Gerhard Richter: I.G. (790-3), 1993
Arte, dos puntos, comisariada por Bartomeu Marí y Nimfa Bisbe, reúne 400 obras de 125 artistas
También esta vez se han involucrado los dos responsables máximos del conjunto, el director del MACBA, Bartomeu Marí, y la directora de la colección de la Fundación "la Caixa", Nimfa Bisbe. Con ambos hemos hablado mientras ultimaban los detalles finales del montaje de Arte, dos puntos. Barcelona vive el arte contemporáneo, que así se llama la muestra. Un título que, literalmente, se refiere a la conexión de dos puntos físicos en la ciudad, dos edificios emblemáticos unidos por el arte. El icono del modernismo industrial catalán de principios del siglo XX que representa CaixaForum, instalada a los pies del Montjuïc, en una antigua fábrica textil del arquitecto Puig i Cadafalch, y la construcción de Richard Meier levantada en 1995 para albergar el MACBA en el corazón del Raval. Unos 25 minutos andando.
Tony Cragg: Sin título, 1993
Aunque ha habido diálogo antes de abordar el montaje, lógicamente cada comisario ha tenido libertad para realizar su propio planteamiento. Mientras en el MACBA veremos un recorrido cronológico muy amplio, desde finales del siglo XIX hasta, fundamentalmente, 1995, CaixaForum, con una muestra más pequeña también en tamaño, se centra en el arte producido a partir de los años 80, que transmite el fin de una era, el fin de un siglo y el fin de milenio.
En el MACBA dos hitos históricos centran el discurso: la Exposición Universal de 1888 y la Exposición Internacional de 1929. "Nuestra intención es hablar de la historia del arte contemporáneo desde Barcelona con artistas catalanes, españoles e internacionales. Buscamos la especificidad de nuestro relato en un elemento geo-cultural. Y la nuestra es una tradición en la que vanguardia y modernidad no han ido siempre de la mano, al contrario. Nos interesa señalar las fricciones y las tensiones, quizá también las contradicciones, de nuestra ciudad como banco de pruebas de la producción artística", explica el director que ha reunido 350 piezas de 90 artistas como Ignasi Aballí, Joan Brossa, Eduardo Chillida, Tony Cragg, Pep Duran, Öyvind Fahlström, Richard Hamilton, Joan Hernández Pijuan, Jenny Holzer, Muntadas, Juan Muñoz, Martha Rosler, Dieter Roth o Jeff Wall, entre otros.
Jannis Kounellis: Sin título, 1985
Una muestra que pone más que nunca de manifiesto el poderío de la unión de estas dos colecciones. Dos conjuntos que, como dice Bartomeu Marí "son tan distintos que se benefician mutuamente. Se complementan a la perfección y permiten desarrollar discursos y narraciones muy variados. Desde las opciones más militantes y críticas a las lecturas más líricas".
Antoni Tàpies: Rinzen, 1992-1993
Y, quizá, con exposiciones como ésta, la ciudad tome conciencia del potencial del arte contemporáneo y, como dice Marí, " sitúe sus valores en el centro de su identidad, de su vida cotidiana". Estaría bien que Barcelona recuperase parte del protagonismo perdido en cuanto a centro de arte y de experimentación que tuvo y que parece que esta muestra, desde el propio enunciado (Barcelona vive el arte contemporáneo) quiere reanimar. "El arte contemporáneo es un ámbito creativo que al ciudadano todavía le queda por descubrir -continúa el director del MACBA-. Las instituciones artísticas somos todavía muy jóvenes, si nos comparamos con los teatros o instituciones como el Liceo o el Palau de la Música Catalana. Y si, sería muy bueno que Barcelona recuperara ese espíritu arriesgado y rompedor que formó parte de su identidad antaño".