Vista de una de las salas de Las lágrimas de las cosas en la Fundación Helga de Alvear. Foto: Joaquín Cortés

Dos rutas plagadas de exposiciones nos llevan a Sevilla y Málaga, que pugna por convertirse en la capital andaluza del arte. Esta vez hay que coger avión: tres artistas brasileñas en el CAAM de Las Palmas merecen la pena.

Las ganas de sol y playa, que en absoluto están reñidas con el arte, como bien demostramos en esta serie, nos llevan por fin hacia el sur de la península y según nos aproximemos a la Costa del Sol por la carretera de Andalucía o por la Ruta de la Plata nos esperan unas u otras exposiciones. Vamos primero con las de Extremadura que son las encontramos al inicio de esta ruta.



Cáceres, gracias a la galerista y coleccionista Helga de Alvear, se ha convertido en visita obligada para cualquier amante del arte. Allí, en la sede de su Fundación, un edificio rehabilitado en los límites del casco histórico obra de los arquitectos Mansilla y Tuñon, puede verse este verano una muestra de la imponente colección de fotografía de la mecenas alemana. Las lágrimas de las cosas es una exposición comisariada por Marta Gili quien toma como pretexto la falsa apariencia de las cosas para seleccionar una serie de obras que de algún modo desplazan el lugar de las cosas para dar forma a nuevos relatos en los que los límites entre privado y púbico, interior y exterior, objeto y sujeto, no están tan claros. La directora del Jeu de Paume de París, y una de las máximas expertas en fotografía en nuestro país, ha elegido 97 obras de artistas como Ignasi Aballí, Helea Almeida, Paul Graham, Nam Goldin, Gordon Matta-Clarck, Joan Fontcuberta, Thomas Ruff y Ai Weiwei entre otros grandes nombres.



A pocos kilómetros, en Malpartida, puede visitarse el Museo Vostell, fundado por el artista iniciador del movimiento fluxus, que hasta el mes de noviembre muestra Fluxpost. Would you like to receive strange things from strangers in the mail?, una exposición que reivindica el carácter precursor del movimiento, el uso de materiales cercanos, las prácticas colaborativas o el do it yourself: arte correo, revistas ensambladas, publicaciones objetuales, etc. Una buena oportunidad para conocer un momento artístico hoy poco transitado.



Ya en Badajoz, en el MEIAC, grabados de la portuguesa Paula Rego, de quien esta primavera pudimos ver en el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Unión Fenosa sus Fábulas Reales. En el museo extremeño sus obras sobre papel establecen un curioso diálogo con la obra gráfica de Honoré Daumier. Separados cronológicamente por más de medio siglo, ambos utilizaron la técnica del grabado y la litografía para transmitir sus puntos de vista: en defensa del hombre común y los marginados el inglés y las narrativas femeninas ella. Hasta el 30 de agosto.



Antes de salir de nuevo a la E-803, y si contamos con tiempo y entradas, es muy recomendable parar en Mérida y asistir una noche al Festival en el teatro romano, donde esta semana se puede ver Edipo Rey de Denis Rafter y Miguel Murillo. Hecho esto, volvemos a la carretera. Siguiente parada: Sevilla.





Vídeo de Hito Steyerl en Lo que ha de venir ya ha llegado, en el CAAC de Sevilla



Visita obligada en la ciudad hispalense es el Monasterio de la Cartuja, sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, donde todavía puede verse (está hasta el 21 de septiembre) Lo que ha de venir ya ha llegado, la exposición que, comisariada por Alicia Murría, Mariano Navarro y Juan Antonio Álvarez Reyes, intenta vislumbrar algunas vías de desarrollo futuras que presentan opciones que remiten a uno de los rostros posibles de la utopía en el mundo actual. Una exposición de propuestas de artistas como Dionisio González, Yona Friedman, Regina de Miguel y David Diao, entre otros. Se trata de la segunda parte del proyecto iniciado con Sin realidad no hay utopía en 2012 y coproducido con el MUSAC de León.



El arte colaborativo o de autoría múltiple de la muestra 1 + X = Grupos, equipos y colectivos con Bleda y Rosa, los artistas del Centro de Cálculo, AFAL, Costus o Equipo Crónica completan el ciclo del CAAC dedicado a Lo común.



Málaga es nuestra siguiente cruz en el mapa. La capital de la Costa del Sol está dispuesta a convertirse también en la capital del arte del sur de España y en los últimos meses ha anunciado que tanto el Pompidou de París como el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo abrirán sede en la ciudad, que, ya hoy es el más importante centro de exposiciones de Andalucía, al menos en número. El CAC de Málaga ha unido bajo el mismo techo a Philippe Parreno y a Marina Abramovic para este verano. De la performer (Belgrado, 1946) puede verse hasta el 31 de agosto Holding Emptiness, en la que la artista invita a los espectadores a interactuar con su obra a través de las sensaciones que experimenten con algunos de los objetos expuestos. Además, una selección de fotografías y vídeos de las diferentes etapas y unos dibujos inéditos completan la muestra.



