Les vimos en ARCO presentando sus últimos trabajos y aportando aire fresco y renovado a los habituales "valores seguros" que, año tras año, encontramos en la feria. Son Philipp Fröhlich, Paula Rubio Infante, Regina de Miguel, Juan López, Julia Spínola y Rubén Ramos Balsa, seis artistas que no superan los 35 y que han tenido un gran éxito de ventas entre coleccionistas públicos y privados. Pasado ya el frenesí y el "efecto escaparate" que supone una feria de arte, todos han vuelto a la tranquilidad del estudio para poner en orden sus actuales proyectos. De Madrid a Tokio, pasando por Berlín, los seis abren las puertas de su taller para mostrar su particular espacio de trabajo. Un oasis personal montado en locales alquilados, residencias para artistas o, simplemente, en la mesa de casa.
Se confiesa ciego para las ferias:"Tengo concentración para una hora. Luego, con tanta información, ando como un zombie". Lo explica Philipp Fröhlich (Schweinfurt, Alemania, 1975) quien dice tener preferencia por el trabajo en solitario. Fue por eso por lo que decidió dejar su trabajo en escenografía y teatro en Alemania y trasladarse a Madrid, a pintar: "Echaba de menos trabajar solo y soy difícil para colaborar con otra gente", bromea. Los primeros años, a falta de presupuesto para un taller, pintaba en su cuarto: "Ya eran cuadros grandes, lo máximo que podía sacar por la puerta". Hoy admite que el taller que tienen en el céntrico barrio de Estrecho de Madrid se le ha quedado un poco pequeño. Desde que fichara por la galerista Soledad Lorenzo en 2007, sus obras tienen lista de espera entre los coleccionistas. Aunque las prisas no van con él. En su estudio trabaja sin la presión de atender a fechas ni exposiciones futuras. Su modo de pintar, metódico y pausado, marca el ritmo. Desde su última exposición en marzo de 2010, ha terminado un par de cuadros, uno de los cuales, el presentado en ARCO, lo tiene ya en su colección la Fundación Coca-Cola. El dilatado tiempo de producción se parece a los ensayos teatrales: "En realidad mi trabajo se parece al del escenógrafo. Suelo partir de textos y luego hago una maqueta que me ayuda a pintar. Mis pinturas son escenarios".
Fotografía: Miguel Ángel Tornero
Acaba de hacerse con el Premio ARCO Comunidad de Madrid para jóvenes artistas con su proyecto Come mierda (2010), presente en el stand de la galería Formato Cómodo de Madrid. Como siempre en su trabajo, todo parte de unas fotografías: la primera, de una campana de extracción de humos de la cocina de la antigua cárcel de Zamora y, la segunda, del estado actual de la fosa común del cementerio de la localidad de Toro. "A partir de las fotografías cojo un elemento que aparece en ellas y lo contruyo, imitándolo, en tres dimensiones y gran formato. Mis obras acaban siendo una amalgama de cosas imposible de fragmentar", explica. Con la misma unidad de sentido Paula Rubio Infante (Madrid, 1977) enlaza un proyecto con otro. Sigue trabajando sobre la caza en Plato a la naranja, que llevará a la feria MACO de México en abril, y le da vueltas a la idea de seguir trabajando con la fosa de Toro, iluminándola como tiempo atrás hacían con cada ejecución. Desde su taller en Chapinería, a 50 km de Madrid, trabaja de manera disciplinada, "de 8 a 10 horas, como un albañil";. En las afueras de la capital ha encontrado la calma y el contexto que mejor se acoplan a sus intereses: "En Madrid compartía estudio con 6 personas y aquí es más barato. Además, mi trabajo tiene mucho que ver con lo periférico y el medio rural&
Fotografía: Yolanda Pérez
Ha sido una de las apuestas más jóvenes del Museo Reina Sofía y la Colección ARCO en sus compras en la feria. También del coleccionismo privado. El éxito de ventas, en la galería Maisterravalbuena de Madrid, de las ocho imágenes que integran el trabajo El último término que alcanza la vista (2010), coloca a Regina de Miguel (Málaga, 1977) en el mejor momento de su carrera. Se trasladó a Berlín hace unos meses, tras conseguir una de las becas CAM, donde trabaja en Nouvelle Science Vague Fiction, proyecto con el que la artista indaga en los procesos psicológicos relativos a una pérdida de referentes asociados a arquetipos geográficos. Los viajes y los mapas, la arquitectura y la memoria están siempre presentes en sus obras. Su manera de trabajar tiene mucho que ver con ese espíritu migratorio: "Varía según el proyecto y cada vez es más abierto y nómada. Me gusta alternar entre la investigación en libros, archivos, el trabajo en equipo, los viajes...". Aunque actualmente su campamento base está en el barrio de Neükolln, estudio y casa al tiempo, desde donde prepara una exposición en ICAS de Sevilla para mayo y acaba la producción de un vídeo filmado en Holanda y Eslovenia.
