El talismán, de Paul Sérusier.



La Fundación Mapfre es una de las instituciones culturales que mejor están aguantando el tipo en estos tiempos convulsos. Para 2013 tiene previsto organizar algunas exposiciones ambiciosas, que a buen seguro congregarán largas colas en su sede del Paseo de Recoletos de Madrid. "Este tipo de muestras es nuestra seña de identidad y la queremos seguir reforzando", ha explicado el presidente Pablo Jiménez Burillo, director del Instituto de Cultura de esta entidad, durante la presentación de la programación para el nuevo año. Aun así también han tenido que hacer sus sacrificios. Su actividad en el sector del cine es la más damnificada. Ya no organizarán el Festival 4+1 y dejarán la labor pedagógica que desarrollaban en el Festival de San Sebastián. Tampoco encontraremos en la Feria del Libro la caseta de Mapfre en mitad del Paseo de Coches.



Son repliegues que le permitirán echar el resto en las exposiciones. Para abrir boca, el próximo jueves arrancan dos. La primera, según Jiménez Burillo, "está llamada a ser una de las las más importantes de 2013". Es Impresionistas, postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno. Una propuesta que entronca con la muestra sobre los orígenes del impresionismo que concitó, en 2010, una afluencia masiva en la fundación. Esta vez también cuenta con la colaboración del Museo d'Orsay. Mapfre se ahorrado las tarifas de los préstamos de los 90 cuadros que podrán verse en Madrid porque el año pasado ayudó a la pinacoteca parisina a organizar otra exposición sobre la misma corriente estética en Brasil (en el Centro Cultural de Banco Do Brasil en Sao Paulo). Ese apoyo le ha brindado la oportunidad traer un ramillete de obras maestras de Van Gogh, Monet, Renoir, Tolouse-Lautrec, Cézanne...





Londres, le Parlament. Troueé de soleil dans le brouillard, 1904. Claude Monet



La muestra refleja cómo va declinando el impresionismo para abrirse a otros lenguajes pictóricos que han marcado la modernidad. Estamos a finales del siglo XIX. Monet se retira a Giverny a la vez que comienza el trabajo en sus famosas series de catedrales, almiares y nenúfares. Renoir pone en marcha su reflexión en torno al tema de los bañistas. Toulouse-Lautrec se va encanallando en los bajos fondos de la ciudad y en Van Gogh estalla la locura y el color. Gauguin y sus ansias huidizas recalan en Tahiti y los nabis hacia donde huyen es hacia sí mismos. En la Fundación Mapfre estará El talismán, el cuadro de Sérusier pintado sobre la tapa de una caja de cerilla y en torno al cual germinó este grupo de artistas.



Este jueves también abrirá al público Luces de bohemia, en la que se vuelve al mito del artista como un ser bohemio y errante, muy cercano a las costumbres del pueblo gitano (el término 'boheme' aludía en ese tiempo a la cultura gitana). Con un centenar de obras (Goya, Picasso, Watteau, Corot, Delacroix, Manet, Sorolla, Sargent...), la exposición abarca un periodo cronológico que empieza a finales del XVI y culmina en el primer cuarto del siglo XX, cuando la figura del creador desprendido y pobre de solemnidad se convierte en un modelo recurrente.



Y en junio tomará el relevo nada menos que Giacometti, con un recorrido por su obra, partiendo de los modelos surrealistas de los años 20, donde sus piezas horizontales sirven como un tablero de juego, hasta las esculturas a tamaño natural, incluida la diseñada para la plaza Chase Manhattan de Nueva York, que suponen la culminación de su carrera consagrada al estudio del espacio y el volumen. En la Fundación Mapfre se recreará el estudio del artista suizo.





Giacometti en su taller. París, 1957. Schweizer Stiftung für Photographie.



Para el último tramo del año quedarán las muestras dedicadas a los Macchiaoli, constelación de artistas activa en la Florencia de 1850, cultivadores de la técnica á plein air, que rompe con el romanticismo dominante. Están considerados como los iniciadores de la pintura moderna italiana (a partir del 20 de septiembre). Este mismo día también podrá visitarse Historia de España a través de la fotografía, un itinerario a lo largo de nuestro pasado con escala en un total de 250 imágenes representativas de nuestra identidad, datadas desde 1839 hasta la fecha actual. No faltarán fotógrafos de la talla de Ramón Masats, García Rodero, Alfonso, Brangulí, Oriol Maspons, Xavier Miserachs, Robert Capa...).



El curso quedará cerrado con la exhibición del dibujo Mademoiselle Léonie de Pablo Picasso, adquirido ("por más de un millón de euros", según Jiménez Burillo) y que ilustra un poema de Max Jacob.



En la Sala Azca la estrella será el fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo, con una muestra que pretende trascender su faceta surrealista para dar una dimensión completa de su personalidad. También desfilarán por este espacio, que parece tener sus días contados (la Fundación ha adquirido un edificio en Recoletos 27 con el fin de albergar exposiciones de fotografía), los norteamericanos Emmet Gowin y William Christenberry y el surafricano Zwelethu Mthethwa.