Vista de la exposición Julie Ault: Tell it to my heart. en Cuturgest (Lisboa)

La primera parte del recorrido por las mejores exposiciones europeas de este verano nos lleva inevitablemente a nuestros países vecinos, Portugal y Francia, donde puede verse interesantes presentaciones individuales y colectivas en todas sus instituciones y festivales. En Portugal, una primera parada será Lisboa, donde Culturgest muestra un tipo de exposición poco habitual titulada Julie Ault: Tell it to my heart. Se trata de una muestra de carácter colectivo que reúne objetos acumulados por Ault, ex miembro de Group Material, durante años. Ault no sólo presenta obras de arte de creadores como Roni Horn o Nancy Spero sino también objetos y demás parafernalia que arrojan luz del carácter híbrido de su quehacer, siempre en la frontera entre el arte y el activismo político. La exposición ha sido coproducida junto al Museum für Gegenwarktskunst de Basilea. También puede verse otra exposición, esta vez, individual, dedicada al artista belga Walter Sweenen, una figura algo lateral, sin gran eco internacional, que sin embargo constituye una de las referencias centrales para muchos artistas de su país. La expo, que viajará después a WIELS en Bruselas, recoge la obra realizada en las dos últimas décadas, en la que la pintura del artista ha tomado una deriva muy interesante.



En la Fundación Gulbenkian, como conmemoración del 30 aniversario del Centro de Arte Moderna, puede verse una ambiciosa exposición dedicada a la importante colección del centro, una de las más importantes de Portugal. Titulada Sob o Signo de Amadeo. Un Século de Arte ("Bajo el signo de Amadeo. Un siglo de Arte") parte de la colección de Amadeo de Souza-Cardoso, uno de los grandes estandartes de la Modernidad lusa. Las obras de Amadeo de Souza-Cardoso serán confrontadas a las de artistas que recorren todo el siglo XX bajo la supervisión de un equipo curatorial que cuenta, entre otros, con Isabel Carlos, una de las grandes comisarias del país vecino.



En Kunsthalle Lissabon puede verse la obra de uno de los artistas jóvenes más cotizados en el escenario internacional, el brasileño Jonathas de Andrade, autor de una obra que mezcla memoria, referencias a la modernidad y un cuestionamiento de lo político que no elude un marcado perfil poético. Su proyecto para la Kunsthalle, Cartazes para o museu do homem do nordeste, consiste precisamente en eso: un conjunto de carteles hipotéticos del Museu do Hemem do Nordeste, un museo etnográfico fundado en Recife, la localidad natal de De Andrade, por Gilberto Freyre, un conocido sociólogo brasileño en los años setenta. Se trata de una mirada subjetiva a cuestiones relacionadas con la construcción de la identidad regional. Y es que De Andrade ha demostrado en muchos de sus trabajos en su todavía corta trayectoria un especial arraigo por la realidad de su lugar de origen.





Vista de Entre Memoria e Arquivo en el Museo Colección Berardo



En la Colección Berardo, una de las más importantes colecciones privadas de Europa, la exposición Entre Memoria e Arquivo, una portentosa presentación de trabajos de la colección que, como suele ser habitual en la programación del Museo, toca diferentes palos del discurso artístico contemporáneo. Bernd y Hilla Becher, Alan McCollum, Helena Almeida o Gabriel Orozco son sólo algunos de los artistas representados en la exposición.



En Oporto, la Fundación Serralves acaba de inaugurar la exposición dedicada a Mel Bochner, reseñada en este sitio en su premiere londinense. Además puede verse una buena muestra de la calidad de la colección del centro tanto en Villa Serralves, uno de esos espacios de los que no es fácil olvidarse, como en el espacio de Alvaro Siza.



En la sede portuense de Culturgest puede verse también una exposición de otros artistas belgas que, curiosamente, exponen en este momento en WIELS, Jos de Gruyter y Harald Thys, que presentan su último vídeo. Los belgas son viejos conocidos de la afición portuguesa tras sus exposiciones en este mismo espacio el pasado año y en la sede lisboeta en 2009.



