Lisa Oppenheim en Deutsche Bank Kunsthalle
Joan Miró, Knoebel y Malevich en Dusseldorf, Broodthaers en Kassel, Otto Piene en Ruhr, la Trienal de Fotografía en Hamburgo y Moyra Davey y Lisa Oppenheim en Berlín. Aquí un recorrido por lo que más interesante que se expone este verano en Alemania.
Otra artista ubicua en fechas recientes es la nigeriana Otobong Nkanga, de quien hemos hablado recientemente con motivo de su presencia en la exposición sobre arte africano en Ostende. Nkanga tiene una individual en Portikus, espacio vinculado al prestigioso Städelschule del que es actualmente profesora invitada. Su muestra vincula la práctica de extracción de minerales en Namibia, país al que viajó a principios de año; las perforaciones necesarias para acometer dicha práctica, y un discurso en torno al vacío (el que resulta de las perforaciones) como posible "monumento", lo cual tiene mucho interés como alternativa discursiva en torno a la escultura.
En Schirn Kunsthalle, otra de las instituciones señeras de la ciudad, una gran muestra sobre Doug Aitken formada por cuatro de sus grandes instalaciones. Aitken, uno de los grandes de la década de los noventa y dos mil, trabaja en torno a la espectacularidad y al ritmo trepidante de la vida cotidiana. No lejos de Aitken en algunos aspectos se encuentra la obra del holandés Gabriel Lester, un artista cuya obra versa, como él mismo insiste en afirmar, sobre lo cinematográfico aunque sea necesariamente desde el uso del cine.
De Frankfurt nos dirigiremos al norte, donde en Colonia nos espera una de las escenas artísticas más vibrantes del país. En el Museo Ludwig podremos ver una exposición dedicada a dos gigantes de la pintura contemporánea, Michael Krebber y R.H Quaytman, dos artistas que vienen llevando la pintura hasta sus límites. Tanto es así, que sus trabajos parecen más centrados en la imposibilidad de pintar que en cualquier otro aspecto. Junto a esta exposición puede verse otra dedicada a Bernard Schultze, buen representante de la abstracción alemana cuando se cumplen cien años de su nacimiento.
Marcel Broodthaers es objeto de una retrospectiva en el Museo Fridericianum de Kassel
Más pintura buena puede verse en el Museo Moisbroich, donde los hermanos rumanos Gert y Uwe Tobias presentan una individual que incluye un buen número de pinturas recientes. La obra de estos artistas se tensa entre la representación y la abstracción, entre la geometría y un cierto ornamento vernáculo.Algo más al norte, todavía en la zona del Ruhr, Dusseldorf, otra de las capitales del arte alemán acoge, en su emblemática K21, una gran exposición dedicada a la relación que Joan Miró mantuvo con la literatura. La muestra es ambiciosa y explora la faceta del artista como ávido lector y sus amistades con diferentes "escuelas" de escritores. Algunas de las más interesantes obras en la muestra son los más de doscientos libros de artista que Miró realizó junto una miríada de poetas y escritores. Más de 100 pinturas y dibujos y la reconstrucción de la sala de lectura del pintor catalán completan la muestra.
Además, el K21 ofrece una interesante exposición que tiene a Imi Knoebel como protagonista. A Knoebel y a Malevich, para ser más precisos, pues el proyecto consiste en un homenaje del alemán al ruso. Aquel está considerado como uno de los artistas que con mayor ahínco ha explorado la abstracción con una profunda investigación en torno a las relaciones ente forma y color.
Desde Dusseldorf vamos a interrumpir nuestro camino hacia el norte para dirigirnos momentáneamente hacia el centro del país, donde es de obligada visita la retrospectiva que el Museo Fridericianum de Kassel dedica a Marcel Broodthaers. El artista belga está siendo uno de los grandes protagonistas de la temporada, pues ha sido también objeto de una extraordinaria exposición en la Monnaie de París. La muestra coincide con la celebración del sesenta aniversario de la primera edición de Documenta.
Volvemos hacia el Ruhr para retomar el camino hacia el norte. En Münster nos recibe Diango Hernández en la Kunsthalle. El cubano, que vive en Dusseldorf, presenta una muestra que reúne muchos de sus interesas estéticos, muchos de ellos ligados a su biografía, a su abandono de la periferia y su traslado a Europa y a las frustraciones y deseos que esto trae consigo... Es un proyecto interesante el que plantea Hernández en Münster, revelador de las tensiones entre el diseño y el arte tan reconocibles en su trabajo y con las también conocidas transformaciones que en su obra sufre el acervo cotidiano. En el Landesmuseum puede verse una muestra dedicada a Otto Piene, que murió el año pasado pero que está de actualidad por haber sido el gran representante del Grupo Zero, que este año ha sido explorado en profundidad en sendas exposiciones de Berlín y Ámsterdam.
Carsten Nicolai en Kunstverein
En Wolfsburgo, en un ambiente mucho más institucional que el de Braunschweig, el Kunstmuseum presenta una exposición colectiva titulada Walk the line, un proyecto ambicioso que trata de encontrar los nuevos caminos por los que transita el dibujo en nuestros días. Más de treinta artistas exploran no sólo las ya conocidas facetas en las que se ha adscrito tradicionalmente el dibujo, como la arquitectura o la representación de mundos fantásticos sino que se lanzan hacia territorios como el cine o la ciencia, la música o la epistemología.
