Santanderinos, hacia 1906
La importancia de la pintura de Solana, su escritura, incluso sus grabados han eclipsado sus dibujos que se veían como meros bocetos y que, como explica la comisaria, "son de calidad y categoría increíble". En ellos vierte la misma temática que en las pinturas. La exposición de la Fundación Botín, que se enmarca dentro del estudio que la institución lleva a cabo con diversos maestros de la pintura española para poner en valor la faceta de dibujantes de los mismos, muestra papeles desde su época de formación, 1896, hasta 1945.
Ordenada cronológicamente, María José Salazar ha montado escenarios y en cada uno de ellos una temática: religión y muerte, clase marginal y las profesiones, carnavales y fiestas -"su temática predilecta y quizá la más bella con las máscaras y demás", explica-, mujeres, personajes y retratos. "A Solana le gustaba retratar y tenemos desde sus primeras épocas, un pasiego montañés, un santanderino, hasta los grandes retratos como de su tío Florencio".
Detalle de Dos mujeres, 1930-1935
Ahora, esta investigación que ha durado cuatro años le ha descubierto al artista completo. Se decía que no dibujó de niño o que se negó a copiar a los maestros, pues bien, Salazar ha encontrado todos sus dibujos de formación -"¡hemos encontrado hasta su expediente académico!"- y papeles en los que se ve claramente que copió a Goya. "Una búsqueda de datos va sumando: descubrir que uno de sus profesores fue un tío suyo nos llevo a otras obras, a gente que tenía sus dibujos guardados en carpetas", comenta. Por supuesto hay préstamos de los grandes coleccionistas de Solana: Leandro Navarro en Madrid, Eusebio Alonso en Zaragoza, Antonio Méndez Pozo en Burgos, pero han aparecido muchos otras. "Esta misma semana he localizado otro y es posible que con la inauguración de la exposición salga alguno más". En total, unos 300 dibujos inéditos que verán la luz en el catálogo razonado.
Detalle de Máscaras en la aldea, 1930-1933
¿Y en lo personal? "Fue un hombre culto, tímido, introvertido, siempre iba con un lápiz que dicen que chupaba antes de dibujar y unas cuartillas. Su mundo literario fue tan importante como su pintura, de ahí que el propio Camilo José Cela le dedicara en 1957 su discurso de ingreso en la Real Academia", explica la comisaria. Inclasificable y diferente, Solana fue también muy especial en lo personal y en lo humano. "¿Qué es la pintura? -le preguntaron una vez- la pintura es eso, pintura".