Tras una visita al programa institucional portugués retomamos camino hacia Francia donde el sur del país nos recibe con importantes exposiciones. En el CAPC de Burdeos podremos ver una interesante exposición dedicada a Markus Schinwald uno de los artistas austriacos más relevantes de su generación. Muchos recordarán su estupenda intervención en el pabellón austriaco de la Bienal de Venecia de 2011. Schinwald es conocido por sus instalaciones que incluyen material audiovisual y transformaciones espaciales con las que compone una tensa teatralidad que sumerge al espectador en inquietantes atmósferas. Muchas no están exentas de un marcado aunque macabro sentido del humor. En Burdeos ha reactivado el espacio de su emblemática nave central y el sentido teatral está tratado desde la más pura literalidad, con marionetas, grandes telones y trampantojos. Schinwald siempre sorprende. No duden en para si pasan por ahí.



En Nîmes, el Carré d'Art cumple 20 años y lo celebra con una gran exposición en el que el protagonista no es tanto el arte como el comisario, el arquitecto británico Sir Norman Foster, que ha sido invitado a realizar una exposición en el centro que él mismo proyectó y que abrió sus puertas en 1993. Es una exposición que se dice biográfica en tanto que está compuesta por piezas de la colección que él y su mujer han formado durante años y de las que dicen sentirse acompañados a diario. Además, piezas específicas realizadas para esta ocasión se suman a otras pertenecientes al centro francés.





Cuarteto rebelde de Los Carpinteros en el Carré d'Art de Nîmes



Muy cerca de Nîmes, una de las grandes citas del verano francés es, sin duda, los Rencontres de Arles, el festival de fotografía que cada año tiene lugar en la ciudad del sur del país . Este año, François Hébel, director del festival, ha dedicado el evento a la fotografía en blanco y negro, enalteciendo una práctica que dice haber sufrido un largo periodo de ostracismo desde que, hacia finales de los ochenta, la fotografía en color impusiera su poder en los mercados internacionales. Esta edición del festival quiere volver a situar a la fotografía en blanco y negro en un lugar predominante en el marco de la creación actual pues, como sabemos, como sabemos, un tipo de imagen más austera, sin ningún ánimo estridente, ha vuelto a suscitar el interés de los artistas en nuestros días.



Entre las grandes exposiciones que pueden verse este verano en Arles destacan sin duda las dedicadas a los artistas Hiroshi Sugimoto, Sergio Larrain o John Stezaker. Sugimoto es un viejo conocido de la fotografía internacional pero el chileno Sergio Larrain, a quien el IVAM dedicó una estupenda exposición en 1999 merece una mirada detenida. Stezaker, un artista conceptual inglés que trabaja con destreza el collage también requiere la atención del visitante. Le vimos no hace mucho en una exposición colectiva en La Casa Encendida y triunfa en sus exposiciones internacionales (ahora puede verse una interesante muestra en la galería Friedrich Petzel de Berlín tras su soberbia muestra en la neoyorquina Petzel). Además, no conviene perderse la muestra de la alicantina Cristina de Middel con sus fotografías sobre el programa espacial de Zambia que ya pudieron verse este año en la NEW Gallery en Madrid.



Otra de las citas del verano es la ciudad de Marsella, capital cultural europea en esta segunda mitad de 2013. No es fácil resumir el programa que ofrece la ciudad de Marsella y el de otras sedes derramadas por la Provenza. La construcción de nuevos espacios y la remodelación de otros es ya un reclamo en sí mismo, y acogen un inmenso crisol de acontecimientos que trascienden el campo del arte y transita por todos los territorios de la cultura, desde la danza, hasta el teatro, del cine a la música. En el ámbito de las exposiciones no convendría perderse ese homenaje al Mediterráneo como lugar confluyente de culturas que ofrece La galería del Mediterráneo. El mar europeo es sin duda uno de los asuntos centrales de la capitalidad cultural toda vez que Marsella pronto se erigió en uno de los grandes nudos de comunicación entre culturas por su posición privilegiada y por su puerto, que ha determinado con fuerza la identidad de la ciudad. Hay un sinfín de exposiciones temáticas que tocan todos los ámbitos de la vida social y cultural de la región y también presentaciones individuales como las dedicadas a Lee Ufan, Giuseppe Penone, Victor Vasarely, François Morellet, Yto Barrada… Reserven tiempo si quieren ver tan sólo una pequeña porción de lo que esta renovada y bellísima ciudad puede ofrecer.





