Jorge Díez, comisario de 1812_2012. Una mirada contemporánea

El comisario de las intervenciones en torno a la Constitución de 1812 nos da las claves del proyecto de AC/E

No es la primera vez que Acción Cultural Española presenta un programa de intervenciones públicas de arte contemporáneo. Ya lo hizo en Cartagena de Indias (Colombia) en 2007 y en Valparaíso (Chile) en 2010. También entonces, el comisario Jorge Díez, conocido experto en el ámbito del arte público tras su paso por Madrid Abierto, se hizo cargo de las propuestas y de la selección de los artistas. "Ensayamos allí -explica- un nuevo modelo para la promoción del arte español en el exterior basado en la producción de obra nueva, la relación con el contexto y el carácter colaborativo de los procesos". En esa misma línea, y tomando como referencia lejana el arte efímero del siglo XIX, la presidenta de AC/E, Charo Otegui, le propuso comisariar un proyecto que tratara de vincular la Constitución de 1812 con la situación actual y con las prácticas artísticas contemporáneas. Surge así 1812_2012. Una mirada contemporánea.



Se trata, en definitiva, de otorgar dimensión artística a un aniversario político, el bicentenario de nuestra primera Carta Magna. "No tenía sentido sumar un nuevo proyecto de carácter puramente conmemorativo al amplio programa previsto para marzo de 2012. Sin embargo, los conceptos de ciudadanía, derechos, libertades y participación propios de la Constitución doceañista ofrecían una posibilidad muy interesante como base para una reflexión crítica desde el campo de lo simbólico", dice Díez. Así, el núcleo del proyecto son las intervenciones artísticas, pero se ha abierto también a la ilustración gráfica, el audiovisual o la música contemporánea, de hecho es el concierto de Mauricio Sotelo en el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía lo que marca el inicio del programa de intervenciones.



Activar el espacio público

-¿Cómo ayuda a la hora de contactar con el espectador el hecho de que sean intervenciones en espacios públicos?

-El hecho de integrar en el proyecto distintos ámbitos creativos y formatos tiene ese objetivo de abrir la propuesta a un público amplio y diverso, generando propuestas tanto de carácter simbólico como práctico. En concreto, las intervenciones artísticas, que mayoritariamente se van a desarrollar en espacios públicos no expositivos de museos y centros culturales de todo el país, uno por cada comunidad autónoma, obedece, por un lado, a la necesidad de no interferir en una programación normalmente cerrada con mucha antelación y, por otro lado, a la voluntad de continuar las experiencias previas en Colombia y Chile, con el objetivo compartido de activar el espacio público desde un planteamiento crítico en diálogo con nuestro entorno social, político y cultural.



-¿Cómo se ha seleccionado a los artistas?

-El núcleo principal proviene de los proyectos a los que me he referido, en función de su experiencia en este tipo de intervenciones, de mi propio interés por sus trayectorias artísticas y de una voluntad de presentar un panorama diverso en cuanto a herramientas y lenguajes. Hay un grupo de artistas nacidos alrededor de 1970 a los que conocí cuando participaron en sucesivas Muestras de Arte del Injuve, durante el período en el que fui responsable de los programas culturales del Instituto de la Juventud, y con los que he seguido trabajando desde entonces, como es el caso de Democracia, Maider López, Fernando Sánchez Castillo, Carme Nogueira, Abigail Lazkoz, Diana Larrea, Cristina Lucas y Juan López. En un similar entorno generacional y de madurez creativa están Marina Núñez, Pablo Valbuena, Alicia Martín, y Azucena Vieites. Otros como Rogelio López Cuenca, Gustavo Romano y Dionisio Cañas representan distintas líneas muy significativas en este tipo de proyectos. Iñaki Larrimbe y Noaz se sitúan voluntariamente en los márgenes de lo artístico. Y como referente fundamental de una forma de hacer y entender la práctica artística en nuestro país tenemos la fortuna de contar con Isidoro Valcárcel Medina.



De Marx a la Primavera Árabe

El punto de partida que Jorge Díez les dio a los 18 artistas fue una cita de Marx ("España estaba dividida en dos partes. En la Isla de León, ideas sin actos; en el resto de España, actos sin ideas") y un artículo concreto de la Constitución, junto con varios textos del historiador Manuel Chust, quien además ha colaborado en el proyecto. "Aunque, por supuesto, cada artista ha actuado con total libertad a la hora de vincularse de una forma más o menos explícita al contexto general", afirma el comisario.



-La segunda línea argumental o de actuación ha sido la relación de la Constitución de 1812 con las revoluciones de la Primavera Árabes y el 15M. ¿Cómo se relaciona La Pepa con este contexto actual?

-Hace doscientos años los ideales liberales y la democracia representativa pugnaban por enterrar el Antiguo Régimen, la vieja alianza del trono y el altar, que en España enfrentaba los vivas a la Pepa y las cadenas, divididos como apuntó Marx entre las ideas sin actos y los actos sin ideas. Hoy las plazas de muy distintos países se han llenado de personas debatiendo propuestas y exigiendo participación en las decisiones políticas, paradójicamente ideas a la búsqueda de una acción política, mientras que determinados actos políticos, como la precipitada reforma constitucional en nuestro país, no parecen responder a ninguna idea salvo al vano intento de aplacar la voracidad sin límites del poder financiero. El anuncio del presidente socialista griego Papandreu de convocar un referéndum en su país desató una unanimidad en contra tan firme e inmediata por parte de instituciones europeas, gobiernos y partidos políticos como la que sería necesaria en positivo para devolver a la política y a los ciudadanos el protagonismo que efímeramente La Pepa, en su contexto histórico, anunciaba.