El creativo y artista Quico Vidal, autor del cuaderno Fui yo., que edita La Fábrica.
No dejó el arte, porque su trabajo consiste en crear, pero apartó por completo las primeras disciplinas de su vida hasta hace cuatro años, cuando decidió que había llegado el momento de reconectarse con aquella etapa. Sólo entonces echó un vistazo a los cuadernos que trazó su yo joven y, para su sorpresa, se reconoció en ellos y descubrió que habían aguantado dignamente el paso del tiempo. Tanto, que se ha atrevido a publicarlos en el volumen Fui yo (La Fábrica). El título es revelador en cuanto a que es un libro de recuperación de una identidad, de la marca de uno mismo, y es para su autor, además, un acicate para retomar con brío la cuestión artística. En este sentido, coincidiendo con la publicación de la obra, va a lanzar una web en la que irá mostrando esta faceta.
"El libro es una excusa, un hito tangible para conectar lo que fui entonces con lo que hago hoy. Le explicaba a la crítica Rosa Ferré, que es quien me lo presenta, que no es que sea yo esquizofrénico, es que soy las dos cosas, la del libro y la de mi trabajo", explica Vidal, responsable de la imagen de marca de Camper, Medwinds, Barceló y PhotoEspaña. ¿Está relacionado su arte con su trabajo publicitario?
- Al final todo tiene mucho que ver. Se trata de tener la capacidad de integrar todas estas formas de expresión. Hay una mirada similar. Yo soy sociólogo de formación y, en cambio, mi trabajo se ha centrado más en una ordenación de la imagen. Es cierto que mi faceta publicitaria es muy gráfica, muy depurada y muy limpia, pero tiene relación con los cuadernos.
Detalle de las obras de vidal incluídas en el libro Fui yo.
De vuelta a los cuadernos, el lector encontrará en ellos a un artista joven y fresco, llamado por el color y en el que figura ya el componente lingüístico que conecta con el mundo de la publicidad. "Hay también un tono muy primitivo, de quien estaba descubriendo cosas. Es distinto a mi trabajo actual, que es casi zen, más de proyecto. Consiste en pasar mucho tiempo pensando", distingue Vidal, que actualmente realiza intervenciones de paisaje en Mallorca y en un bosque de Soria. "Son pequeñas esculturas efímeras, fruto de esa conexión, de la búsqueda de imágenes y a la vez de ideas y significados".
No tiene el delirio Vidal de triunfar en el mundo del arte ("soy muy modesto en este sentido"), pero sí de compartir la producción de su otro yo, de darle la máxima dignidad a un trabajo personal que llevaba años durmiendo en un cajón. "La idea de lo pequeño me gusta mucho, de mostrar algo que he cultivado, compartirlo y usarlo como una reivindicación de que todo lo que hago está relacionado", concluye el artista.