Juan de Nieves
El comisario dirige en ARCO el encuentro "Residencias de artistas. Modelos y estrategias de colaboración" patrocinado por Acción Cultural Española (AC/E)
Porque en España, con excepción de iniciativas como Hangar en Barcelona, no hay muchos proyectos destinados a fomentar la estancia de artistas extranjeros en nuestro país. "Hay programas concretos como El Ranchito en Matadero, que cada vez funciona mejor, pero es increíble que en Madrid no haya un centro fijo y específico para acoger artistas", explica Juan de Nieves que ha recibido el encargo de poner en marcha estos encuentros. Para ello ha invitado a comisarios y directores en cuyos centros la residencia es una prioridad. Así, estarán presentes Amada Cruz de artpace, de San Antonio, Alessio Antoniolli, de Gasworks (Londres) -dos de los lugares más representativos al hablar de residencias de artistas-, Francisca Caporali, de JA.CA (Belo Horizonte, Brasil), Mathilde Villeneuve, de Les Laboratoires d'Aubervilliers (Francia) o Juha Huuskonen de HIAP (Helsinki), entre otros responsables, once en total, que durante dos horas debatirán sobre objetivos y proyectos de futuro de los programas de movilidad.
"Una de las novedades del encuentro -dice el director- es que hemos organizado una fila cero invitando a responsables de instituciones españolas a que asistan como oyentes, de modo que puedan conocer a los invitados y, quizá, reconsiderar a medio plazo el incorporar a sus programas de patrocinio estas residencias". Y es que aquí todavía hay mucho trabajo por hacer: "En España las instancias políticas que han levantado centros de arte por doquier no han sido conscientes de la importancia de las residencias".
Motor de la creación
-¿Cuál diría que es su valor principal?-Su papel es importantísimo ya que en muchos casos este tipo de programas asumen funciones que son más propias del centro de arte, convirtiéndose así en verdaderos motores de la creación contemporánea, con programas educativos, por ejemplo, superiores a los de los museos, o con una comunicación con el contexto y la sociedad civil increíble. Muchas veces, a partir de programas de movilidad se han generado estructuras más reales y productivas que desde el propio museo.
-¿Y cuáles sus puntos débiles?
-Son estructuras bastante nuevas, algunas como Gasworks en Londres o artpace en San Antonio llevan trabajando desde los 90 y son las veteranas, por lo que todavía queda mucho trabajo por hacer. Además, son estructuras muy vivas, no asentadas como los centros de arte, y están constantemente redefiniendo su papel. Muchos empezaron con programas muy simples de movilidad, invitar a artistas a crear y trabajar en un contexto, pero se han ido haciendo más complejas. Uno de los objetivos debería ser el de trabajar en red, tender puentes, que haya relación entre unas y otras.
-¿Nuestros artistas se mueven más o menos que otros artistas de nuestro entorno europeo?
-Los artistas jóvenes se mueven mucho. Es posible que si hablamos de artistas de hace un par de generaciones no hayan tenido tantas oportunidades pero los que hoy tienen entre 20 y 30 años se mueven y de hecho es una de las salidas que tienen, la residencia es una manera de subsistir haciendo proyecto. Claro que hay muchos tipos de residencias. Hay algunas en las que son los que comisarios quienes seleccionan las propuestas, otras en las que el artista tiene durante, digamos, tres meses todos los gastos cubiertos y desarrollan un proyecto expositivo, es el caso de Rosa Barba en San Antonio. No todas son así, hay programas de becas como el de la Fundación Botín con cuyo apoyo los artistas pueden irse y afrontar una residencia, aprender fuera.
Espacio de libertad
Pero las residencias no son sólo una cuestión formativa, "se trata también de poder trabajar con otros márgenes de libertad, estos espacios te dejan que hagas tu proyecto, que investigues al margen de las exigencias de museos o galerías, son siempre experiencias muy libres. Hay muchos artistas jóvenes que se mueven y tienen una presencia, aunque sea al margen de la institucional", asegura Juan de Nieves.-Ha quedado claro que España carece de programas de residencia, ¿cómo fomentar entonces la movilidad?
-Hay pequeñas experiencias pero no hay un espacio central donde los programas de movilidad se estén tratado con rigor. Por eso invitamos a instituciones que puede que a medio plazo quieran trabajar en ese sentido: Fundación Banco Santander, DKV Seguros, Tabacalera de San Sebastián, Fundación María José Jove de La Coruña... Es cuestión de ser valientes y de crear ese modelo. Necesitamos instituciones cuya función no sea solo producir exposiciones sino crear programas de movilidad y a partir de ellos otros muchos aspectos relacionados como la educación o el trabajo en el contexto. Claro que la rentabilidad no se ve a primera vista, no hay valor icónico como al montar un centro de arte, pero se consigue a largo plazo. Así ha ocurrido en Gasworks, que se ha convertido en un sitio central en Londres, es una estructura pequeña pero donde todo el mundo va y que tiene un gran tirón.
-¿Y cuál es el principal retorno de las residencias?
-Nos quejamos de que el arte español no está situado internacionalmente y esto es porque no se da este tipo de programas en red que generaría que se relacionen los artistas españoles con los de fuera. Ya no todo depende de las instituciones, hay muchos proyectos non-profit generados por los propios artistas, se conocen y se invitan unos a otros. También hay residencias de comisarios y también los jóvenes curators, que son los comisarios del futuro, conocerían así el contexto español. Nuestros artistas son igual de buenos que el resto y es cuestión de trabajar en red, de estar situados. Así ha ocurrido en muchos espacios del este de Europa, del Báltico a los Balcanes hay muchos países que tienen programas de residencias modestos pero que hacen que los artistas se sitúen. Tenemos que aprender de estos contextos, quizá la precariedad haya ayudado en algunos casos.
Este encuentro que se desarrollará en Ifema quiere ser un primer paso para afrontar el presente y el futuro de nuestros programas de residencias. Nuestras instituciones van a ver la importancia de estos lugares internacionales y cómo desarrollar proyectos a partir de estas residencias. "Por otro lado, -añade Juan de Nieves- la famosa ley de mecenazgo que está en puertas podría animar no sólo a coleccionar sino a invertir en este tipo de programas. Una visión de futuro que en realidad ya es presente. No se trata tanto seguir levantando centros sino de levantar programas que exigen menor inversión económica y tienen gran rentabilidad". Crear la situación de base es ahora la clave.