No es difícil imaginarla. Alta, morena, pelo corto y vestido largo, un poco arrugado,

seguramente demasiado viejo. Con una Roiflex colgada alrededor del cuello, siempre.

Distante, enigmática y misteriosa, así nos la describen hoy. Pero ¿quién es Vivian Maier?

Lo cierto es que poco se sabe de esta mujer, excepto lo que nos dejan ver sus

fotografías: señoras elegantes, parejas felices, niños en la playa, una mujer y su bebé...

su propia sombra. Autorretratos frente a espejos, cristales, reflejos en un vagón de tren...

Experimentos y encuadres que, en la mayoría de los casos, no llegó a ver nunca.

Vivian Maier, norteamericana de ascendencia francesa y austrohúngara, dividió su vida entre

Europa y los Estados Unidos, regresando a Nueva York en 1951. En 1956 finalmente se instaló

en Chicago, donde trabajó como niñera durante más de cuarenta años. Pero nunca dejó

de fotografiar. Llegó a acumular más de 2.000 rollos de película, 3.000 fotografías

impresas y más de 100.000 negativos.
Fueron los tres niños a los cuidó en los

50 quienes la ayudaron en sus últimos tiempos. Y en esa época, sin que ellos los supieran,

uno de sus armarios se vendió en una casa de subastas de objetos de segunda

mano.
Lo hizo para saldar deudas y contenía cientos de películas sin revelar.

Fotografías de toda una vida, miles de retratos a gente de la calle. John Maloof era el

comprador.

Nueva York. S.f. © Vivian Maier, Maloof Collection, Cortesía Howard Greenberg Gallery, Nueva York

“Ni siquiera estaba presente en la subasta”, nos dice Anne Morin, la comisaria de la

exposición, “realizó la puja por teléfono y la ganó”. Periodista, escritor y blogero, preparaba

un libro sobre los barrios de Chicago y buscaba fotos antiguas para ilustrarlo. Las descartó

para esa publicación y volvieron a un armario. Pero al poco tiempo empezó a estudiarlas, a

revelarlas, a mirarlas con otros ojos y se dio cuenta de que ahí había algo más que simples

instantáneas de Chicago y Nueva York. “Podríamos compararla a Diane Arbus o a

Robert Frank, a los grandes de la Street Photography.
Sus imágenes en color son del

estilo del mejor William Eggleston”, dice la responsable de la muestra.

Anne Morin ha logrado traer a la Sala San Benito de Valladolid 120 fotografías,

fechadas entre los años 50 y 60, de las cuales 70 son inéditas.
La muestra, que

viajara a la sede de Jeu de Paume en Tours, a Gante y a Gotemburgo, es la primera gran

exposición de Vivian Maier a este lado del Atlántico. “Pude ver sus fotografías en la galería de

Howard Greenberg en Nueva York, depositario del legado, y me impresionaron”. Directora

de diChroma photography, empresa productora de la muestra y especialista en montar exposiciones de fotografía que itineran por todo el mundo, ya nos descubrió las polaroids de Julian Schnabel (Centro

Niemeyer de Avilés, 2011) o las instantáneas de Jessica Lange (Casa de América de Madrid,

2012, y otros espacios). “En estas fotos la libertad es lo que más llama la atención -

dice-. Las hacía a ciegas, sin saber cómo iba a influir en ellas la luz o la sombra.
Es increíble la libertad que se otorgaba a sí misma”.

Finding Vivian Maier Official US Theatrical Trailer #1 (2013) - Photography Documentary HD

Trailer del documental de John Maloof 

Tras meses de búsqueda, John Maloof encontró por fin el nombre de Vivian Maier en internet. Era su obituario. Había muerto ese 2009, tan sólo tres días antes. Pero a raíz de aquello empezó una ardua

investigación que ha llegado hasta hoy. Reveló fotografías, las películas grabadas por la niñera

en super 8 y escuchó, seguramente una y mil veces, los audios que dejó. Buscó a las familias

en las que trabajó y los niños, hoy adultos, que la ayudaron al final. Organizar y custodiar ese legado que llegó a sus manos por casualidad, entre 100.000 y 150.000 negativos, alrededor de 3.000 fotos impresas, cientos de rollos de película, ha sido su vida

desde entonces. El periodista ultima ahora el documental que narra su vida y en el que trata

de unir el pasado de esta enigmática nanny con el presente.

Maloof fue interpelado en una entrevista no hace mucho: “¿Qué le preguntaría a Vivian Maier

si pudiera?” Y contestó: “¿Está de acuerdo con lo que estoy haciendo?” Nunca lo sabremos.