'Nefandus', 2013, de Carlos Motta (Galería Filomena Soares) se estrena en LOOP 2013

Es la única feria dedicada exclusivamente al videoarte en España. Desde hace once años, LOOP Fair acerca puntualmente a Barcelona lo mejor de la producción contemporánea en vídeo. Este año el comité ha seleccionado 44 piezas recientes, 18 inéditas, de Harun Farocki, La Ribot, Hans Op de Beeck, Ignasi Aballí, Koki Tanaka, Gary Hill y Girardet & Müller, entre otros. Además, el artista Isaac Julien, uno de los nombres fuertes del videoarte internacional, ejerce de maestro de ceremonias y de comisario de Pool, una de las secciones de la feria que se celebra una vez más en el Hotel Catalonia Rambla, entre el 23 y el 25 de mayo. No hay duda de que es el momento para tomarle el pulso al vídeo y por eso hemos preguntado por el presente y el futuro del mismo a cinco especialistas en la materia: ¿Qué define el videoarte hoy? Y ¿cómo será en los próximos 10 años? Isaac Julien, el galerista Christopher Grimes, el comisario Mark Nash, el coleccionista Jean Conrad Lemaitre y el impulsor de proyectos y también joven comprador Haro Cumbusyan nos dejan sus reflexiones a su paso por la feria.

Isaac Julien

Es uno de los principales representantes del videoarte internacional. Sus obras pueden verse en el MoMA de Nueva York, la Tate Modern de Londres, el Centre Pompidou de París, la Guggenheim Collection y la Louis Vuitton Art Foundation. Artista, cineasta y profesor, es autor, entre otras, de ‘Ten Thousand Waves', la fascinante instalación de nueve pantallas que nos habla de la China de ayer y de hoy. Este año es el invitado estrella de Pool, donde comisaría Performing the Image y participa en los encuentros de LOOP Studies.

Ha sido completamente transformado por la revolución digital y ahora podemos disfrutar de una frontera más amplia y un paisaje más rico en términos de diversidad de obras. La introducción de la proyección y las nuevas tecnologías acercan radicalmente el videoarte a la película, que es de donde yo venía a finales de los 90. El asunto es si esta transformación tecnológica se dirige hacia un trabajo mejor. Y echando un vistazo a la historia del videoarte a través de exposiciones como la de Christine Van Assche en el Pompidou, 40 years of Video Art, yo diría que se han hecho trabajos alucinantes. El videoarte o los trabajos del moving image son los que hacen el arte contemporáneo hoy.

El videoarte tiene un futuro emocionante y es difícil predecir cómo será esta transformación. Cuando miro las obras de mis estudiantes, que he comisariado y que presentaré en LOOP este año, me dan una pista de cuáles podrán ser sus preocupaciones.

Jean Conrad Lemaître

Jean Conrad Lemaître y su esposa Isabelle comenzaron a coleccionar arte contemporáneo en 1983. Fascinados por el cine, los últimos diez años han dedicado especial atención al videoarte. Hoy es una de las colecciones más importantes de imagen en movimiento, con más de un centenar de obras de artistas como Tacita Dean, Dominique Foerster o Keren Cytter. Lemaître es este año el presidente del comité de selección de LOOP.

En el campo del videoarte la tecnología ha supuesto un salto espectacular en los últimos 10 años. El paso de lo analógico a lo numérico fue la gran revolución del medio: fueron más los artistas que usaban el vídeo por ser más accesible el nuevo equipo; la calidad de la imagen mejoró; las instituciones desarrollaron secciones dedicadas al videoarte y una joven generación de coleccionistas, nacida ya en la sociedad de la imagen en movimiento, se interesó por este arte. Por otro laso, el videoarte siguió su evolución explorando fronteras con las artes performativas, internet, etc. La forma en la que se exhiben los vídeos también se ha abierto al separarse de la caja y expandirse a instalaciones, proyecciones, pantallas múltiples… En resumen, los últimos 10 años han posicionado al videoarte como un medio de expresión reconocido entre las artes plásticas.

Y esto va a continuar. Internet va a tener un papel más importante en la producción de piezas y en la difusión y el mercado secundario seguramente se desarrolle como lo ha hecho para la fotografía contemporánea; la preservación y sus limitaciones se entenderán y aceptarán mejor y más coleccionistas se pasarán al vídeo. En resumen, tengo confianza en el futuro del videoarte.

Christopher Grimes

Director de Christopher Grimes Gallery en Santa Mónica, California, que, fundada en 1979, destaca por su apoyo a artistas visuales y realizadores a través de un programa pionero en la selección de artistas y en el trabajo con comisarios en el espacio de una galería. Grimes es miembro del Comité LOOP.