Instalación de Pietro Roccasalva en Le Magasin de Grenoble



Si retomamos camino hacia el norte, la ciudad de Grenoble, en su estupendo centro Le Magasin, acoge la primera exposición en Francia del artista italiano Pietro Roccasalva (1970), uno de los referentes entre los creadores de su generación. Roccasalva plantea un escenario en el que se impone la ambigüedad tan frecuente en su trabajo con obras que responden a intereses alojados en el cine, en la música y en el propio arte. Con un fuerte acento escenográfico, el italiano ha titulado su exposición The unborn museum como incidiendo en los "espacios intermedios", sin definir, que caracterizan la percepción subjetiva del arte.



A tan sólo una hora de viaje, la ciudad de Lyon, uno de los lugares más sugerentes de Francia, no ofrece esta vez la amplia oferta de exposiciones a la que nos tiene acostumbrados. El motivo es la inminente apertura, en la segunda semana del mes de septiembre, de la duodécima edición de su Bienal. El Museo de Arte Contemporáneo ha iniciado ya el proceso de montaje pero el Instituto de Arte Contemporáneo de Villeurbanne, al este de la ciudad, sí acoge una interesantísima exposición titulada 1966-1979 que recoge la obra de artistas nacidos entre esas dos fechas siempre a la luz del legado del arte alumbrado en ese tiempo. Sin embargo, como encarna el trabajo de artistas como Jason Dodge, Katinka Bock, o Alexandre Gutke, la exposición no se cifra en el estatuto de la inmaterialidad sino que explora la perspectiva del formalismo imperante en nuestros días.



En línea recta hacia el oeste, uno de los lugares para el arte más sugerentes del país vecino es el Centro Internacional de Arte y Paisaje de la Isla de Vassiviere. Es una visita obligada para quienes transiten por el centro del país, entre las ciudades de Limoges y Clermont-Ferrand. Se trata de un espacio diseñado por Aldo Rossi y Xavier Fabre enclavado en un paisaje epatante que mezcla la actividad del centro de arte al suso con el espacio de experimentación, las residencias, la didáctica... Vissiviere es toda una experiencia. El programa expositivo está centrado, como no podría ser de otro modo, en el concepto de paisaje, y los que visiten el centro este verano podrán ver una exposición titulada Acting in the Landscape. El título no da lugar a la duda, con nueve artistas internacionales que exploran el comportamiento del cuerpo humano en el ámbito del paisaje desde el punto de vista de lo performativo.



Merodeando todavía por el centro de Francia, el FRAC Bourgogne de Dijon ofrece una exposición comisariada por el artista uruguayo residente en Nueva York Alejandro Cesarco, un artista de marcado perfil post conceptual que ha realizado una selección de obras de la colección. Como sabemos, la razón de ser de los FRAC franceses es la colección que han venido formando desde hace muchos años en lo que constituye uno de los ejemplos más interesantes de política cultural al servicio de lo público. Cesarco ha hecho una selección de obras de 11 artistas entre los que destacan su admirado Lawrence Weiner y otros artistas de los sesenta y setenta como Adrien Piper, Luciano Fabro o Reiner Ruthenbeck en una exposición que ha titulado Triangulation. Como su propio trabajo, la muestra versa sobre el modo en que se materializan las narraciones bajo la tensión entre la realidad y la ficción.



Más hacia el este, en dirección a Suiza, la Kunsthalle Mulhouse presenta el trabajo de Daniel Gustav Cramer, artista alemán nacido en 1975 que presenta una exposición titulada Ten Works. Gustav Cramer, que es conocido también por su trabajo en colaboración con la chipriota Haris Epaminonda, es autor de un tipo de trabajo poéticamente ambiguo que juega a cautivas la percepción del espectador a partir de sutiles transformaciones de la narrativa. La exposición revela un interés por el legado del conceptual aunque puede resultar inmensamente sugerente desde el pinto de vista visual. Es, sin duda, uno de los artistas a seguir.