Del francés Philippe Parreno (que a finales del pasado año se convirtió en el primer artista en ocupar todos los espacios del Palais de Tokio de París) vemos en el CAC una instalación, TV Channel: una pantalla LED de 482 x 382 proyecta siete películas cortas que repasan desde sus primeros trabajos hasta la obra más o menos reciente. A medida que el espectador se acerca a la pantalla esta empieza a desintegrarse. Interferencias y vibraciones crean las imágenes y sonidos de la película que cambia si el observador rodea la pantalla. Un juego lumínico que merece la pena presenciar. Hasta el 28 de septiembre.





Vista de la instalación de Philippe Parreno en el CAC de Málaga



Siguiendo la línea de investigación en torno a la figura del malagueño más universal que guía la programación del Museo Picasso Málaga, el centro inauguraba a finales de junio Picasso TV, una exposición que analiza por primera vez en España la relación del artista con la televisión francesa de los años 60. Los 53 grabados de la Suite 347 sirven de fondo y dan forma al conjunto que muestra cómo Picasso, "aislado ya del mundanal ruido", como explicaba el director del museo José Lebrero, incorporó en su obra las influencias televisivas. Un trabajo muy interesante -y más si tenemos en cuenta la escasez de documentación que hay al respecto- que puede verse hasta el 16 de noviembre.



Y junto a Picasso, El Lissitzky, uno de los artistas más influyentes e innovadores de las vanguardias. Hasta el 24 de septiembre el MPM muestra 130 obras que recorren la trayectoria del artista ruso pasando además por todos los territorios que frecuentó, desde la pintura al diseño gráfico. Bajo la batuta de Oliva María Rubio, el conjunto muestra cómo el arte abstracto y geométrico que frecuentaba era para el artista una experiencia social y colectiva, acorde con las demandas de la Revolución.



Con el Museo Carmen Thyssen Málaga el arte más clásico tiene su espacio en la ciudad. Este verano, Darío de Regoyos. La aventura impresionista, la exposición organizada con motivo del centenario de su fallecimiento nos acerca un poco más a la figura del asturiano. La muestra, que puedo verse el año pasado en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, reúne más de 130 obras de la etapa del pintor en Bruselas, donde viajó aconsejado por su maestro Carlos de Haes. Aquí estará hasta el 13 de octubre.



En Almería, el Centro Andaluz de Fotografía muestra hasta el 14 de septiembre la obra de Horacio Coppola (Buenos Aires, 1906-2012). Una retrospectiva que recoge 124 fotografías, cuatro películas y 12 libros-catálogo del mejor representante de la fotografía argentina del siglo XX, responsable de introducir la mirada moderna en el país, en los años 20 y 30. Marcadas por la arquitectura, la ciudad es el personaje principal de estas composiciones que muestran desde Viena a la Avenida Presidente Roque Sáenz Peña de su Buenos Aires natal. Y ya de vuelta, paramos en Granada donde el Centro José Guerrero celebra ya el centenario de su artista más internacional con una exposición de 25 collages pertenecientes a la familia del pintor y nunca antes expuestos.



Brasil en Las Palmas

La posdata esta vez es para los que tengan la suerte de pasar por Las Palmas de Gran Canarias este mes de agosto. Allí, en el Centro Atlántico de Arte Moderno, la obra de tres artistas brasileñas hace obligada la visita al museo de la calle Los Balcones. Hasta el 21 de septiembre coinciden felizmente las individuales de Rosângela Rennó (Belo Horizonte, 1962), Sandra Cinto (Santo Andrée, 1968) y Jac Leirner (São Paulo, 1961).





Mar abierto de Sandra Cinto en el CAAM de Las Palmas



Pesos y medidas ha titulado Leirner su intervención comisariada por el también artista brasileño Marlon de Azambuja, la primera que produce exclusivamente para un museo. Un diálogo con la ciudad de Las Palmas en la que, durante dos semanas, ha reunido objetos, la mayoría vinculados al mar, para dotarlos de un nuevo significado. Una pieza muy vinculada al universo conceptual de la artista, una de las principales exponentes del movimiento en Latinoamérica.



Agustín Pérez Rubio es el responsable de la primera individual en un museo español de Rosângela Rennó: Todo aquello que no está en las imágenes, un recorrido conceptual por su obra de los últimos años, además de incorporar su obra más reciente: una investigación en el Museo Canario. La experiencia de la ausencia y lo fatasmagórico así como la investigación en los archivos nos dan las pautas de la muestra.



Por último, tres grandes instalaciones de Sandra Cinto producidas ex profeso por el CAAM y bajo el comisariado de David Barro, reflejan las líneas principales en el trabajo de la artista, una de las grandes renovadoras del dibujo en Latinoamérica. Mares, paisajes, olas que parecen montañas... la belleza de lo inconmensurable... Para perderse en ese gran mural que es Mar abierto.