Creo que uno de los cambios más significativos de los últimos años es la realización de trabajos más ambiciosos. Antes se hacían trabajos con una ajustada economía de medios en los que predominada la producción casera y cierto espíritu analógico. Ahora veo trabajos tempranos que requieren, no sólo importantes presupuestos, sino un equipo de producción que puede estar trabajando durante un año o más. En este sentido, el videoarte se acerca cada vez más a la película. The Clock, de Christian Marclay, que ganó el León de Oro en la Bienal de Venecia de 2011, es un ejemplo de ello. Otra tendencia evidente es que, como ya pasó en la fotografía, el vídeo se acepta ya como parte del lenguaje de una obra. Por otro lado, hay una lenta pero creciente aceptación del videoarte por parte del público. Aunque sigue habiendo un fuerte sentimiento de inquietud con muchos coleccionistas privados que ven en la propiedad y visualización del vídeo algo especialmente fastidioso y sigue habiendo un malentendido fundamental sobre su valor y sobre cómo mantenerlo.

Es posible que, en el futuro, vayamos a ver un retorno a medios más modestos, tal vez con un proceso de trabajo más ágil y sensible, similar al dibujo. Pero también supongo que habrá una tendencia a llevar el vídeo hasta sus límites evidentes, dada la evolución natural de la tecnología que proporciona el incentivo necesario para la experimentación.

Mark Nash

Miembro del jurado de los LOOP Awards, Nash es comisario independiente y especialista en las prácticas contemporáneas de imagen en movimiento y cine de vanguardia. Responsable del departamento curatorial del Royal College of Art de Londres, fue co-comisario de Documenta 11 (2002) y comisario de la sección de cine de la Bienal de Berlín de 2004.

No me gusta el término “videoarte”, creo que está pasado de moda. Por otro lado, “imagen en movimiento” tampoco es fácil de emplear… El hecho es que los artistas que trabajan con imágenes móviles tienen a su disposición una sofisticación técnica cada vez mayor (cámaras, proyectores, alta definición), de modo que sus trabajos pueden competir con pintura y otros medios en cualquier galería. La caja negra ya no es necesaria. Por otro lado, con el desarrollo de internet todos hemos abrazado la subjetividad fragmentada del videojuego, todos sufrimos trastornos del déficit de atención. Las piezas más interesantes, como las de Isaac Julien, manejan estas nuevas condiciones de subjetividad.

El videoarte -por utilizar el término- es mucho más seguro, está más integrado en el sistema artístico mundial, más aceptado por galerías y público. Se podría decir que ha alcanzado la mayoría de edad. Dentro de 10 años será muy difícil utilizar ese término. Habrá una gran fusión de formas, nuevas técnicas escultóricas como el prototipado rápido; el videoarte puede transformarse en arquitectura; las imágenes en un lenguaje de expresión escultórica; las piezas ser construidas en nuevas casas y demás. Puede que haya una vuelta a la abstracción para alejarse de todas esas imágenes que cada vez nos dicen menos. El futuro no es una calle de una sola dirección, así que puede que volvamos al cine narrativo clásico, ¿quién sabe?

Haro Cumbusyan

Destacado coleccionista de arte contemporáneo con un reconocido interés en el cine y video de artista. Con base en Londres, Cumbusyan es fundador y director de collectorspace, una iniciativa sin ánimo de lucro que pretende proponer un diálogo crítico sobre el coleccionismo de vídeo, con el fin de generar puntos de referencia para generaciones futuras de coleccionistas. Miembro destacado del Comité LOOP, la Asociación Amigos de ARCO le concedió en 2012 el premio a la Iniciativa al Coleccionismo.

Con el desarrollo tecnológico de pantalla y proyección, las actitudes de los coleccionistas también empezaron a cambiar porque poseer un vídeo se convirtió en algo más simple y visualmente más atractivo. Obviamente, la muestra constante de moving images en bienales y museos también jugó un papel importante en su evolución. Por otro lado, el arte performativo reveló al vídeo como nuevo medio para ser descubierto por artistas y comisarios.

Hoy, producir o coleccionar vídeo ya no está considerado como algo al margen del sistema. La madurez trae consigo mayor calidad porque los artistas ya no experimentan sino que usan el vídeo porque es la herramienta apropiada para su visión específica. Dentro de 10 años, una colección de moving image sonará casi tan absurda como una colección de pintura porque la referencia carecerá de una especificidad relevante.