El fotografo mallorquín Tony Catany falleció anoche a los 71 años en Barcelona. Foto: Pep Vicens
El fotógrafo mallorquín Toni Catany, maestro del retrato, el desnudo, el paisaje, el bodegón y las naturalezas muertas y Premio Nacional de Fotografía 2001, falleció anoche a los 71 años en Barcelona víctima de un infarto, informan fuentes próximas a la familia.Tony Catany, que residía en el barrio del Raval de Barcelona, era un fotógrafo de vocación pictórica y amplia proyección internacional, con obra en importantes colecciones de todo el mundo, además de un investigador de las técnicas de los pioneros y grandes maestros de la fotografía.
Catany nació el 15 de agosto de 1942 en Lluchmajor (Mallorca), se trasladó a Barcelona en 1960 para estudiar Químicas, carrera que no concluyó, y, de formación autodidacta, en 1967 comenzó a trabajar como fotógrafo freelance, realizando reportajes de viajes para La Vanguardia y Destino.
En 1972 presentó su primera exposición y desde entonces, sus obras han viajado por diversos países, participando tanto en exposiciones individuales como colaborando con otros autores. En 1989 fue un integrante de la muestra colectiva España ahora organizada en Tokio, en la que participaron nuevos valores de las artes plásticas españolas junto con obras de artistas consagrados como Picasso, Dalí y Miró.
Ese mismo año participó también en otra muestra colectiva en Barcelona, en la que se presentaron obras de 61 artistas para mostrar la evolución de la fotografía española en ese momento. Dos años después su obra fue recogida dentro de Cuatro direcciones, videodisco formado por más de 7.000 imágenes, un libro que ofrece información sobre personas e instituciones dedicadas a la fotografía y una exposición de más de 300 obras.
En sus comienzos, Catany trabajó e investigó las técnicas antiguas de reproducción de fotografía, como el calotipo. Intentó plasmar la belleza de los paisajes y las naturalezas muertas, para pasar posteriormente a buscarla en el cuerpo humano. Así, en 1994 presentó en el Fnac de Madrid una selección de 30 fotografías de desnudos masculinos realizadas desde 1987.
En 1997 reunió en el Círculo de Bellas Artes de Madrid retratos, bodegones, desnudos y paisajes en una exposición procedente de su libro Fotografías, ganador del Premio de los Editores de Europa. En septiembre de 2000, el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC) expone una antología de su obra Toni Catany. El artista en su paraíso.
En 2002 presentó en Torrelavega la exposición Mi Mediterráneo, una interpretación original y diferente de paisajes y personajes a los que se acercó a través de sus viajes por los diferentes países mediterráneos.
El fotógrafo participó ese mismo año en el festival Photoespaña, donde presentó una selección de diecisiete fotografías, algunas pertenecientes a su colección particular, en la galería La Fábrica. Esta muestra sirvió de preludio a la retrospectiva de su obra que en 2003 organizó en la Fundación Telefónica. Bajo el título El artista en su paraíso, Catany ofreció 150 imágenes escogidas por él en las que coexisten los diferentes géneros y lenguajes que ha usado, así como las diferentes técnicas utilizadas.
Catany obtuvo durante su vida numerosos reconocimientos. Fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1991, año en el que también obtuvo el Premio del Libro en les Rencontres Internationales de la Photographie de Aries por La nueva Mediterrania, que, también, fue premiado por la Generalitat de Cataluña como el mejor libro ilustrado, y con el Premio de Bellas Artes de la Generalitat.
En 2001 la Generalitat le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas y consigue también el Premio Nacional de Fotografía en reconocimiento a su trayectoria creativa ininterrumpida desde finales de los setenta y a su labor de recuperación del patrimonio fotográfico.
El jurado reconoció entonces "la versatilidad de su obra en el empleo de múltiples técnicas, siendo fiel siempre a su personal visión del mundo desarrollada desde la discreción y la constancia. Su obra es reflejo de una forma de entender el Mediterráneo como cruce de culturas y sensibilidades".
Catany había ilustrado también portadas de discos de la cantante mallorquina Maria del Mar Bonet, de quien era gran amigo.