Montserrat Soto: Obra de la serie Paisaje Secreto, una investigación sobre los espacios que ofrecen las casas de los coleccionistas de obras de arte



La unión hace la fuerza. La frase está tan dicha que cansa oírla, pero no por ello deja de ser cierta. Para el público español, los coleccionistas privados de arte contemporáneo han sido hasta ahora un estamento desconocido y opaco. Pero ahora quieren salir a la luz, reivindicar su importancia en el mercado del arte y defender sus intereses de manera conjunta, algo fundamental en tiempos de vacas flacas. Por eso, once de ellos han fundado la asociación 9915.



El nombre elegido para la asociación, que es el código con el que la OTAN designa la actividad del coleccionismo de arte, es toda una declaración de intenciones: normalizar, regular y profesionalizar el sector. "En los procesos de compra tanto nacionales como internacionales, muchas veces los conceptos no están lo suficientemente claros y uniformizados, se cierran las operaciones de un modo personal, poco contractual. A menudo no se acompañan las obras con la suficiente documentación, certificados e instrucciones de mantenimiento. No hay unos hábitos estandarizados", asegura Jaime Sordo, presidente de la asociación, algo que ocurre también con los préstamos a museos e instituciones.



Por este motivo, uno de los principales objetivos de 9915 será la formación de los coleccionistas, tanto para los experimentados como para los que dan sus primeros pasos. "Hasta ahora, todos hemos sido autodidactas y hemos aprendido en base a la experiencia y el intercambio de consejos, pero nos habría gustado poder tener una guía", confiesa Sordo. Entre las nuevas generaciones de coleccionistas, los hay de nuevo cuño y también, por supuesto, herederos de colecciones familiares. Una meta de esta labor de formación será reducir los casos de "nietos que se pulen la colección del abuelo".



Comunicación ante todo

Otro eje prioritario será la comunicación de los coleccionistas privados con el resto de actores del mercado del arte -artistas, galeristas, comisarios, instituciones públicas, museos- y entre ellos mismos. El primer paso en esa dirección será la creación de una base de datos voluntaria con toda la información posible sobre las colecciones de arte privado que hay en España. La misma importancia tendrá la comunicación con el público general, para cambiar la idea de que los coleccionistas son "entes caprichosos y desconectados de la sociedad", asegura Chema de Francisco, que dirige la Comisión Técnica encargada de organizar los grupos de trabajo. "El coleccionista de hoy es una persona culta, que lee, viaja y se documenta mucho y es muy consciente de su papel en el mercado del arte".



Al mismo tiempo, el presidente de 9915 reconoce que el coleccionismo español ha estado tradicionalmente "metido en casa", reservado al disfrute del propietario y su entorno: "Queremos fomentar un coleccionismo extrovertido, a la americana", asegura Sordo.



De Francisco hace hincapié en el carácter abierto de la asociación naciente: "No somos un grupo elitista. El principal requisito para ser miembro de 9915 no es tener una gran colección, sino tener una buena disposición. Hay gente que no se considera coleccionista porque sólo tiene 20 piezas, pero se equivoca".



Esperanza en la ley de mecenazgo

La relación entre coleccionismo público y privado en España es deficiente, en eso coinciden todos. En ese sentido, en 9915 confían en que la futura ley de mecenazgo anunciada por el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, cambie esta situación. "La ley debería ser lo más generosa, razonable y realista posible. Premiar a los coleccionistas desde el punto de vista fiscal es muy importante, porque hoy en día la compra es el mayor compromiso que uno puede tener con la cultura. Es una inyección de sangre en el circuito cultural", asegura De Francisco.