El lunes arranca Ilustra Tour, el único festival sobre ilustración de España. Hablamos con profesionales de la disciplina sobre el auge de los libros ilustrados y les preguntamos si existe un boom en la disciplina

Este año el único festival de España que gira en torno a la ilustración, IlustraTour, se ha trasladado de Valladolid a Madrid. Esta cita, opina el historietista Darío Adanti, abarca la ilustración como elemento común de disciplinas como la ya citada, el humor gráfico y los tebeos. Su traspaso a la capital y, más concretamente a Matadero, hace que el evento sea más accesible para los artistas participantes. Durante sus ocho años de vida, Ilustra Tour ha ido creciendo, la programación se ha enriquecido y esta edición abre un mercado con diferentes stands.



En los últimos años parece que ha habido un auge de los libros ilustrados despojándose la antigua idea de que este producto estaba destinado a niños y jóvenes. Cada vez son más los adultos que los consumen y más las editoriales que les dedican el mimo necesario a sus ediciones. Pero, ¿hay o no hay un boom de la ilustración en España? ¿Cómo lo ven los profesionales de la disciplina desde dentro? Hablamos con diez artistas que acuden a Ilustra Tour y nos explican su visión.



Aitor Saraiba, el dibujo como elemento de unificación

Aitor Saraiba utiliza diferentes formatos y herramientas para cada proyecto. Dibujo en el más estricto sentido de la palabra, fotografía, cerámica, pintura, murales... incluso se ha lanzado a un proyecto escénico basado en sus tres novelas gráficas. Pero, haga lo que haga, considera que hay algo que unifica toda su obra: el dibujo. Hace hincapié en que lleva muy poco en el mundo de la ilustración y se considera más dibujante. El artista imparte un taller de 20 horas titulado Autobiografías y participa en una mesa redonda con Paula Bonet bajo el título de "Entre el boom y el crash".



"Somos cuatro, no nos conocemos ni tenemos una unión conceptual, política, ideológica o lugar de encuentro. Hace unos años éramos tres los que dibujábamos y éramos unos frikis, todos eran diseñadores gráficos, usaban Photoshop y no lapiceros. Hay que posicionarse y exigir a quien se está denominando dibujante o ilustrador un compromiso que no tienen y por eso no surge un movimiento generacional. El boom está en Instagram, en las redes sociales, en tener 10.000 likes en un dibujo. Además me aterra que estos chavales estén dibujando de manera mediocre y fuera de la realidad porque en las redes sociales no pueden expresar sus miedos ni deseos sexuales."



Miguel Pang Ly, el trazador de líneas

Siempre le acompaña un bote de tinta china. Siempre abierto a dibujar líneas de colores y observar hasta dónde pueden llegar. Después de varios años asistiendo a IlustraTour este año aterriza en el Mercado del festival con un stand con uno de sus últimos proyectos. "He querido llevar mi trabajo a otros soportes así que presento mi colección de abanicos, Aire para regalar, una serie limitada en madera de peral". Para él lo más importante es producir con la mejor calidad que esté a su alcance y por ello siempre realiza los originales en acuarela.



"El panorama de la ilustración, al igual que la gran mayoría de las profesiones creativas la veo complicada pero con ilusión. A veces la profesión no se acaba de valorar, no se entiende que hacer ilustración implica un trabajo y, consecuentemente, a veces no se paga como se debe. Sin embargo, a nivel creativo, estamos en un momento muy fértil. Creo que sí que hay un boom de la ilustración en España y en el mundo pero creo que al estar de moda "la ilustración" hay artistas que se han subido al carro y que priorizan la estética a comunicar un mensaje. Para mí, la libertad a la hora de crear es importante, pero no tenemos que olvidar cual es el sentido último de la ilustración".



Javier Olivares, portadas inolvidables

Javier Olivares ofrece una masterclass que está dividida en dos partes. La primera de ellas se trata de una exposición de los profesionales que le han influido a lo largo de su carrera. Aquí, el dibujante de la versión cómic de Las Meninas (Astiberri) hace una distinción entre los que le influyen directamente y los que potencian su trabajo. "De los primeros se ve su trabajo reflejado en el mío, hay similitud de forma, estilo y manera de dibujar. Y los segundos son los que a nivel formal e intenciones no tienen nada que ver conmigo pero me hacen avanzar". Es de los que opina que siempre hay que estar abierto a las obras de sus compañeros y nunca perder la curiosidad, atributo que hace que un artista se estanque en un estilo.



