Eija-Liisa Athila: The Hours, 2012
Pese a ser un país lejano territorial y culturalmente, Finlandia está viviendo un momento artístico muy enérgico, con la apertura de nuevos espacios y galerías autogestionadas por los propios artistas, y el protagonismo en la creación más joven de la prestigiosa escuela de arte de Helsinki. Conocer mejor la escena nórdica es el objetivo este año de Focus Finlandia, el país invitado en ARCO, que ha pedido a Leevi Haapala, comisario del Kiasma, el Museo de Arte Contemporáneo de la capital, una selección de 13 galerías. De ellas y la rica escena artística escribe Taru Elfving, jefa de programación de una de las instituciones más importantes en Helsinki, FRAME Visual Arts. Finlandia más allá de su naturaleza salvaje y fría.
Aunque a priori pensar en el arte contemporáneo finlandés desde un punto de vista nacional es una idea algo rara, contrarresta con la urgencia que tienen muchos artistas finlandeses de posicionarse, de saber desde dónde hablan, escuchan, ven. En medio de este mundo de movilidad y flujo de información, cada vez surge con más fuerza ese deseo, incluso una necesidad visceral de rastrear el origen de las cosas.
Salla Tykkä: Giant, 2013
Si hay una artista que ha marcado un camino decisivo para las nuevas generaciones en Finlandia es Eija-Liisa Ahtila, una de las videoartistas más importantes en la esfera internacional. Sus instalaciones, en montaje multipantalla o en proyección cinematográfica, han tenido mucho protagonismo en las últimas dos décadas. Paisaje y emoción se dan la mano en una obra que consigue mezclar realismo y fantasía, y en cada película, como su último retrato a una poeta finlandesa cuyo mundo se ve entrelazado con una tragedia colonial remota, perfila un mundo visual y sonoro que se apodera de la historia y del espectador. Ahtila ha marcado, además, la senda para un número de artistas que se apropian del potencial de una imagen en movimiento en el contexto de la galería. Por ejemplo, Tellervo Kalleinen y Oliver Kochta-Kalleinen, que producen trabajos participativos y dinámicos como la serie Complaints Choir, que ha unido a comunidades en numerosas ciudades para expresar sus quejas mediante el canto. Otra pareja establecida, IC-98, es conocida especialmente por sus hechizantes animaciones que tejen puentes entre lo material y lo mítico, lo natural y lo cultural, lo social y las construcciones arquitectónicas. Su trabajo se puede ver estos días en ARCO, así como en la exposición que le dedica el espacio Conde Duque de Madrid. Eija-Liisa Ahtila y Esko Männikkö: referentes
Diferentes mundos se encuentran a menudo en la borrosa línea que separa el documental y la ficción, los ámbitos internos y externos. Dentro del programa Focus Finlandia de ARCO, vemos una introducción a la obra de Heta Kuchka, cuyos íntimos retratos móviles surgen de la colaboración con jóvenes soldados o pacientes con demencia senil. El documentalista Mika Taanila ha tenido una larga presencia internacional, recientemente con un tríptico en Documenta 13 tras la construcción de una planta nuclear en la costa de Finlandia. Su obra se presenta a menudo junto a la de Erkki Kurenniemi, el pionero finlandés de la música y el arte electrónico, ahora también presente en La Casa Encendida de Madrid.Lo que ha tenido una presencia global sin precedentes en los últimos años es la fotografía finlandesa, siguiendo el fenómeno de la llamada Escuela de Helsinki. Los retratos de hombres solitarios en el norte del país de un nombre ya clásico, Esko Männikkö, son ya legendarios. Mientras tanto, han surgido nuevas generaciones y temáticas: los melancólicos autorretratos de Elina Brotherus, que vemos en ARCO, son reconocidos en todo el mundo. Otra línea de investigación de las posibilidades de los documentales narrativos son los estudios pseudocientíficos de bosques tropicales de Sanna Kannisto o los de Antti Laitinen, que trae una pieza de bosque finlandés a la feria.
Otro boom es la pintura. La frontera entre lo visto y lo previsto ha sido explorada en la especialmente fuerte tradición pictórica finlandesa. No obstante, ha sido sólo en los últimos años cuando ésta ha ganado visibilidad internacional de manera persistente. Las escenas oníricas de Anna Tuori las podremos ver, entre otros sitios, en la Bienal de Sidney la próxima primavera. Otro ejemplo: los retratos de Leena Nio, que combinan el potencial de expresividad e ilusión de la superficie pintada en ARCO. Pintores activos en la escena finlandesa del arte callejero están empezando a dejar huella, con secciones como Egs en la sección Opening de este año.
Egs, fachada del Museo de Pori, 2012
Las instalaciones temporales en el espacio público están ganando también terreno. En Madrid, un número importante de proyectos de artistas finlandeses escapa del "cubo blanco": Kaarina Kaikkonen ha sido galardonada por sus instalaciones escultóricas de gran tamaño, aunque profundamente afectivas, hechas de ropa reciclada, como camisas de hombre. Vidas individuales se entretejen en narrativas colectivas en su último trabajo para CentroCentro. Otto Karvonen ha producido llamativas obras, como señales inesperadas en el tráfico urbano de numerosas ciudades. Él unirá las dos fronteras opuestas de Europa y varios caminos de migración en un diálogo en su nuevo trabajo para la terraza del CA2M. Escena renovada
La escena artística siempre ha sido excepcionalmente poderosa en Finlandia. Hay muchos espacios nuevos y varios festivales, como la Galería Fotográfica Hippolyte y el Forum Box, que surgen de iniciativas colectivas. La comunidad artística también está creando nuevas galerías. Entre ellas, destacaría SIC, una joven galería dirigida por un grupo de artistas que generan su propio network internacional, y que participan en la sección Opening de ARCO, o Mustarinda, un colectivo con un foco ecológico y crítico con cantidad de actividades, desde programas de residencia en el norte de Finlandia a investigaciones interdisciplinares, que acoge el Espacio Trapezio en Madrid. Otro espacio a tener en cuenta en Finlandia es Checkpoint Helsinki, que invita a comisarios y artistas internacionales para crear nuevos y ambiciosos proyectos en espacios públicos de la ciudad. Por su parte, el sector de los museos está invirtiendo considerablemente en arte contemporáneo. En Helsinki, además del Museo de Arte Contemporáneo Kiasma, el Museo de Arte de Helsinki y el museo privado de arte Amos Anderson, se están abriendo nuevos espacios de exposición mientras el Guggenheim negocia con la ciudad un posible nuevo museo.A menudo parece que la mitad del mundo del arte finlandés reside en Berlín o en otras partes del mundo. Como resultado de esta movilidad, la práctica de los artistas finlandeses se parece a la de sus colegas internacionales en ese complejo diálogo entre pertenencia y permeabilidad que define esta era de globalización post-internet: las arraigadas posiciones locales y los imaginarios compartidos globalmente, inversiones personales e implicaciones colectivas. El lugar de nacimiento de Nokia y otras innovaciones tecnológicas, Finlandia, está entrando en una era multicultural. En el arte contemporáneo, el reto se encuentra justo ahí. Tanto los mundos internos como los paisajes que los envuelven resuenan de igual manera con urgencias mundiales, como el legado de la modernidad o las tradiciones románticas del norte, quedando todo conectando de maneras cada vez más curiosas.