Ángulos, luces y sombras de Cristina Iglesias
Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) recorre estos días el Museo Reina Sofía de arriba abajo, en pleno montaje, buscando aún más luces y sombras de las que esconden sus obras. Estos dos materiales, cuenta en el vídeo, van a ser fundamentales en la exposición que la artista inaugura en el museo el próximo martes 5 de febrero, la mayor retrospectiva realizada hasta la fecha, aún mayor que las que le dedicara el Museo Guggenheim en Nueva York (1997) y Bilbao (1998), Serralves de Porto (2002), el Museum Ludwig de Colonia (2006) o la que también en Madrid vimos en el Palacio de Velázquez (1998). Una antológica que cuenta con más de 50 piezas, algunas de ellas nunca vistas antes, como algunos de sus Pozos, que llegan a España tras pasar por la galería Marian Goodman en Nueva York y París, y la reciente Bienal de Sydney. La exposición también es una oportunidad estupenda para ver obras de los inicios, de mediados de los 80, cuando la artista ya le daba vueltas al tema del deseo y la ausencia, tema central de muchas de sus piezas míticas, como las celosías, los corredores suspendidos y las piezas vegetales.
Sus proyectos de escultura pública, sus míticas puertas del Prado, sus Estancias sumergidas bajo el mar mexicano, o la más reciente, la inaugurada hace sólo unos meses en Inhotim, en Brasil, entre otras, estarán presentes también aunque a modo de documental bajo el título The Guided Tours. Emocionada, con la ilusión puesta en cada detalle, se define como "constructora" y a sus obras como "construcciones: son mi manera de desmarcarse de la idea escultura y que construye espacios ambiguos, en los que nada es totalmente lo que aparenta. Un lugar mental que conlleva también una presenta y experiencia física". Es sólo un pequeño adelanto de la larga charla de la artista con Bea Espejo, una entrevista que publicaremos en El Cultural en próximo viernes 1 de febrero.