Jørn Utzon acaba de ser galardonado con el premio Pritzker, el más prestigioso honor para un arquitecto, en un acto celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. El premio ha sido entendido como un tardío reconocimiento a uno de los más importantes arquitectos del siglo XX.

La tradición para la entrega de los premios es buscar lugares de gran significado histórico y arquitectónico que, en principio, no tienen relación con el laureado. El Palacio Grassi, el Palacio de Versalles, el templo budista Todai-ji, el Museo de Arte Kimbell, o la Casa Blanca han sido escenarios elegidos para la celebración de anteriores premios.

Desde su primera entrega en 1979, que ganó el arquitecto americano Philip Johnson, grandes nombres de la arquitectura contemporánea han honrado el premio en estos 25 años, Luis Barragán, Kenzo Tange, Frank Gehry, Aldo Rossi, álvaro Siza, Tadao Ando, Rafael Moneo, Sverre Fehn, Renzo Piano, Norman Foster, Rem Koolhaas, Jacques Herzog & Pierre de Meuron, entre otros, han escrito la historia tanto del Pritzker como de la más reciente arquitectura contemporánea.

Todos ellos recibieron en plena actividad profesional el premio, aunque algunos no estaban en el punto culminante de su carrera. Se espera mucho aún de la obra de Koolhaas, Rafael Moneo, Siza o Herzog &de Meuron, activos intelectualmente en los grandes proyectos y concursos que se celebran por el mundo.



Pero el caso de Utzon, que dejó hace muchos años el estudio en manos de sus hijos Jan y Kim, representa el pago de una gran deuda de la comunidad arquitectónica al maestro danés, que supo retirarse tras legar grandes obras cuyo esfuerzo y desgraciadas circunstancias se impusieron al tiempo y se identifican hoy como símbolos de la cultura occidental.

Edificio de la Ópera de Sídney, de Jørn Utzon

Las injusticias y atropellos lanzados contra su persona y su edificio más emblemático, la ópera de Sidney, le obligaron a abandonar Australia y le relegaron de la finalización de la obra. Por entonces la estructura estaba completa y las intrigas políticas que ensuciaron el proyecto sólo pudieron excluirle de los acabados finales, sin mutilar una obra que hoy representa a la ciudad de Sidney y está considerada como el monumento nacional más importante de Australia.

El edificio de Utzon para la Asamblea Nacional de Kuwait, construido en 1969, también sufrió las miserias humanas, siendo bombardeado en la Primera Guerra del Golfo por las tropas iraquíes, aunque ha sido restaurado completamente fiel al diseño original de Utzon.

Su ejemplar obra toma un gran significado hoy en día, donde la libertad con la que Utzon ideó su arquitectura aunaba su personal expresión con una gran capacidad técnica que no se subordinó a las limitaciones de los procesos de producción y propuso un gran avance al servicio de la idea arquitectónica.

Su mirada abarcaba los elementos de la naturaleza, sus geometrías y estructuras y las tipologías de la arquitectura histórica. Las plataformas mayas, la construcción tectónica tradicional japonesa o la observación y análisis de fenómenos y elementos de la naturaleza, fueron sus referencias para construir una obra personal, paciente y ejemplar para posteriores generaciones de arquitectos.



Jørn Utzon escribió en 1948: "Ponemos todo en relación con nosotros. Se requiere un sano sentido común para entender la vida: andar, sentarse y tumbarse confortablemente, disfrutar del sol y de la sombra, del agua, de la tierra y de todas las difícilmente descriptibles impresiones de los sentidos. El deseo de bienestar es fundamental en la arquitectura si queremos alcanzar la armonía entre el espacio que creamos y la actividad que se desarrolla en él. Es así de simple y razonable. Es necesario estar en consonancia con el momento y el entorno, y, al mismo tiempo, el arquitecto debe tener la habilidad de imaginar y de crear, la habilidad que a veces se llama fantasía, a veces sueños".



Jørn Utzon

Retiro en Mallorca

Jørn Utzon nació en 1918 en Copenhague y se graduó, en 1942, en la Academia de Bellas Artes de la capital danesa. Trabajó con Alvar Aalto y Gunnar Asplund y, más tarde, viajó durante la década de los 40 por Marruecos, México, China, Japón, India, y Australia, lo que influenció su trabajo posterior. A los 38 años, ganó el concurso internacional para la ópera de Sidney, el más activo centro musical y cultural del mundo. Actualmente, con 84 años, vive retirado en su magnífica vivienda en la isla de Mallorca.