"Se está viendo que el libro ilustrado para adultos está teniendo mucha presencia en los medios a la vez que la novela gráfica. Hay algo que conecta a las dos corrientes y es el lector adulto. Antes estaban enmarcadas en un mundo infantil y juvenil pero se está empezando a romper esa barrera con el lector. El ilustrador y el escritor colaboramos, como un cantante y su letrista, y lo que sale de ahí es una historia contada a dos voces, un libro nuevo, adulto, más lógico y enriquecedor. Cuando empezaba en esto éramos pocos y parecía que no había relevo pero en los últimos años estoy viendo mucho movimiento con jóvenes como Puño, Violeta Lopiz, Adelio Vidali, etc. En España hay mucho nivel".



Manuel Marsol en busca del misterio

Para Manuel Marsol el festival IlustraTour fue la puerta de entrada al mundo de la ilustración desde su anterior profesión de publicista. Allí conectó con la editorial Orfeo Negro que en seguida se interesó por su proyecto El Tiempo del Gigante. Aterriza en el festival con el proyecto ya materializado. Ese mismo año ganó el Premio Internacional de Álbum Ilustrado Edelvives y explica que no hay grandes diferencias entre la ilustración para jóvenes y adultos, que él busca que "haya hueco para el misterio, las preguntas, las interpretaciones". Confiar en la inteligencia del lector, sorprender, aumentar la cultura visual.



"La explosión de los blogs y redes hace unos años ha hecho que el interés por la ilustración se disparase pero diría que el auge está más a nivel creativo que a nivel de mercado. Los contenidos son más interesantes que nunca, se hacen cosas novedosas, hay mucho talento y muchas ganas de hacer obras cuidadas por parte de editores independientes. El problema es que todavía no se ha producido ese boom por parte del público. Hay ilustradores que hacen trabajos de una calidad impresionante cobrando muy poco por ello y eso no puede ser. Es un problema también de tipo cultural, lo que vende, salvo excepciones, exige el mínimo esfuerzo por parte del público. Deberíamos unir fuerzas y cambiar el peligroso rumbo que lleva nuestra profesión. Hablo de no aceptar trabajos que no están remunerados, de poner fin al trabajo gratis, a esas falsas promesas de difusión y visibilidad. Eso solo lleva a la devaluación de nuestro trabajo".



Paula Bonet, magia en el tintero

Paula Bonet se hizo un hueco con su obra Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End (Lunwerg, 2014), ha sido la encargada del arte del disco de Christina Rosenvinge y su último trabajo es el dedicado a su cineasta favorito, 813 Truffaut, que le ha valido los elogios por parte de la crítica. Este último proyecto es, de hecho, el hilo conductor de la ponencia que ofrece en el festival. Por otro lado, estará en la mesa redonda Entre el boom y el crash con Aitor Saraiba.



"Seguro será un debate interesante. Mi opinión es que en el contexto en el que vivimos, y debido, sobre todo, a las redes sociales y a la facilidad con la que se comparten imágenes, los ilustradores y pintores estamos teniendo mucha más visibilidad que hace unos años. No sé si existe un boom propiamente dicho, lo que sí que existe es una gran cantidad de profesionales de mucho nivel trabajando en ilustración, y otra gran cantidad de futuros profesionales que ahora mismo están empapándose de todo lo que está sucediendo y que muy seguramente nos sorprenderán con trabajos de gran calidad".



La filosofía visual de Daniela Martagón

En la pasada edición de Ilustra Tour presentó el embrión de Wonder Ponder, un proyecto editorial sobre filosofía visual para niños que "crece lento pero seguro". El respaldo y consejo de editores, opina, ha sido vital y por eso cree que hay que cuidar actividades como esta. "Es un encuentro serio pero juguetón", concluye.



"Creo que tiene sentido hacer libros si estos son interesantes, disfrutables e invitan a la experimentación. Un libro para niños debería ser ante todo un buen libro y uno que también se leería alguien mayor con gusto. Quizá el reto más grande es no caer en estereotipos sobre lo que son los niños y lo que se supone que deben ver en los libros y a la vez lograr convencer a los adultos de que compren libros más experimentales para sus niños".



