Large Composition with Masks, 1953. © National Gallery of Art, Washington
Es la primera vez que un museo reúne el grueso de los recortables de Matisse (1869-1954). Son los cut-outs, siluetas recortadas de las formas de sus grandes obras y pegadas luego sobre enormes papeles. Realizadas estando ya muy enfermo, postrado en una silla de ruedas y con las fuerzas menguadas, el artista, tijera en mano, dedicó los últimos años de su vida a estos originales trabajos. Realizados como maquetas para encargos de libros, diseños de vidrieras, tapices o cerámicas, estas formas de colores fueron cobrando mayor importancia en el universo del artista que veía en ellos los jardines de antaño. Hoy la Tate Modern inaugura el mayor conjunto reunido hasta la fecha de estos coloridos cut-outs, que podrá verse en Londres hasta el próximo 27 de septiembre.Entre 1937 y 1954 Matisse se dedicó en cuerpo y alma a esta especie de collages, entre el recortable y el estarcido, que dieron un nuevo aliento al trabajo del artista en sus últimos años, dotándolo de colorido e innovación técnica y formal. Dibujante, grabador, escultor y pintor, estos incomparables recortables supusieron un brillante broche final en una larga carrera. Pues bien, de todo este corpus, la Tate ha logrado juntar ahora unos 130, provenientes de importantes colecciones públicas y privadas, algunos de ellos pueden verse juntos por primera vez.
Blue Nude (I), 1952. Fundación Beyeler. A la derecha, The Snail, 1953. © Succession Henri Matisse/DACS 2013
De entre los más importantes cut-outs de Matisse, la exposición incluye The Snail (1953), Memory of Oceania (del mismo año y muy similar al anterior, viene del MoMA de Nueva York) y Large Composition with Masks (1953, de la National Gallery of Art, de Washington). Las fotografías de su estudio de entonces revelan que estas tres piezas fueron concebidas inicialmente como un todo unificado. Y es la primera vez que se muestran unidas. Otro hito de la exposición: nunca antes habíamos podido ver tantos Blue Nudes juntos. Lidera el conjunto el más famoso de todos, Blue Nude I (1952) que llega a Londres procedente de la Fundación Beyeler de Basilea. El característico desnudo azul de Matisse, esa silueta sinuosa sentada, semirretorcida, y su parecido con las esculturas iniciales del artista, muestran su interés, de nuevo, por la figura humana.
The Horse, the Rider and the Clown, 1943-4. © Centre Pompidou, MNAM-CCI, Dist. RMN-Grand Palais / Jean-Claude Planchet
Con tijeras y papel de colores el artista, mayor, impedido y enfermo, creó otra forma de hacer y concebir el arte que le permitía evocar la superficie del agua o la exuberancia de la vegetación. En los cut-outs, las líneas creaban esculturales formas y las hojas de papel pintado demuestran el renovado compromiso de Matisse con la forma y el color y una creatividad nueva y fresca que confiere otro estatus a la obra de arte. La exposición pone en valor estos recortables y los examina desde una nueva perspectiva en términos de métodos y materiales que Matisse empleaba, así como explica la "doble vida" de estas piezas, primero, como obras secundarias, de apoyo, en el estudio y, al final, como trabajos permanentes y centro para la composición pictórica. La tensión entre trabajo terminado y en proceso surge también ante la contemplación de este conjunto de obras, que pone constantemente de manifiesto la doble vertiente de la creación: arte y decoración, contemplativo y útil, dibujo y color...
Nicolas Serota, director general de la Tate, se ha involucrado personalmente en el proyecto, uno de los más ambiciosos de la temporada para la pinacoteca londinense, que visitará el MoMA de Nueva York el próximo mes de octubre.