Metropol Parasol, de Sevilla, de J. Mayer H. Architects. Foto: David Franck



No hay ningún arquitecto español entre los cinco finalistas de este año al premio Mies van der Rohe, pero sí un edificio, el Metropol Parasol, que con su forma de seta gigantesca se ha erigido como el nuevo icono de la ciudad de Sevilla aunando la ciudad clásica con la más contemporánea. Bajo el enorme parasol recubierto de poliuretano, proyectado por el estudio berlinés J. Mayer H. Architects, se agrupan un espacio arqueológico, el tradicional Mercado de la Encarnación, una plaza elevada, bares y restaurantes.



El Ayuntamiento de Gante (Bélgica) de los arquitectos Robbrecht en Daem y Marie-José Van Hee; Harpa, el Auditorio y Centro de Congresos de Reikiavik (Islandia), de los estudios de Batteríid architects, Henning Larsen Architects y el estudio del artista Olafur Eliasson y la Residencia para ancianos de Alcácer do Sal (Portugal) del estudio Aires Mateus son los otros cuatro finalistas al prestigioso galardón que se otorga cada dos años, el más importante de la arquitectura europea y dotado con 60.000 euros.



Las obras nominadas, este año han sido 335 de los 37 países europeos que participan en el Programa Cultura de la UE -que financia el premio junto con la Fundación Mies van der Rohe-, han de haber sido terminadas en los dos años anteriores y son propuestas por expertos independientes de toda Europa, así como por las asociaciones de miembros del Consejo de Arquitectos de Europa, las asociaciones nacionales de arquitectos y el comité asesor del premio. En el jurado de esta decimotercera edición encargado de seleccionar a los finalistas, han participado el arquitecto Antón García-Abril; Wiel Arets; Pedro Gadanho, comisario de arquitectura contemporánea del MoMA de Nueva York; Frédéric Migaryou, director del departamento de Arquitectura y Diseño del Centro Pompidou de París; Ewa Porebska, Redactora jefa de Architektura-murator de Varsovia; y Giovanna Carnevali, directora de la Fundación Mies van der Rohe, Barcelona, entre otros destacados profesionales.



Entre las nominadas españolas figuraban este año edificios tan significativos como la nueva estación de alta velocidad de Logroño de Ábalos + Sentkiewicz; la Casa Porxo en Gerona de Capdeferro y Bosch; la sede del Consejo Consultivo de la Junta de Castilla y León, en Zamora, de Alberto Campo-Baeza; la Escuela de Arte de Burgos, de Primitivo González; la nueva sede del COAM en Madrid, de Gonzalo Moure Lorenzo; la Filmoteca de Cataluña, de Josep Lluís Mateo; Madrid Río, de Burgos y Garrido, Porras La Casta, Rubio y Álvarez-Sala y West 8; la ampliación del Museo de San Telmo, de Nieto y Sobejano y la Nave de la Música de Matadero Madrid, de Langarita-Navarro, entre otros proyectos.



Desde 2001, sólo dos estudios españoles han ganado el premio: Rafael Moneo en 2001, con su cubo del Kusaal de San Sebastián, y el estudio Tuñón y Mansilla en 2007, con su colorista edificio del MUSAC de León. En la pasada edición, celebrada en 2011, también la mención especial al arquitecto emergente fue para un proyecto patrio: la Casa Collage, en Gerona, del estudio bosch.capdeferro.



El ganador del premio y la mención de este año se darán a conocer a principios de mayo y la ceremonia de entrega se celebrará el próximo 6 de junio en el Pabellón Mies van der Rohe de Barcelona.