Ya en Hamburgo, las instituciones han sido invadidas este verano por la Trienal de Fotografía, que ocupa varios museos como la Kunsthalle o la Kunstverein. Bajo el título The Day will Come, la Trienal pretende poner el acento en el futuro, ya sea en el futuro de la técnica fotográfica como en su cualidad narrativa o estética. Las grandes transformaciones que ha sufrido la fotografía tras el advenimiento de lenguaje digital obliga a repensar su papel. "¿Qué espera detrás de la revolución digital?", quiere preguntarse el evento este año. Como nota original, todos los títulos de las exposiciones en las diferentes instituciones empiezan con "el día llegará", el lema del proyecto general. Así, en la Kunstverein puede verse la muestra "El día llegará cuando la fotografía sea revisada", en la Kunstalle "El día llegará cuando haya esperanza" o "El día llegará cuando el agua importe" en el Bucerios KunstForum.
Shooting de Mircea Cantor en la exposición Fire and Forget en KunstWerke
Desde Hamburgo saltaremos hasta Berlín, centro neurálgico de la creación contemporánea. Resulta interesante, al hilo de lo recientemente visto en Hamburgo, la exposición Photo-Poetics. An Anthology, una muestra colectiva organizada por el DeutscheBank Kunsthalle que incluye a artistas como Moyra Davey o Lisa Oppenheim y que explora las cualidades técnicas tradicionales de la fotografía, casi como tratando de ralentizar su defunción en manos del fragor digital. La muestra se centra en el lenguaje de la fotografía pero también en su circulación y en el tránsito desde la cámara hasta una suerte de objetualidad de la imagen.En KunstWerke, la institución del barrio de Mitte, otra colectiva titulada Fire and Forget observa la violencia desde sus múltiples manifestaciones. La exposición se articula en torno a cuatro asuntos centrales, la "frontera", la "memoria", los "hechos" y los "afectos". Entre los artistas más destacados se encuentra Mircea Cantor, Gillian Wearing o Pippilotti Rist.
En la Martin-Gropius-Bau, que en Septiembre inaugurará una gran exposición dedicada a Mondrian, puede verse durante el verano una muestra dedicada a Reiner Werner Fassbinder en conmemoración del setenta cumpleaños del cineasta. La muestra ocupará las 9 salas del museo y arrojará luz sobre la influencia de su obra en el conjunto de la cultura contemporánea. Además, en los intersticios del museo, los actores y actrices del también ubicuo Tino Sehgal realizarán sus ya conocidas performances.
Como última parada en Berlín, la siempre atractiva Hamburger Bahnhof ofrece un amplio abanico de opciones expositivas entre las que destaca la muestra dedicada a la obra gráfica de esa gran reapropiacionista que fue Sturtevant o la que propone una mirada al Black Mountain College, la respuesta estadounidense a la Bauhaus europea. Además, Dieter Roth y su relación con la música o la colección de arte conceptual de Egidio Marzona puede verse durante todo el verano en la antigua estación de Mitte.
Una muy variada oferta de exposiciones puede verse en Haus der Kunst. Acaba a principios de agosto la exposición de Louise Bourgeois pero pueden verse muestras en torno a la pintura de la colección Goetz, con sede en Haus der Kunst, una muestra dedicada a las práctica del archivo u otra centrada en un corto pero intenso momento artístico que se dio en Alemania en los ochenta a raíz de un concierto en Berlín en 1981. Todo a la espera de la inauguración de la gran exposición dedicada a Hanne Darboven que tendrá lugar a mediados de septiembre.
Bajo el título Sudoku, tres artistas realizan una muestra singular en la Munchen Kunstverein. Gintaras Didziapetris, Rosalind Nashashibi y Rene Levy han realizado un proyecto en el que las actitudes colaboracionistas han primado sobre la producción individual, algo que es una constante como ya pudimos ver en la muestra del lituano en el MARCO de Vigo este mismo año. Unas 50 obras fueron producidas individualmente por sus autores, pero el montaje refleja ese espíritu colectivo tan característico de estos artistas.
Vista de la exposición de Heinze Mack en Baden-Baden
En Karlsruhe, Badischer Kunstverein presenta una bonita exposición que recoge la relación artística entre la escritora, filósofa y cineasta canadiense Ellie Epp (1945) y la artista británica Juliette Blightman (1980). Partiendo esta de un texto de aquella, la exposición versa sobre la percepción analítica de lo cotidiano, una oda a la subjetividad con la que enfrentarse al paso del tiempo. Se preguntan las artistas en su proyecto si centrarse en lo propio implica necesariamente una huida, una "retirada", y si esta implica a negación total a un posible retorno a lo real.
Finalizaremos nuestro recorrido muy cerca de Karlsruhe, en la ciudad balneario de Baden-Baden, donde tal vez convenga darse un baño termal tras el tour de exposiciones por tierras alemanas. En el Museo Frieder Burda, puede verse una exposición dedicada al otro gran protagonista del Grupo Zero, Heinze Mack, que fue muy reconocido por su trabajo en el desierto del Sahara, donde realizó intervenciones con material escultórico que alentaba modos alternativos de percepción.
@Javier_Hontoria