Imagen del interior de Espacio Trapézio

Trapézio con zeta y tilde. Así se llama el nuevo espacio que se abre hoy en el local 16 de la segunda planta del recién inaugurado mercado de San Antón, en el madrileño barrio de Chueca. Un espacio entre el museo y la galería que parecía que no iba a llegar nunca a Madrid. De entrada, nace con fuerte dosis de filantropía y crítica al sistema del arte, agua de mayo para el contexto artístico en la ciudad. "El punto de partida es francamente bueno", explica Martí Manen, uno de los comisarios del equipo junto a Javier Duero. "Alguien que quiere dejar de ganar dinero para dar oportunidad a los artistas y que, además, quiere hacerlo bien, de un modo profesional". Habla de Jesús Álvarez, gestor empresarial y propietario de este espacio en el mercado. Lleva tiempo en la búsqueda de un lugar desde donde canalizar su interés por el arte. Primero fue una galería on-line y ahora este espacio, dos proyectos que comparten el mismo nombre e ilusión.



El contexto del mercado en el que se ubica, entre puestos de pescado, fruta y pasteles, es algo característico también de este proyecto. "En un mercado hay menos miedo que en un museo", añade Manen. "El aura del museo no está y la dificultad de establecer un diálogo directo con los visitantes es menor. Madrid está bien surtido en cuanto a instituciones de gran formato, con fórmulas distintas y sistemas de cómo plantearse el arte. También el contexto galerístico es importante en la ciudad, pero faltan espacios intermedios, lugares que no pueden ser mausoleos por una cuestión de tamaño. Siempre es bueno que aparezcan estructuras que huyan de la burocratización y que planteen un trabajo directo, que tengan capacidad para ser flexibles y críticas consigo mismas".



El otro de los pilares del proyecto lo explica Duero: "Hay una apuesta muy clara por un formato y un tipo de artista que trabaja desde fuera del circuito. El mundo del arte ha sido muy cerrado, muy endogámico y muy elitista y no hemos sido capaces de explicar cuál es nuestra forma de producir, porqué lo producimos y cómo lo distribuimos. Para los que dicen: 'Es que la gente no se entera'… Pues no, perdona. Es que nosotros, dentro del mundo del arte, no somos capaces de defenderlo y explicarlo. También tienen que ver con la base socio-educativa de este país que la cultura no se estudia desde pequeño. Cada vez va a ser más difícil obtener becas y ayudas porque no vamos a ser capaces de explicarlas. Por eso aquí vamos a trabajar con artistas emergentes vinculados a becas públicas o privadas en un sistema de presentación monocanal, para que se entienda qué significado tiene eso".



Habla del programa Cluster, la presentación de obras de videoarte que han sido realizadas mediante becas de producción o durante residencias artísticas internacionales. Félix Fernández (Lugo, 1977) inaugura Cluster #1 con Yo en caminos ajenos, 2010, un vídeo grabado en un estival Berlín que habla de la adaptación del ser humano a un entorno desconocido y de cómo la identidad se amolda a patrones que no son propios para sentirnos integrados. El mensaje cifrado que no puede ser más claro como declaración de intenciones de este espacio. El vídeo, producido con ayuda de la Bolsa de Creación Artística en el Extranjero Gas Natural Fenosa forma parte del proyecto Crossed Lines que el artista presentará en MACUF el próximo otoño.



Exposiciones colectivas temáticas (la próxima, Preparados, listos, ya! el día 8 sobre artistas sin galería), proyectos comisariados, actividades educativas y eventos participativos junto a un interés por la economía, la gastronomía y la difusión completan la programación de este luagr interesado en inventar otras fórmulas posibles de presentación de arte teniendo como referentes proyectos como Index Foundation en Estocolmo, la Konsthall en Malmö, la Kunstverein de Munich o GB Agency en París.



Al equipo de comisarios y Jesús Álvarez se unen el artista GILFER, Miguel Ángel Gil Fernández y Ricardo López-Francos, también empresario. La selección de proyectos artísticos y curatoriales se llevará a cabo mediante una Comisión Técnica de especialistas, que valorará los proyectos realizados por encargo y aquellos recibidos por el programa anual de convocatorias públicas, en las que "la excelencia, el rigor y la innovación", anuncian, serán los principales criterios de valoración en ambos casos.



Con el proyecto del Centro de Artes Visuales en el edificio de Tabacalera estancado y la ubicación del CA2M en Móstoles, Madrid ciudad estaba ansioso por tener un centro de arte y llegó por fin. Tienen presión, qué duda cabe. El desafío está en seducir a ese gran público que hace la compra en el mercado y a ese otro del sistema del arte muchas veces ensimismado e incapaz de ver más allá de sus intereses. Aunque sus ganas de trabajar dicen ya mucho del espíritu con que nace este nuevo proyecto. ¡Bienvenidas sean!