Darío Adanti y el humor gráfico

Darío Adanti se dedica, en gran parte de su tiempo, al humor gráfico. El chileno opina que el "el humor es una parte fundamental del ser humano como ser social y en momento de crisis tiene la función de válvula de escape". Se trata de desacralizar la realidad para colarse en todos lados y "la ilustración no es ajena a eso".



"El mundo de la ilustración es parte del mundo de la prensa y de la industria editorial que han sido fuertemente castigadas por la crisis en España y, para colmo, al ser autónomo y trabajar en casa, los ilustradores estamos más aislados y somos más invisibles para el lector haciendo que nuestro oficio sea casi un misterio para la mayoría de los lectores. Y por esto un festival que muestra, enseña, y conecta a profesionales, aspirantes, lectores y editores me parece algo necesario para difundir un medio que está altamente profesionalizado y reconocido pero que está tan en peligro por la crisis del papel como el del periodismo o la fotografía".



Mágoz, el conceptual nómada

Su espíritu viajero le ha llevado por Malasia, Comboya y Tailandia y ha ilustrado periódicos como el New York Times, The Wall Street Journal y Scientific American. Ahora ofrece una masterclass con el objetivo de compartir "desde las herramientas y procesos hasta la gestión y administración" de su trabajo. Su estudio le cabe en la mochila organizado de forma minimalista. Al igual que sus ilustraciones, la minimiza para maximizar el resultado. "Me he vuelto intuitivo, lo importante es la idea que esconde cada imagen y para ello me valgo de dibujos a lápiz en mi cuaderno". De ahí pasa a la tableta gráfica donde trabaja la forma, composición y paleta cromática.



"Internet, la tecnología y la era digital, ha cambiado nuestras vidas. En esta nueva etapa, las imágenes tienen un papel protagonista y a menudo se recurre a la ilustración para generarlas. En España hay mucho talento, pero también lo hay en el resto del mundo. De hecho el caso de España es especial ya que al ser comparado con otros países, tanto las oportunidades de tener encargos como los no pueden compararse con el resto de países. Yo únicamente he trabajado en tres o cuatro encargos en España así que yo diría que de haber un boom (que no estoy seguro de que exista) es a nivel global, no español".



Javier Zabala, entre clásicos

Javier Zabala lleva años en el panorama de la ilustración. Ha ganado diversos premios entre ellos el Premio Nacional de Ilustración y ha realizado trabajos para textos de García Lorca, Shakespeare, Cervantes, Rodari, Melvile, Chejov y Van Gogh. "Cuando ilustramos todo lo que se narra es ruido; gráfico, pero ruido. Buscar la síntesis no es nada fácil", explica. El taller Menos es más "busca transmitir formas, ideas y conceptos gráficos lo más claras y sintéticas posible con los menos elementos posibles". El objetivo de los talleres es ayudar a los participantes y que surjan preguntas que nunca antes se habían planteado.



"Si lo comparamos con los 80's y 90's en los que en España no se hacían más que libros de bolsillo, la situación ha mejorado mucho. Luego, está el fenómeno de los libros ilustrados para adultos, un mercado que crece cada año, algo que no es exclusivo de España, pero en lo que somos pioneros a nivel mundial. También, ha habido un acercamiento e interés creciente de los adultos por el libro álbum, antes dedicado exclusivamente a los niños. Lo cierto es que en España tenemos unos profesionales de la ilustración admirados en todo el mundo y una cantera con un talento enorme que nos hace imaginar un buen futuro para el sector, al menos desde el punto de vista creativo..."



Cecilia Moreno, artista multitareas

La mascota del festival del año pasado fue diseñada por Cecilia Moreno. "Representaba ese aspecto del ilustrador cada vez más activo y con más funciones. A veces el trabajo se acumula y es como si nos faltaran manos", explica. La cita, para ella, resulta un punto de encuentro vital en el que coincidir con otros artistas y aprender nuevas técnicas y teorías sobre la disciplina.



"Está claro que en España cada vez la ilustración tiene más peso y eso es estupendo para nosotros. La ilustración española se ha ganado por méritos propios un protagonismo a nivel internacional y los ilustradores no sólo han dejado el anonimato sino que son artistas reconocidos y valorados como tal por su gran calidad. Quizás el mayor problema sea, como en otros muchos sectores, lo difícil que es equipararse en aspectos económicos a otros mercados de fuera de España. Pero esperemos que poco a poco lo vayamos logrando".



@scamarzana