Leonor Serrano en su estudio londinense. Foto: Audrey Salmon
La joven artista afincada en Londres estrena galería el próximo septiembre en Madrid. Marta Cervera le dedicará su primera individual.
Leo Serrano hace un par de años que empezó a despuntar con sus instalaciones llenas de tensiones e incertidumbre, donde el componente espacial es crucial. Fue seleccionada para Generaciones 2014 con su Colección pública (Bien de interés cultural), unos paisajes de extrarradio llenos de suspense y donde las narrativas convencionales parecían interrumpidas. Por aquel entonces se mudó a estudiar un máster a Londres, al Goldsmiths College of Art. Y le ha ido mejor que bien. El pasado agosto llevó su proyecto Yet the sky is still the same a la Serpentine Gallery de Londres. Eran unos "paseos" en torno al pabellón que entonces firmaba Smiljan Radic, protagonizado por siete performers con los que la artista buscaba reflexionar sobre la fisicidad del edificio a través de conversaciones y acciones. Algo de eso es lo que veremos, también, en Madrid.
-Ha titulado la exposición Limbs describe curves. Cuéntenos la tesis...Lo teatral me permite entenderlo todo como una ficción. El espectador es testigo de unos momentos desprovistos de una lógica concreta"
-Se trata de un proyecto que evoca lo teatral, dando así cierta licencia al juego. Por un lado, unos cuerpos representan otros espacios, cierta geometría dibujada o intuida mediante unos movimientos coreografiados. Son los propios cuerpos los que se objetivan mediante el baile y los colores del vestuario, un juego geométrico en el que los protagonistas disponen y desarreglan ciertas composiciones escultóricas. Tras el telón aparecen composiciones que nos hablan. Es el coro de esta representación teatral. Un juego de luces y sombras que atraviesan la tela traslucida parece animar ciertas siluetas suspendidas. Los recursos escenográficos se convierten en el eje central, son desvelados y puestos al descubierto para alterar el papel de los protagonistas y el coro, así como el telón y el espacio entre bastidores.
Un instante de su performance en la Serpentine Gallery, 2014
-Es una performance que veremos proyectada sobre un telón, ¿verdad?-Sí, hay un vídeo que recoge documentación de la performance, donde los bailarines intentan mediante sus movimientos, convertirse en escenas, en tramoyas. Detrás de la pantalla o el telón, aparecen composiciones de objetos que intentan hacer las veces de ese "coro" de estas escenas proyectadas.
-Todo es bastante enigmático. El baile se basa en un pequeño libro llamado The Renaissance Stage, escrito en los años 50. ¿Qué le interesa de esa relación con el teatro?
-Sí, el libro se describe a sí mismo como un "extraño libro-guía de proyectos de teatros realizados en 1958 por la asociación de teatro y educación americana". En él se recogen y traducen los textos originales de Sebastiano Serlio (1545), Nicola Sabbattini (1638) y Joseph Furttenbach the Elder (1591). Para este proyecto me he centrado sólo en la segunda parte del texto de Sabbattini titulado Practica di Fabricar Secen e Machine ne'Teatri. Lo teatral me interesa por sus convenciones. Pienso en el espacio expositivo, el cubo blanco, en contraposición con el teatral, conocido como cubo negro. En la magia que pueden llegar a esconder ambos espacios. El espectador es testigo de unos momentos que están desprovistos de una lógica concreta. Lo teatral me permite, también, entenderlo todo como una ficción. Aquí veremos cómo una voz, por ejemplo, te susurra instrucciones para transformarte en una roca, en un arcoíris o en un mar tempestuoso.
-Hay otra referencia textual, de donde sale el título. Denos más pistas.
-El título es una frase extraída de un pequeño texto que marcó el comienzo del proyecto: Sobre el teatro de las marionetas, de Heinrich Von Kleist (1810). Empecé a trabajar intentando explorar algunas de las ideas de este texto y realicé pequeñas composiciones en el estudio, pruebas que debían moverse o remitir, de algún modo, al movimiento. Llevaba tiempo investigando la diferencia entre movimientos mecánicos y naturales, y cómo la conciencia (y el alma) supone una carga para el cuerpo. Kleist habla de la dificultad que supone el conocimiento, como un obstáculo que limita a los bailarines y del que deben escapar. Habla de las marionetas como cuerpos sin alma, que contienen una representación ficticia de un movimiento humano, una imagen. Esa idea es el pilar fundamental de este trabajo.
Una de las imágenes que veremos en su exposición en la galería Marta Cervera, Madrid
-De manera accidental. La primera vez que me introduje en ella fue para el proyecto Yet the sky is still the same, para la Serpentine Gallery. Fueron, simplemente, las circunstancias que exigían un proyecto que pudiera durar solo un día, unas horas. Aunque la idea de movimiento estaba presente antes, de manera más sutil. En Una larga espera, por ejemplo, hay ciertos elementos dentro de las instalaciones-escena, que cambian con la presencia del espectador: unas veces se movía una cortina, otras se encendía una luz o un ventilador azotaba aire sobre tu cara. También pienso ahora en Movimiento armónico. Aquí investigué la idea de seducción o conquista de un posible espectador invisible estableciendo un diálogo con el mundo animal utilizando el movimiento como intermediario. Me interesa mucho la idea del intento de copiar el movimiento como un ejercicio siempre mecánico.
Hay algo sobre lo que esta joven artista vuelve una y otra vez. La construcción de escenas es su gran tema, el motor sobre lo que todo gira. No es gratuito que estudiara arquitectura, aunque no ejerza como tal. En obras como Hogar, Parcela 1C o Colección privada, ese escenario era su propia casa. Luego, en Colección pública, se fijó en las calles a medio construir como decorados en los que insertar una trama. Más recientemente, el cuerpo y el movimiento es lo que construye la escena que persigue. Es de las que se rige por la gran máxima de Cortázar: "lo fantástico procede siempre de lo cotidiano". A menudo descompone para recomponer, evidenciando lo absurdo de aquello que parecía certero. "Estamos rodeados de cosas acotadas, tangibles, pero es el arte el que nos introduce a territorios movedizos, a preguntas encadenadas y a cuestionarlo todo. A mí me sirve como excusa para hablar de otra manera y sobre otras cosas, para apuntar hacia otro lado", argumenta. Estaremos atentos adónde apunta.
@bea_espejo