Norman Foster durante la conferencia inaugural en Pamplona



Con lo común como leitmotiv ha dado comienzo en Pamplona el II Congreso Internacional de Arquitectura y Sociedad. Su director Luis Fernández-Galiano ha logrado reunir, por segunda vez (hace dos años se celebró el I Congreso con el lema Más por menos) a destacadas figuras de la arquitectura internacional. Norman Foster se ha hecho cargo de la conferencia inaugural en la que ha incidido en lo importante que es destacar lo común en la arquitectura. Una tesis propuesta por Fernández-Galiano que tiene una doble vertiente, lo que compartimos y lo cotidiano como herramientas para enfrentarse a la difícil situación actual. "Queremos hablar de austeridad, pero también de solidaridad. De lo que compartimos, pero también de lo corriente", ha dicho el director.



El esquema de intervenciones que, organizadas por la Fundación Arquitectura y Sociedad, se celebran estos días en el Baluarte de Pamplona, responden al mismo esquema que las de hace dos años. Pensadas desde su inicio para ser desarrolladas con periodicidad bienal, el programa de este año cuenta, además de Norman Foster, con la presencia de los tres premios Pritzker ibéricos: Rafael Moneo, que ha sido galardonado recientemente con el premio Príncipe de Asturias de las Artes, Álvaro Siza y el portugués Eduardo Souto de Moura. Los tres participarán en las conclusiones de la sesión del último día, viernes 22 de junio, y los tres se sentarán en la mesa de debate moderada por Kosme de Barañano. Además, historiadores, arquitectos influyentes, como Juli Capella, Vasa Perovic y Bjarke Ingels, o críticos especializados, como Peter Buchanan y François Chaslin, entre otros, darán cuerpo y voz a este congreso.



Una cita en la que lo público va a tener un peso importante. "Se trata de abordar los edificios colectivos o los que van a ser usados por la colectividad", explica Fernández-Galiano que viene a defender lo común como alternativa. "Queda mucho por hacer en la arquitectura de lo cotidiano, cuando nos enfrentamos, por ejemplo a una pequeña plaza pública. Frente a edificios que hablan a gritos aquí se defiende una arquitectura de susurros", añade el director que destaca la subordinación del edificio a la ciudad en los trabajos de Moneo o la reforma de Trafalgar Square de Foster, que mejora sin que se aprecie la mano del arquitecto. "Hay que reordenar el mundo sólo para hacerlo más compatible".



A este mensaje se une también Francisco Mangado, fundador y patrono de la Fundación: "Los jóvenes deben asumir la arquitectura como servicio, en oposición a las últimas tendencias que van en contra de la sociedad". Y que da continuidad a los temas del I Congreso y a aquel Más por menos que propuso respuestas a la crisis, basadas en un uso más eficaz de los recursos materiales y energéticos. "La arquitectura es un servicio y la belleza se encuentra en ese servicio", concluye el arquitecto que en 2008 pensó en la necesidad de crear esta institución para promocionar la arquitectura como solución al entramado complejo social y que hoy reúne a lo mejor de la profesión y les anima al debate y a la búsqueda de nuevas soluciones.