Imagen de la serie de Abel Azcona
Lejos han quedado los años en los que cogíamos papel y bolígrafo y nos sentábamos a la mesa, concentrados, a escribir una carta empeñados en que nuestra caligrafía fuera lo más pulcra y clara posible. Luego vino la revolución tecnológica y el correo electrónico, restringido a unos pocos. Cuando esto se amplió a la gran masa trajo consigo el Messenger. Todos los que éramos adolescentes entonces luchábamos con nuestros padres para que nos dejaran chatear un rato por la noche. Ha quedado ya en el olvido cuando quedábamos, con los nervios de punta, con alguien para "hablar" (ahora lo hacemos mediante Skype). Después vino Tuenti y ahora que ha sido relegado a los adolescentes, nos mudamos a Facebook, a Twitter, a Tumblr y, por supuesto, a Instagram. Esta última plataforma ha hecho que todos nos convirtamos en fotógrafos al compás que compartimos nuestro día a día, casi, en directo. Es una herramienta a la que la exgalerista y excomisaria Ascensión Amaro también ha querido sacar su jugo e inaugura en Espacio Sin Título una exposición de imágenes de artistas españoles y latinoamericanos desde este jueves 24 y hasta el 30 de mayo.La exposición contiene más de 200 fotografías de 47 artistas y están impresas en formato 15x15cms. La idea surge "tras un análisis de las posibilidades de la redes sociales como instrumento de comunicación, conocimiento y difusión del arte contemporáneo y como plataforma de creación en sí misma", comenta Amaro. Y su objetivo es "facilitar el acceso al gran público la labor de los artistas". Pero hay un problema que debería ser estudiado y es el bombardeo publicitario, algo sobre lo que los artistas reflexionarán cuando se dé el momento. En este sentido, Amaro opina que el uso de estas herramientas es nuevo en cuanto a formato pero no en el planteamiento: "Hace ya varias décadas que Duchamp desafiaba o se burlada de lo publicitario y lo trivial, en tanto que Warhol lo exaltaba o Richard Prince forjó una carrera en torno a apropiacionismo del fenómeno publicitario".
Los artistas que forman parte del proyecto, que se gestó durante ARCOmadrid 2013, son Guillermo Mora, Miguel Ángel Gaüeca, Germán Gómez, Vicky Uslé, Cristina de Middel, Aldo Chaparro y Eduardo Sourrouille, entre otros. "La selección de los artistas es estrictamente personal y, por eso, no se puede considerar una antología de lo mejor del arte contemporáneo pero sí una cartografía de artistas que se encontraban creando cosas sin ninguna repercusión", detalla. Asimismo, las imágenes escogidas son propuestas que su comisaria consideraba arriesgadas, comprometidas e imprescindibles.
La acogida, por el momento, ha sido "emocionante", aunque, no obstante, Ascensión Amaro considera que el arte contemporáneo no pasa por una renovación en su formato sino que "estas plataformas son meramente complementarias a las ya existentes". Así, aplaude la labor de galeristas como Soledad Lorenzo, Helga de Alvear y Juana de Aizpuru "que han facilitado y enriquecido la difusión de arte actual y sin ellas hoy no estaríamos hablando de proyectos como este". Claro que Amaro se muestra interesada en cualquier parcela de creación artística que se encuentra en la frontera interdisciplinar y menciona a Itziar Okariz quien "basa su proceso creativo en la descontextualización a través de acciones reiteradas en espacios inesperados".
Ya expuso David Delfín en la Fresh Gallery una serie de dibujos en formato cuadrado emulando el estilo de Instagram. Y es que el factor sorpresa, lo inesperado, lo inédito y original es lo que nutre nuestra vista y llena nuestros sentidos de corrientes poéticas-líricas-visuales. Ni tuyo, ni mío. Ni de todos, ni de nadie. Descontextualizar para infiltrar. Compartir. Instagramear.