78 obras de Picasso y Dalí pueden verse en el Museo Picasso de Barcelona
El joven Salvador Dalí (1904-1989) y el ya consagrado Pablo Picasso (1881-1973) coincidieron en varias ocasiones a lo largo de sus vidas. Es lógicamente el ampurdanés quien admirará a Picasso incluso antes de conocerle personalmente. Dalí acude al estudio parisino del maestro malagueño en 1926 y aquí arranca una relación que, casi siempre en la distancia, durará toda la vida. Les separán 23 años y una trayectoria de líneas cruzadas. Les une una biografía marcada por momentos en cierto modo similares que les condujeron a ambos a lo más alto de la Historia del Arte.Esta exposición, organizada conjuntamente por el Museo Picasso de Barcelona y The Dalí Museum de San Petersburgo (Florida), con la colaboración de la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras y los préstamos de más de 25 museos de arte y coleccionistas particulares de todo el mundo, es la primera que analiza la relación entre ambos. Es la primera vez que se estudia esta productiva relación, y se lleva a cabo en el marco de una muestra que revela los momentos más ricos, sin esconder sus contradicciones.
Picasso/Dalí. Dalí/Picasso muestra, hasta el 28 de junio, un total de 78 obras, entre pinturas, dibujos, collages, esculturas y grabados, así como una selección de 33 documentos que incluye correspondencia enviada a Picasso por Gala y Dalí y que es la única parte de la muestra documental que se había publicado antes, en concreto en París en 2005. El resto son obras que se han escogido expresamente en el marco del estudio inédito que durante los últimos años los comisarios Juan José Lahuerta y William Jeffett han llevado a cabo.
Picasso: Grupo de desnudos femeninos, 1921
De Picasso, sobresalen especialmente Naturaleza muerta con busto antiguo (Centre Georges Pompidou, París), Grupo de desnudos femeninos (Staatsgalerie, Stuttgart), Naturaleza muerta delante de una ventana, Saint-Raphaël (Museum Berggruen, Berlín), Mujer sentada (Art Gallery of Ontario), Copa de absenta (colección privada) y Mujer en un sillón rojo (The Menil Collection, Houston); así como Metamorfosis y el collage Cabeza, que pertenecía al artista ampurdanés y a su esposa Gala y que dieron al Museo Picasso en 1963, el año de su apertura.
Dalí: Bañistas de Es Llaner, h. 1923
De Salvador Dalí destacan Retrato de Maria Carbona (The Montreal Museum of Fine Arts, Montreal), Venus y cupidos (Colección Colero), Mesa ante el mar. Homenaje a Erik Satie (Fundación Gala-Salvador Dalí), y Aparato y mano, Los primeros días de la primavera y La chaqueta afrodisíaca, los tres del The Dalí Museum de San Petersburgo."El objetivo no ha sido contar que ambos personajes son de algún modo similares, sino más bien contribuir a su comprensión", dice William Jeffett, del Dalí Museum de San Petersburgo, ya que el objetivo es que los visitantes tengan la oportunidad de acercarse a los dos artistas y observar su obra con una nueva luz, subrayando las dimensiones en las que sus caminos se encontraron. La muestra, sin embargo, pone de manifiesto que después de la visita de Dalí a Picasso en su estudio de París, el artista ampurdanés vivió uno de los momentos más intensamente experimentales de su carrera: en poco tiempo, pasó de realizar un simple "análisis" de la obra picassiana a desarrollar un lenguaje artístico propio y totalmente surrealista.
La exposición se ha estructurado con el foco puesto justamente en los momentos en los que ellos estuvieron más relacionados, y proporciona perspectivas desde las que analizar aspectos hasta el momento desconocidos. Es fundamental su experiencia en Cataluña en sus inicios, especialmente en Barcelona. También la fundación del movimiento surrealista en 1924 por el escritor André Breton es un hecho histórico de singular importancia para ambos artistas. Picasso nunca llega a formar parte del grupo surrealista, aunque se interesa por sus ideas. El grupo, en cambio, proclama que para ellos su obra es un punto de referencia indiscutible. Es cuando Dalí se instala en París a finales de la década cuando el artista ampurdanés empieza a afirmar su nuevo estilo surrealista con obras de gran importancia. Estos años representan una confluencia de los dos artistas, cuando los ambientes surrealistas se convierten en el escenario complejo de sus relaciones.
Este periodo se cierra con la Guerra Civil, que cada uno de ellos trata de forma poderosa y a menudo alegórica: Dalí con Premonición de la Guerra Civil y Picasso con Guernica, en la muestra representados por dibujos preparatorios de ambos artistas. Y ya al final de la exposición, el diálogo con Velázquez y especialmente con Las Meninas es el eje que sirve a la muestra como conclusión: cuando a finales de los años cincuenta Picasso y Dalí toman conciencia de su lugar en la historia.