Obra de Otto Dix perteneciente a la colección de Cornelius Gurlitt.
La fiscalía de Augsburgo quiere devolver a Cornelius Gurlitt las obras pertenecientes al llamado tesoro de Múnich que no estén bajo sospecha de haber sido robadas a víctimas del nacional socialismo. Así lo anunció el fiscal Reinhard Nemetz que indicó que la devolución deberá realizarse cuando el origen de las obras esté aclarado por completo. Asimismo, Nemetz apeló también a la comisión encargada de establecer la procedencia de las obras a que le suministre oportunamente las informaciones necesarias.Gurlitt poseía cerca de 1.500 obras de arte procedentes de la colección de su padre, el marchante Hildebrand Gurlitt, que durante la época nazi había comerciado, con autorización del régimen, con lo que se llamó "arte degenerado", en referencia a las vanguardias de comienzos del siglo XX. Esas obras fueron sacadas de los museos alemanes por los nazis y entregadas a algunos marchantes para que las vendiesen en el extranjero.
Sin embargo, en las obras halladas en la casa de Gurlitt en Múnich hay también otras que tuvieron que ser mal vendidas por sus propietarios judíos bajo diversas formas de intimidación de parte del régimen nazi. Gurlitt ha advertido que no piensa entregar voluntariamente ninguna pieza de su colección -actualmente en poder de las autoridades- sobre cuyo origen asegura no haberse preocupado nunca.
Las autoridades alemanes han publicado una lista de 25 cuadros del tesoro de Múnich al considerar que hay fundadas sospechas de que se trata de arte robado a personas perseguidas por el nacionalsocialismo. Las imágenes de estas obras han sido colgadas en la página web www.lostart.de, y se espera que se añadan otras obras que están bajo sospecha.