Hasta 16 mujeres acusan al famoso mago estadounidense David Copperfield de acoso y agresión sexual, más de la mitad de ellas aseguran que eran menores cuando se cometieron los hechos, según una investigación publicada este miércoles por el diario británico The Guardian.
Las acusaciones datan desde finales de los 80 hasta 2014 y las víctimas afirman que han decidido hacer públicos los hechos ahora animadas por el movimiento #MeeToo, llegando algunas de estas mujeres a autorizar que se publiquen sus nombres, mientras otros testimonios se hacen bajo condición de anonimato.
La investigación se basa en informes policiales y judiciales y en más de un centenar de testimonios.
Cuatro de estas mujeres aseguran que Copperfield las manoseó y que les obligó a tocarle "de forma sexual en el escenario durante actuaciones". Otras tres víctimas aseguran que el ilusionista, que ahora tiene 67 años, las drogó para mantener relaciones sexuales con ellas.
Copperfield niega haber cometido "ningún delito de ningún tipo", según el testimonio del propio mago al ser consultado por The Guardian antes de la publicación de esta investigación periodística.
"Jamás ha actuado de forma inapropiada con nadie, y menos con nadie menor de edad", han defendido, por su parte, sus abogados.
"Todo el que conozca a David Copperfield le dirá que estas acusaciones de un periódico son exactamente lo contrario de cómo es David", ha señalado un representante del mago en un comunicado oficial. Por contra "David ha arriesgado su carrera para ayudar a proteger a mujeres de depredadores poderosos" y señala que "muchas de estas acusaciones ya se han publicado antes y todas son falsas ahora igual que lo eran entonces".
Su representante asegura además que a Copperfield no le han entregado las supuestas "pruebas" en las que se basan estas acusaciones pese a haberlas pedido y recuerda que las fuerzas de seguridad estadounidenses ya han investigado sin hallar caso alguno.
De hecho, en 2018 el ilusionista ya rechazó informaciones de la prensa sobre supuestas agresiones sexuales, que él tachó de "denuncias falsas".