Instalación de Juan Herreros en la Bienal de Venecia.

Comienza la Bienal de Arquitectura de Venecia, que este año lleva por título Common Ground ("terreno común"). La muestra, que se prolongará hasta el 25 de noviembre, da voz a la vertiente racional, modesta y pragmática de la disciplina, en consonancia con la situación económica que padecemos y en contraposición a los proyectos megalómanos de los arquitectos estrella, que tanto han proliferado los últimos años. Esta forma de entender la arquitectura es también la seña personal de identidad de su director, David Chipperfield, que ganó el año pasado el premio Mies van der Rohe. La intención de la muestra es, explica, "reafirmar la existencia de una cultura arquitectónica constituida no solo por talentos individuales, sino también por un rico patrimonio de ideas diferentes, reunidas en una historia común, en ambiciones comunes, en contextos e ideales colectivos".



Entre los españoles que el prestigioso arquitecto londinense ha seleccionado para el pabellón central, destaca Juan Herreros, que presenta la propuesta Dialogue Architecture, en la misma línea del lema de la bienal. En su texto de introducción, el arquitecto asegura: "No nos interesa la fascinación por la tecnología ni la excitación ante la complejidad innecesaria. En su lugar, queremos proponer un Pensar Técnico para el proyecto arquitectónico que nos permita tomar decisiones y reconocer su oportunidad, identificar lo superfluo y dar valor a lo que nos emociona". En lugar de mostrar trabajos concretos, Herreros expone una selección de formas, de detalles constructivos y de dinámicas de trabajo que, sin hacer referencia explícita a los edificios a los que se vinculan, reflejan su singular universo arquitectónico para "abrir un diálogo desafectado sobre el qué, el cómo y el quién que pueda ser utilizado por terceros como el inicio de otras exploraciones".



Rafael Moneo es otro de los nombres españoles que suenan desde hoy en Venecia. El arquitecto de Tudela se pregunta en su espacio expositivo del Arsenal veneciano hacia dónde se dirige la arquitectura contemporánea, a través del estudio del uso cotidiano que le da la sociedad. Para llevar a cabo esta reflexión utiliza un amplio mural con planos y fotografías de varios proyectos suyos, como la remodelación de la estación madrileña de Atocha o el edificio de la sede de Bankinter, también en Madrid. Por su parte, Alberto Campo Baeza, pretende demostrar en Cada arquitecto es una casa que cada vivienda es reflejo del pensamiento arquitectónico de su época.



La 13ª muestra de arquitectura de Venecia también ha encargado al arquitecto, docente y teórico Luis Fernández-Galiano el comisariado de una exposición colectiva que ha titulado Spain, mon amour, que reflexiona sobre la burbuja inmobiliaria de los últimos años en nuestro país y la difícil situación en la que ha dejado a los arquitectos españoles. En ella se exhibirá el trabajo de Francisco Mangado, Emilio Tuñón, Nieto Sobejano, Ángela García de Paredes, Ignacio Pedrosa, Rafael Aranda, Carmen Pigem y Ramón Vilalta. Pero lo que más ha sorprendido a los medios internacionales es la presencia de un grupo de estudiantes de arquitectura, vestidos de blanco y ataviados con una máscara veneciana, que conversarán con los visitantes sobre el incierto futuro que les espera en nuestro país. Cada semana, los estudiantes procederán de una universidad diferente de España.



En la edición de este año, 55 países cuentan con su propio espacio expositivo y cuatro de ellos lo hacen por primera vez: Angola, Kosovo, Kuwait y Perú. Al frente del pabellón español, que se presentó en Venecia el lunes, están los arquitectos Antón García-Abril y Débora Mesa. Bajo el título Spainlab, tendrá como temas principales la innovación y la investigación, y contará con la participación de Menis Arquitectos, Cloud 9 (Enric Ruiz-Geli), Ecosistema Urbano, Sancho-Madridejos Architecture Office, RCR Aranda Pigem Vilalta Arquitectes, Selgascano y Vicente Guallart (Arquitecto Jefe de la ciudad de Barcelona).



Además de los despachos de arquitectos, la bienal cuenta con la presencia de artistas plásticos cuyo trabajo está relacionado con la arquitectura. Es el caso de la fotógrafa Marisa González, que expondrá varias videocreaciones inéditas de su serie Female open space invaders/Ellas filipinas, en la que muestra el uso que las inmigrantes filipinas, en su mayoría empleadas domésticas, dan a la colosal sede del banco HSBC en Hong Kong, diseñada por Norman Foster en los ochenta. Allí se reúnen estas mujeres cada domingo -su día libre-, reconvirtiendo los alrededores del edificio en un espacio de ocio y socialización. Junto al trabajo de González, se expondrán maquetas y dibujos originales de Foster y la la emblemática fotografía de Andreas Gursky Hong Kong Bank.



Cataluña y las Islas Baleares, de forma conjunta y a través del Institut Ramon Llull, presentan este año un pabellón propio dentro de los eventos colaterales de la bienal. Vogadors mostrará el trabajo de nueve arquitectos jóvenes de ambas comunidades autónomas. Comisariado por Jordi Badia y Félix Arranz, este pabellón se ubicará en un espacio situado muy cerca del Arsenale. Para desarrollar el proyecto, el equipo de comisarios se ha inspirado en el Mar Mediterráneo, "que separa y, al mismo tiempo, une" Cataluña y Baleares.



También estará presente en la programación paralela de la bienal José Luis Mateo, que expone Earth en el Palazzo Bembo, en una exposición colectiva en la que participan 56 arquitectos procedentes de 26 países. En su montaje, Mateo reflexiona sobre la relación de la arquitectura con la tierra en cuatro construcciones reales marcadas por la importancia del subsuelo.