Soledad Lorenzo. Foto: Antonio Heredia.
Soledad Lorenzo, una de las galeristas más importantes del arte contemporáneo español, ha decidido donar su colección personal al Museo Reina Sofía. Este legado está formado por 385 obras de artistas que, en su mayoría, han expuesto en su galería -que cerró al jubilarse hace dos años- durante sus casi tres décadas de carrera profesional, como Antoni Tàpies, Miquel Barceló, Eduardo Chillida, Luis Gordillo, Pablo Palazuelo, Juan Uslé, José María Sicilia, Txomin Badiola, Guillermo Pérez Villalta, Tony Oursler, Perejaume, Philipp Fröhlich, Julian Schnabel, Soledad Sevilla y Vicky Civera, entre otros. En total son 90 artistas y el formato que predomina es la pintura, pero también hay escultura, fotografía, obra gráfica, instalaciones y piezas audiovisuales.Según informa el museo, la cesión se hará en forma de depósito, que tendrá una duración de 5 años prorrogables y se realiza con promesa de legado por parte de la galerista. Esto significa que la depositante realizará las gestiones necesarias para disponer, por vía testamentaria, el futuro legado de las obras objeto del contrato a favor del Museo Reina. Ambas partes estaban esperando a la firma oficial del acuerdo para comunicarlo públicamente, explica a El Cultural la galerista, pero El Confidencial adelantó la noticia esta mañana. "Estoy contentísima de ceder mi colección al Reina Sofía porque es nuestro museo, el de todos", celebra Lorenzo.
Estera (1994), de Antoni Tàpies, es una de las obras donadas por Soledad Lorenzo
La nómina de autores corresponde a diferentes generaciones. Desde Palazuelo y Tàpies, a otros mucho más jóvenes, como Jerónimo Elespe, Philipp Fröhlich o Adriana Varejâo. En este sentido, la práctica artística del siglo XXI, hasta la fecha escasamente representada en la colección del museo, ocupa un lugar muy importante en el depósito; por ejemplo de Adriá Juliá se van a recibir 19 obras. Hay que mencionar también la entrada de artistas con poca obra en el Museo hasta la fecha, como Civera, Uslé, Eric Fischl, David Salle, o Philip Fröhlich. De otros se va a completar de manera importante su representación; es el caso de Pello Irazu, Txomin Badiola o Gordillo. Asimismo hay que referirse a aquellos otros que están fuera de la línea tradicional, son menos conocidos, pero de un alto valor para el Museo: Jürgen Klauke, George Condo o Robert Longo, continúa la nota.
Lorenzo cede sus obras al centro de forma totalmente altruista y no le duele en absoluto desprenderse de ellas, asegura. "Lo único que he pedido al museo es que se vean, quiero que las obras estén vivas. He tenido mucho contacto con la muerte -mi marido, mis padres, mis hermanos- y eso me ha hecho amar la vida".
La galerista nunca sintió que tuviera una colección hasta que en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander le propusieron enseñarla. "Mi papel siempre había consistido en crear colecciones para mis clientes, pero no para mí. Yo me fui quedando con algunas obras importantes de muchos artistas que han pasado por mi galería, piezas que me gustaban a mí y a mis clientes no, o que eran demasiado grandes para ellos... Al adquirirlas, nunca pensaba en una colección coherente, sino en mi vida emocional y en mi relación con los artistas", explica la galerista, que no tiene herederos directos. "Tengo cuatro sobrinos a los que quiero mucho, pero creo que esta colección no debe formar parte de mi herencia personal. Por respeto a mi vida y a mis artistas pensé que no podía dividirla y repartirla. El arte ha supuesto muchísimo para mí y sentí que mi obligación era cedérsela al Reina", manifiesta.
De somnis (II) (1997), de Pablo Palazuelo, otra de las obras donadas por la galerista