier Yuste. Su novela Madame Bovary, como no podía ser de otra manera, es la obra más adaptada al cine del escritor francés, con versiones de maestros como Jean Renoir, Vincente Minnelli y Claude Chabrol. Y todos ellos tropezaron con la misma piedra.
El implacable epistolario de Flaubert, por Lourdes Ventura. Su volumen de cartas El hilo del collar, en edición de Antonio Álvarez de la Rosa, no es solo la quintaesencia del espíritu del escritor, sino una puesta en escena que presenta al Flaubert hombre, una amalgama de atrevimiento, farsa, vida y sabiduría.
A las puertas de Cartago, por Ignacio Echevarría. A la imaginación moderna, maleducada por el cine, Salambó se ofrece como una especie de peplum gore. Sin embargo, el drama de los refugiados que asolan Europa invita a releer esta novela como metáfora y profecía de una realidad dramática y apremiante.
Flaubert a ciencia cierta, por José Manuel Sánchez Ron. ¿Se encuentra alguna huella de la ciencia en su obra? Pues sí. Al igual que Zola o Balzac, Flaubert respetaba la ciencia y no fue, por tanto, uno de esos literatos protagonistas de “las dos culturas”, separadas por un abismo de profunda incomprensión.
Flaubert inédito: una charla entre Jesús y el Diablo. Publicamos en exclusiva "La danza de los muertos", uno de los relatos inéditos de juventud que esconde la edición de los Cuentos completos del maestro francés, que publica estos días Páginas de Espuma en edición de Mauro Armiño.