Vsita de la exposición

Comisario: Manuel Borja-Villel. Museo Reina Sofía. Santa Isabel, 52. Madrid. Hasta el 12 de octubre.

Ésta es una muestra de excepción, proyectada por el Reina Sofía para favorecer el contacto del espectador con una obra difícil y con una artista arriesgada y diferente: Elena Asins (Madrid, 1940). Para ella la práctica del arte es una agotadora manera de actuar, construir y vivir en torno a la trascendencia, preguntándose por el sentido del ser y el estar en un lugar absoluto. A ello responde la exposición, que además evalúa la figura de Asins en relación al arte español de las décadas 1960-1970, cuando el informalismo hizo crisis e irrumpió la generación del "cambio de paradigma", haciendo confluir la tradición constructiva con los caminos nuevos del estructuralismo, la teoría de la información y la computación.



No es una muestra antológica ni una retrospectiva, sino una presentación singular de un conjunto de Fragmentos de la memoria. ¿Cuáles son estos retazos esenciales de la obra caudalosa de Asins? El año 1968 es la primera clave: el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense inició los seminarios de Generación Automática de Formas Plásticas, donde Asins trabajó con Alexanco, Barbadillo, Lugán, Soledad Servilla y Sempere incorporando la cibernética al proceso artístico. La entrada y las dos primeras salas de la muestra presentan trabajos de aquella fecha: se suceden las obras dibujadas con hilos de nylon sobre madera (con la sorpresa de sus líneas casi invisibles revelando el nacimiento vibrante del espacio), las composiciones letristas, la poesía visual (papeles plegados, letras transferibles, papel de trama…) y las grandes pinturas al acrílico sobre Estructuras ópticas.



El segundo tiempo expositivo lo fija la década de 1970, cuando Asins trabajó en Stuttgart y conoció a Max Bense, padre de la estética de la información, postulando una fusión del arte con la tecnología, a través de la semiótica y la matemática. El interés de estas obras culmina en la grandiosa serie Strukturen, donde Asins experimenta sobre estructura musical y relaciones estructurales entre líneas y planos, admirándose de que "el Número en el espacio convierte a éste en Tiempo", en duración. En 1980, al establecerse Asins en Nueva York, sus trabajos se orientaron al espacio fluyente de la arquitectura y al estudio del plano mediante formas progresivas y generativas, como testifican aquí el Project for an Architectura y los 272 dibujos de Paradigme for Scale, realizado en 1982 en la Universidad de Columbia, donde Asins estudia el valor del plano-espacio como un vacío positivo y concluye que "crear el vacío es el acto principal del arte". La trayectoria actual de Asins, a partir de 1990, es el quinto tiempo de la muestra, centrándose en nuevos formatos: la escultura (serie Menhires), la instalación (ciclo Dólmenes) y el vídeo, presentando 19 proyecciones en las que el movimiento, la superposición y los textos llevan a la perfección. No se lo pierdan.