Eva González-Sancho
Cuando la situación del MUSAC parecía no poder ir peor, las cosas se complican. La Fundación Siglo acaba de cesar a Eva González-Sancho como directora del museo, quien presentó su renuncia el pasado 13 y 25 de mayo, y sólo dos días después de que la propia Fundación Siglo aceptara por escrito la solicitud de dimisión. Los motivos, explica Eva González-Sancho, son tan absurdos como esta acción: "Presenté hace semanas mi carta de dimisión como directora del museo y no obtuve respuesta por parte de la Fundación Siglo hasta el pasado martes 4 de junio. Una reacción que vino propiciada por el comunicado que lanzó la Asociación de Directores de Arte Contemporáneo de España (ADACE). Querían que la marcha fuera inmediata, que el día 5 ya no volviera, pero les dije que con el tiempo que habían tardado en responder era lógico solicitar unos días. La cita estaba pactada de mutuo acuerdo para el próximo lunes 10 de junio a las 12h en Valladolid, pero ellos no han podido esperar. Es una forma de ensuciarlo todo, de desprestigiando hasta el final. Son absolutamente autoritarios y este es un total abuso de poder. Este desprecio no se entiende. Es intolerable".Los motivos los deja claros en un comunicado: "Estas injerencias han sido, entre otras, artísticas, afectando en algunos casos a decisiones presupuestarias en las que la dirección del Museo no ha tenido ningún margen de maniobra. Los rechazos de ciertos proyectos, o la imposición de otros, ampliamente aireados por la prensa estos últimos días tras mi dimisión y la del comité asesor, no responden, contrariamente a lo que indica la Fundación, a la necesidad de tomar decisiones rápidas y claras. (...) Todas y cada una de las decisiones del día a día del MUSAC tenían que ser consultadas y aprobadas por la Fundación Siglo, hasta los nombres de los artistas. Mi incapacidad para comprometer nada con nadie, consciente de que cualquier decisión podía ser revocada por la Fundación en cualquier momento, limitaba mi capacidad de representar al MUSAC y me ha llevado a terminar absolutamente exhausta y frustrada. (...) Tras haber sido contratada e instada a incorporarme al puesto de forma inmediata, me he visto obligada a abandonar el MUSAC al cabo de tres meses, antes de plegarme a decisiones poco transparentes y contestables de la Fundación Siglo, y de aceptar imposiciones artísticas y administrativas que a mi entender distaban mucho del interés del MUSAC y para las que, en la mayoría de las ocasiones, no se me han dado explicaciones. Se me ha exigido desde el principio la validación de decisiones sin comunicarme la totalidad de las informaciones relativas a una estructura museística, que ha resultado ser inexistente", explica.
El comunicado lanzado por los trabajadores del MUSAC, en el que se sumaban a las irregularidades e injerencias que acumula la institución (no son las primeras quejas que tienen), llevó a una precipitada reunión en el museo del presidente de la Fundación Siglo, José Luis Fernández de Dios. Ocurría ayer a las 17h de la tarde. Al no ser citada a esa reunión, Eva González-Sancho mantuvo las otras citas de su agenda. No estuvo, pues, presente. Lo que parecía que pudiera ser una posibilidad de diálogo fue un anuncio de que en ningún caso van a dar machar atrás y replantearse todo lo que ha ocurrido estos días. La hasta ahora directora del museo no da crédito: "No me pueden soportar. El equipo del museo pensó que querían entablar diálogo con ellos, pero estoy convencida, por lo que veo hoy, que venía para darme la carta en mano delante de todos. Al no estar en esa reunión, hoy he recibido hasta tres copias con el cese. ¿Cómo me van a cesar si he sido yo la que he dimitido? Los motivos son igual de delirantes. Han hecho uso de una cláusula del contrato por la cual me pueden cesar sin dar explicaciones por "no superar el periodo de pruebas", lo cual es absolutamente una prepotente voluntad de quedar por encima de mi dimisión".
Inminente parece la designación por parte de la Fundación Siglo de un nuevo director del MUSAC. El rumor sobre la posibilidad de que cualquier otra persona del mundo del arte adquiriera el nuevo cargo, agrava el sentimiento de tristeza de Eva González-Sancho. "Me parecería una falta total de ética. Un gran desengaño. La única solución hubiese sido para mí convocar de nuevo un concurso, habiendo hecho previamente pública la voluntad por parte de la Fundación Siglo y la Junta de Castilla y León de dejar trabajar a la persona que llegue respetando el documento de Buenas Prácticas. No tirar de una antigua lista. Porque quien acepte está haciendo, de alguna forma, caso omiso a lo que acaba de ocurrir, que es grave. Es un nombramiento político".