El nacimiento intrauterino de Salvador Dalí, 1921
Hay ocasiones casuales en la vida que pueden derivar en algo fuera de lo común, en el descubrimiento algo extraordinario que puede cambiar algunos aspectos. Es lo que le ocurrió a Tomeu L´Amo cuando, hace más de dos décadas, entró en una tienda y detrás de una tela vio un cuadro. Pidió verlo y los colores le llevaban directamente hacia un sentimiento de hallazgo y revelación. Preguntó su precio, 25.000 pesetas, lo reservó y salió corriendo a comprar un libro de Salvador Dalí para cerciorarse de que aquellos colores que le invocaban a una primera etapa de su pintura eran coherentes. Así fue. Compró el cuadro sintiéndose afortunado y comenzó el temporal y los años de investigación. ¿Era o no era un cuadro pintado por Salvador Dalí? Las investigaciones y la empresa Art&Signature afirman que lo era y que se completa con la misma uno de los rompecabezas dalinianos. Así, este jueves se ha presentado mundialmente la obra titulada El nacimiento intrauterino de Salvador Dalí en el Círculo de Bellas Artes de mano de quienes han investigado la pintura durante tanto tiempo: Tomeu L'Amo, Robert y Nicolás Descharnes (Robert no ha podido asistir), Carmen Sandalinas y José Pedro Venzal."Estamos frente a una obra histórica porque representa el que va a ser su problema fundamental. El recuerdo de su hermano muerto antes de su nacimiento se puede considerar la primera obra surrealista en la que vemos la primera pista para su futuro paranoico-crítico", analiza Nicolás Descharnes, experto en la obra del artista de Figueras. La obra es un óleo de 100 x 70 cm de composición colorista y abocetada realizada "con gruesas pinceladas en las que las figuras se definen durante la ejecución de la obra mediante trazos de lápiz negro y pinceladas azules", explica Sandalinas, encargada del estudio técnico y datación de los pigmentos.
El empleo del amarillo Hansa I, comercializado en 1909, y el rojo 'barium lithol red' disponible principalmente en el año 1920, han llevado a los expertos a datar la obra hacia el año 1921. Además, la numerología, explica José Pedro Venzal, empleada por el artista cobra relevancia en esta pieza. La altura de la obra dividida por siete da una proporción de 6 a 1, que representa la zona terrenal y la zona celestial. Es decir, la parte inferior del cuadro, considerada una de esas porciones sería lo terrenal. Además, en ese pequeño espacio se muestra el infierno mientras que el resto del cuadro, las 6 partes restantes muestran el paraíso.
Pero, ¿qué historia nos cuenta el artista? El ángel que está en el inferior aplica una fuerza ascensional sobre el huevo de fuego en el que se presenta el propio Dalí tocando el arpa, representando la nostalgia del vientre materno. Su hermano, caracterizado como el ángel más elevado, está tocando la lira, la cual nos lleva hasta Orfeo, quien era capaz de convertir el infierno en paraíso con su música. Así, los dos ángeles que están a su lado cortan todo tipo de conexión entre ambos, uno con dos trompetas a modo de tijeras y el otro con una espada de luz. De modo que, una vez asesinado el hermano este comienza su ascensión angélica.
"Nada es gratuito ni fácilmente identificable en este artista", cuenta Descharnes. Y añade: Este cuadro sorprende por ser el primero fruto de una reflexión detenida e inspirada por sus grandes maestros". (El Greco, Rafael y Watteu). De esta manera el estilo que se desprende de este cuadro es surrealista. Aunque como movimiento no se inició hasta 1924 por André Bretón la nomenclatura ya había sido empleada por Guillaume Apollinaire en 1917, lo que convierte a El nacimiento intrauterino de Salvador Dalí en su primera obra enclavada en esta corriente. "Su voluntad es solucionar los conflictos entre sueño y realidad y liberarse de las angustias transformándolas en energía creativa", concluye Descharnes.
La Fundación Gala-Salvador Dalí está al corriente de la existencia de la obra pero no ha estado a cargo de la catalogación y aceptación de la misma. Curiosamente, hace escasos días, la Fundación incorporaba a su catálogo razonado dos obras paisajísticas que hasta ahora se desconocían ya que no se disponía de la documentación necesaria. Ambas están fechadas en el año 1930 y son Simulacre de la nit y La lliure inclinació del desig.
Ya dijo él mismo que se consideraba un loco congénito: "Me propongo comenzar el libro de mi vida secreta por su real y auténtico principio, el de mi vida intrauterina".