Bordeando los límites orientales del país, nuestra siguiente parada será Metz, donde la sede del Centro Pompidou que se abrió aquí hace un par de años presenta a la figura de Sol LeWitt en sus vertientes de artista, con sus impresionantes murales, y de coleccionista, con obras de artistas de los sesenta y setenta, en su mayoría sobre papel, además de partituras originales de composiciones realizadas por diferentes músicas inspiradas en los trabajos del artista estadounidense. Además, en otro de los niveles del flamante edificio, puede verse la exposición Views from Above, una muestra ambiciosa sobre una determinada forma de mirar, la cenital o aérea, a través de la que se nos propone una nueva forma de percibir el arte moderno y contemporáneo.



En el FRAC Lorraine, uno de los centros más activos e interesantes del país, puede verse la muestra Bad Girls, una exposición con obras de la colección que incluye artistas como Marina Abramovic, Lili Dojourie o Anna Maria Maiolino y que exploran un perfil claramente político a partir de la subversión de los órdenes establecidos y de toda conciencia bienpensante.



A unas tres horas en coche hacia el centro, llegamos finalmente a París donde la oferta, como se pueden imaginar, es sencillamente abrumadora. En el Palais de Tokyo puede verse el ciclo Nouvelles Vagues, una iniciativa que ha tenido un enorme tirón mediático compuesta por un buen número de exposiciones colectivas organizadas por comisarios menores de cuarenta años y seleccionadas por un jurado de altura. Una visita al célebre centro parisién refleja un inmenso crisol de muy diversas propuestas, ya sea individuales o colectivas, al que se unen, además, 30 espacios privados de París, que suman fuerzas para hacer de la capital francesa una de las ciudades más activas de Europa este verano.





Vista de This House del ciclo Nouvelles Vagues en el Palais de Tokyo de París



En el Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris continúa la estupenda exposición dedicada a Danh Vo, el artista vietnamita residente entre Berlín y Nueva York de la que dimos cuenta en este sitio no hace mucho. Es una exposición que muestra abiertamente todas las pautas de trabajo del artista, uno de los más cotizados del momento. En la otra sala del centro puede verse una exposición dedicada al artista estadounidense Keith Haring que se ha convertido en todo un "blockbuster" de la temporada suscitando el interés de decenas de miles de personas.



El Centre Pompidou ofrece las exposiciones de dos de los artistas estadounidenses más importantes de la segunda mitad del siglo XX, dos figuras tan dispares como Roy Lichtenistein, cuya exposición ya pudo verse en la Tate Modern de Londres en la primavera pasada, y Mike Kelley, cuya retrospectiva ha sido producida junto al Stedelijk de Amsterdam, cuando todavía resuenan los tristes ecos de la muerte del artista hace ahora un año y medio. Dos exposiciones de primer nivel dignas de un museo de la envergadura del parisino.



No conviene perderse el Jeu de Paume, donde pueden verse dos exposiciones de mujeres artistas que están dando también mucho que hablar y no precisamente por sus cualidades estéticas y sí, desgraciadamente, por el lamentable incidente que implicó al centro y a sectores intransigentes y radicales. Las estupendas exposiciones de Lorna Simpson, sensacional, y la de Ahlam Shibli, la formidable artista palestina cuya obra ya pudo verse en el MACBA de Barcelona, son dos muestras de impacto, imprescindibles.



En el Museo del Louvre pueden verse, como siempre, interesantes exposiciones que cubren muy diversas etapas de la historia del arte. La exposición dedicada a la colección de Everhard Jabach, uno de los grandes coleccionistas de arte alemanes del siglo XVII, se ha convertido en todo un acontecimiento. Fue un hombre ligado a la corte de Luis XIV y su colección revela la importancia que tuvo en su momento a la hora de introducir el gusto flamenco en las cortes europeas.



También pueden verse dibujos del Seicento boloñés pertenecientes a la propia colección del museo y, como siempre, una sección dedicada al arte contemporáneo compuesta esta vez por obras del gran artista italiano Michellangelo Pistoletto. Una pequeña muestra dedicada al Delacroix escritor completa la oferta contundente y variada del gran museo de Louvre que este año estrena nuevo director.