Es el artista más joven que representa La Fábrica que, en esta edición de ARCO, ha ganado el premio a la mejor galería que otorga la Asociación Española de Críticos de Arte (AECA). Su vídeo Tetravatio (2010), ha aportado aún más alegrías, con dos ediciones vendidas. Juan López (Alto Maliaño, Cantabria, 1979) recibe la noticia en Tokio, donde se acaba de trasladar a una residencia para artistas en el Tokyo Wonder Site. Le dan una habitación y un taller durante 3 meses, algo de dinero para producción, sesiones de Open Studio como la próxima del 12 de marzo y una exposición final. La suya será en abril. "Luego continuaré en Tokio gracias a la beca CAM. Buscaré un piso y dejaré de tener estudio otra vez. Salvo que esté en alguna residencia como ésta o la que tuve en Hangar, trabajo en casa: un par de mesas si puede ser y con el almacén debajo de la cama. Esto ha condicionado mi trabajo y es uno de los puntos más importantes para mí. En casa sólo trabajo en papel y ordenador. Cuando hago las intervenciones murales habito el espacio expositivo durante varias semanas como si fuera mi estudio". Actualmente, trabaja sobre cómo integrar las videoproyecciones en sus murales para así, añadirles movimiento.
Fotografía: Alex Kersaw
Desde hace meses, en las paredes del estudio de Julia Spínola (Madrid, 1979) cuelgan manos y orejas. Ambas son las protagonistas de los collages que ha presentado en el stand de la galería belga Tatjana Pieters, una de las galerías emergentes de Opening, la sección más celebrada de ARCO. A día de hoy, ya forman parte de varias colecciones, entre ellas, la de Enrique Ordóñez e Isabel Falcón quienes, a pesar de tener una de las mayores colecciones de fotografía y vídeo de nuestro país, cada vez parecen más abiertos a otros formatos como el dibujo. El título de las obras, Oreja.Vaciamiento, invita ya a la imaginación: "Son dibujos casi cinéticos, sin apenas color, cuyas formas tienen mucho que ver con las manos de la gente cuando camina y el espacio que se crea alrededor". Ese mismo interés por la línea, el movimiento, el fragmento y el gesto definían los dibujos y vídeos que la artista presentó, hace sólo unos meses, en la exposición Antes que todo, en el CA2M de la Comunidad de Madrid. Desde su taller, una mesa contra la pared inmersa en su espacio doméstico, piensa ya en gráficos musicales y pies, ejes de las nuevas obras para su próxima exposición en la galería Heinrich Ehrhardt de Madrid, prevista en abril dentro del proyecto Jugada a tres bandas. La artista ha convertido su mirada intuitiva y su afán por leer el entorno en una actitud vital. Se confiesa nocturna y amante de los materiales baratos: "Los materiales con los que trabajo parten de una decisión para mantener cierta independencia y libertad. Siempre son materiales con los que podría trabajar en cualquier circunstancia y lugar".
"Es responsabilidad del artista -comenta Rubén Ramos Balsa (Santiago de Compostela, 1976)- incorporar riesgo. Tenemos la idea de que las galerías tienen que apoyar al artista, pero también podría formularse al contrario". Lo dice al hilo de la pasada edición de ARCO, satisfecho de haber vendido las tres ediciones de Mar (2011), un pupitre antiguo en cuyo interior, a través de una pantalla, puede verse un mar enfurecido. Es la primera pieza de sus nuevos trabajos, Serie sobre el infinito, que el artista presentará en la galería Fúcares de Madrid en 2012. Aunque antes, el pupitre que vimos en la feria viajará a la Bienal de Singapur el próximo 13 de marzo. Mantiene dos talleres en activo: uno en Galicia, donde produce las obras, y otro en Oslo, su actual lugar de residencia, donde trabaja en el campo de la investigación científica. Pronto presentará su proyecto más importante de los últimos 5 años, con la escisión entre arte y ciencia como leit motiv. Formará parte de la exposición Estación experimental, prevista el próximo mes de mayo en el CA2M en Móstoles: "Es una demostración científica en la que participo como ‘observador'. La pieza es de Oumar Haidara, un ingeniero senegalés afincado en España cuyo trabajo muesta la ruptura mecánica de la simetría".